Noche Perfecta

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Hermione llegaba tarde a su cita de las 22:00 de la noche, pues al final se pudo escapar gracias a la capa de invisibilidad que le cogió prestada a Harry... mientras este dormía claro.

Hermione se dirigió hacia la Sala de los Menesteres y ante ella apareció una puerta, sin ninguna duda entro, se quitó la capa y ahí estaba aquel rubio que le quitaba el aliento dándole la espalda.

-Llegas tarde- el rubio se giró mirando a la leona que tenía delante mientras aflojaba el nudo de su corbata acercándose a la castaña- 30 minutos tarde, créeme cuando te digo que estaba a punto de ir a buscarte a tu torre y hacerte mía contra el sofá, levantando tu falda mientras aprieto tus nalgas y apartando ligeramente tus bragas a un lado, ni siquiera te las quitaría, mientras te colocaría tu corbata roja en tu apetitosa boca para que ahogaras los gemidos que te sacaría en cada embestida- puso la espalda de la castaña contra la pared mientras el rubio la aprisionaba con los brazos- ¿algo que decir?

A Hermione se le seco la boca al oír como Draco le confesaba sin ningún tipo de censura lo que hubiese hecho si hubiera tardado un poco más tiempo.

-P-pues que...- soltó un jadeo de la cercanía de Draco- n-no tienes el Santo y Seña de mi Sala Común, así que no... no hubieras podido pasar...

El Slytherin embozo una sonrisa ante la contestación de su leona, la agarro de las nalgas y la alzo haciendo que Hermione enredara sus piernas en la cadera de la serpiente.

-Entonces tendría que haber esperado a que salieras y ponerte contra el retrato de tu sala común y hacerte mía debajo de la capa de invisibilidad de Harry- Draco apretó las nalgas de Hermione- ¿eso te gustaría más?

Hermione rio mientras acariciaba el cabello del rubio.

-Prefiero que me hagas gritar en la intimidad y no delante del cuadro de la puerta de mi sala común, y no solo de ella, si no de más cuadros que hay- la castaña empezó a lamer el cuello del rubio.

Draco gimió del placer de sentir la legua de la castaña recorrer su cuello.

-Pues a que esperamos...-el rubio la llevo a la cama que apareció en la sala de los menesteres, mientras se besaban con desesperación, llevaban todo el día deseosos de que llegara esta noche, la dejo con delicadeza en la cama mientras acariciaba sus muslos levantando la falda de la castaña.

-Draco... - gimió la castaña cuando noto las manos de su serpiente acariciar sus muslos.

Draco la miro mientras se le escapaba una sonrisa de medio lado mientras deslizaba sus manos por debajo de la falda de la castaña, agarrando con delicadeza sus bragas y quitándoselas lentamente mientras alzaba las piernas de Hermione, quitándole también su falda junto su camisa, al igual que ella empezó a deshacerse de la ropa del rubio.

Una luz brillante parecido al reflejo de la luna ilumino a la pareja que se besaba en la cama mientras acariciaban sus cuerpos, el rubio abrió las piernas de Hermione dejando ver aquella húmeda zona que solo él conocía.

-Eres tan hermosa, eres la perfección hecha carne- Draco acerco sus labios al vientre de su compañera mientras deslizaba su lengua hacia aquella intimidad que lo llamaba con deseo- mi leona...

El rubio empezó a comer aquella delicia que tenía la leona, ese coño de sabor dulce, Hermione se removía del placer intentando cerrar sus piernas, aunque Draco no se lo permitía, sujetaba con fuerza las piernas de la castaña mientras acariciaba con su lengua los labios vaginales de la leona.

-Draco... por... favor- arqueaba su espalda del placer mientras gemía del placer que le provocaba las caricias que le hacia la lengua de la serpiente- no lo hagas...

El Slytherin sujeto las manos de Hermione y las coloco en su cabeza, quería que Hermione le guiara, notaba como Hermione apretaba la cabeza del rubio contra su intimidad cuando este la introducía dentro de ella.

El ambiente se volvía húmedo y pesado, Draco ya no aguantaba más, su entrepierna había estado dura desde que imagino como la haría suya contra el sofá de la sala común de Gryffindor, esa leona le hacía perder la cabeza.

El rubio se colocó encima de Hermione mientras lamia sus pechos y acariciaba su cintura, quería estar dentro de ella, dentro de aquel lugar tan caliente y húmedo que le pertenecía.

-Hermione... por favor...- Draco miro a los ojos chocolate de la muchacha- mi leona... necesito follarte.... Necesito hacerte mía, llenarte de mí...- empezó colocando la punta de su miembro en la entrada de la castaña mientras la miraba, empezó a rozar su pene contra su vagina dejando que los flujos de la excitación de la castaña lo dejase bien húmedo y preparado para entrar en ella.

-Hazlo ya Draco- la castaña también lo necesitaba dentro de ella- mi amor... hazlo ya... hazme tuya.

El rubio no lo pensó dos veces y la penetro, lento pero a la vez rápido, estaba tan apretada que casi se corría al entrar en ella, se sentía tan húmedo y suave, tan caliente...

-Maldición...- susurro entre gemidos el Slytherin- me aprietas tanto Hermione, me vuelves loco...

Hermione solo le sonrió, nunca pensó que haría esto en el castillo, y menos con Malfoy, pero no se arrepentía de nada, al fin y al cabo, Hermione se enamoró de el en primer año, pero nunca pudo confesárselo.

Draco empezó a moverse a un ritmo lento pero fuerte, sus manos se apoyaban en el borde de la cama, sus embestidas se volvían más rápidas y fuertes , mientras Hermione se retorcía del placer debajo del cuerpo del rubio mientras con una manos agarraba el cabello de este, y con la otra agarraba la cadera del rubio mientras la acariciaba.

Draco empezó a moverse a un ritmo lento pero fuerte, sus manos se apoyaban en el borde de la cama, sus embestidas se volvían más rápidas y fuertes , mientras Hermione se retorcía del placer debajo del cuerpo del rubio mientras con una manos agarra...

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-Por Merlín...- la castaña gemía por las embestidas que el rubio le daba, sin duda esa gran dotación que tenía sabia usarla perfectamente- Draco... sigue... más fuerte... hondo... aahh aahh ¡¡por... favor!!

Draco la observaba con una sonrisa egocéntrica en su rostro, saber que él y solo él era y es el causante de aquellos gemidos hacia que la deseara más, solo Merlín sabía como amaba a aquella leona de pelo castaño.

-Eres mía... solo mía... -el rubio pego su frente con la de la castaña mientras la penetraba una y otra vez, llegando hasta el fondo- nadie te puede tocar... solo yo, solo yo puedo tocarte, besarte, acariciarte, follarte, ¿me oyes bien? ¡SOLO PUEDO HACERTE YO TODO ESO!- Draco la empezó a follar con más rapidez y fuerza deseando terminar dentro de ella- Dilo Hermione, di que SOLO YO puedo hacerte todo eso. ¡DILO, PORFAVOR!

La castaña ya no aguantaba más, miraba a los ojos gélidos de Draco los cuales la miraban con amor, el tenía razón, solo era suya, siempre seria suya.

-Solo tu...tuya aaah ahh- la leona sentía su orgasmo venir- ¡SOLO TUYA!

Un par de embestidas más y el Slytherin se corrió dentro de aquella preciosa leona, llenándola de amor, cayó encima de ella con delicadeza para luego tumbarse al lado, ambos intentaban que sus respiraciones volviesen a la normalidad, Hermione abrazo a Draco apoyando su cabeza en el pecho del rubio mientras ambos se quedaban profundamente dormidos, no sin antes decirse:

Te Amo.

Ahora Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora