Otra vez Malfoy

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De vuelta a la rutina después del baile, Hermione se encontraba más rara de lo normal, cosa que Draco noto, pues apenas le dirigía la mirada cuando se encontraba sola o Potter y la comadreja no la veían, el rubio estaba empezando a pensar que Hermione se arrepintió de lo que ocurrió aquella noche en la sala de menesteres.

"Maldición..."- Pensó el Slytherin.

No dejaba de pensar en que podría haber causado ese cambio en la castaña, si habría hecho algo que la molesto, molesto, golpeo la pared de su habitación, tenía que hablar con ella y saber qué demonios le pasaba con él.

Hermione por su parte estaba de lo más nerviosa, la profesora Mcgonagall la hizo llamar junto con Ron para explicarles en qué consistía la segunda prueba del torneo, y sabia de sobra que si Draco lo descubría haría lo que fuera con tal de que no fuera una de las candidatas.

Las semanas pasaban y Draco tomo la decisión de hablar con Hermione, pero no la encontró en ningún sitio, ni a ella, ni a la comadreja, fue hasta la sala de menesteres pensando en que necesitaba encontrar a Hermione, pero la puerta no apareció, el rubio apoyo su cabeza en la pared, no sabía cómo podía pensar así de su castaña, sabía que ella le quería, igual que el a ella, pero necesitaba verla.

Cuando llego la segunda prueba del torneo, Draco busco con la mirada a la castaña por la que estuvo en vela casi todas las noches, y de nuevo, no la encontró, ni a ella, ni a Weasley.

La primera en salir fue Fleur Delacour, quien no había superado la prueba ya que los monstruos del lago la consiguieron atrapar y tuvo que salir, por lo que quedo descalificada.

El primer ganador de la prueba Cedric Diggory no tardo en salir del lago junto con Cho Chang, una alumna de Ravenclaw.

-¿Qué hace Cho Chang ahí?- empezaron a preguntarse algunos alumnos.

El rubio al ver a la Ravenclaw salir, solo dirigió su mirada hacia el agua con preocupación y horror.

¡Hermione!- pensó el rubio mientras apretaba el puño con fuerza.

Ella estaba en aquel lago, y si Fleur estaba descalificada, Potter debería de elegir entre...

No pudo seguir pensando más cuando vio al Viktor Krum salir del agua junto con una castaña de Griffyndor, SU castaña para ser más exactos.

Sentía que una rabia se apoderaba de él, ni sabía explicar que eran ese sentimiento.

Al terminar la prueba, el rubio se fue sin prestar atención a su alrededor, no quería ver como ella estaba con Krum y abrazaba a Potter.

Pero ese gesto no se le paso por alto a la castaña, la cual lo miraba triste al ver como se iba sin dirigirle una mirada.

Hermione estuvo buscando a Draco por todos los lugares hasta que lo pensó más detenidamente, la sala de los menesteres, sin pensarlo y con el cansancio en su cuerpo, fue por la noche a buscarlo allí, sabía que Draco estaría enfadado y buscaría desahogarse.

Con mucho sigilo fue a la sala por la noche con el deseo de ver a Draco, la puerta se le apareció y entro, miro a Draco quien estaba con las manos apoyadas en la pared, ¿la estaba esperando?

-Draco yo...- no le dio tiempo a seguir pues Draco la fulmino con la mirada, dejándola muda, sentía la ira de Draco desde lejos.

-He estado... semanas pensando en si hice algo mal- se iba acercando poco a poco- en si te hice daño o te moleste aquella noche en esta sala cuando te volví a hacer mía, no sabía... no sabía nada de ti Hermione, y me encuentro, con la sorpresa, de que estas participando en esa prueba, y que ese...- Draco se mordió el labio apretando los puños- he aguantado... verte con él en el baile, aguanto que cada dos por tres este contigo en la biblioteca, pero ¿porque te tenía que sacar el?

Hermione estaba muy tensa, Draco estaba acercándose poco a poco mientras la miraba con sus ojos gélidos, hasta tal punto de notar que su cuerpo estaba helado.

-Draco, solo somos amigos, entre Viktor y yo no hay nada, te lo pro...- sus explicaciones fueron interrumpidas ya que Draco la sujeto de los brazos y la pego contra la pared, apretando su agarre- D-draco...

La castaña temblaba mientras lo miraba, nunca lo había visto así.

-Eres mía Hermione- apretó el agarre de la chica- solo mía ¿¡me oyes!?

El rubio no podía más, no podía parar de imaginar a Krum haciéndola gemir, o que la tocase, o que respirase el mismo aire que ella, se estaba volviendo loco, ella lo volvía loco.

No lo pensó dos veces, empezó a besar su cuello con desesperación, mientras dejaba varias marcas en su cuello, bajaba hasta su hombro mientras daba pequeños mordiscos dejándole la marca de sus dientes, notaba como Hermione se retorcía intentando apartarlo, sabía que la castaña estaba asustada, pero el sentía temor a perderla, un temor que poco a poco lo estaba consumiendo, convirtiéndolo en el miedo que ahora mismo ella sentía.

Hermione poco a poco empezó a ver nublado, pues las lágrimas empezaron a empañar sus ojos color chocolate que ahora se deslizaban por su mejillas, por primera vez tenía miedo de Draco.

El rubio noto una gota caer justo en su mejilla, paro su acción y miro a Hermione, quien tenía la mirada perdida mientras las lágrimas no paraban de salir de aquellos ojos color chocolate, solo en ese momento, Draco se dio cuenta de lo que estaba haciendo, estaba siendo como su padre, se estaba convirtiendo en el miedo del otra persona, y esa persona era Hermione.

-Hermione yo...- no le dio a terminar pues un golpe resonó en la habitación.

Draco se encontraba con una mejilla roja mientras su cara estaba de lado, lo mismo que paso aquella vez, ella lo había abofeteado, pero era diferente, ese golpe era de tristeza.

-No me... -Hermione intentaba relajarse- vuelvas a tocar Malfoy.

El rubio sintió un dolor en el pecho, lo volvió a llamar Malfoy, volvió a poner su apellido y no su nombre por delante, no podía mirarla, no después de lo que le hizo, si no fuera porque la vio llorar, hubiera llegado más lejos, le hubiera hecho más daño, la hubiera hecho suya... sin el consentimiento de ella.

Solo escucho la puerta de abrirse y de unas pisadas alejándose, ella se había ido de aquella sala, unos minutos después, Draco lanzo un hechizo para silenciar la sala y empezó a gritar de rabia hasta quedarse afónico, no quería convertirse en su padre, no quería convertirse en un...

-Monstruo...- susurro el Slytherin mientras se dejaba caer de rodillas y sus lágrimas surcaban sus frías mejillas.

Sin duda Hermione, ahora pensaría lo mismo que él.

Ahora Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora