Un sentimiento entre amor y recuerdos [TERMINADA]

7.

Nuevo capitulo que espero disfruten, comenten y voten n.n

Kenji observó hacia la puerta cuando esta se abrió y dejó a su vista a la culpable de lo que había sucedido por la mañana. Allí estaba quien pagaría por algo que ciertamente, de algún modo, también, por todo lo que había estado pensando mientras la esperaba, era su culpa.

-Quiero suponer que ya saber porqué te he llamado -habló entonces y Kaoru se vió ciertamente nerviosa y más aún cuando su guardaespaldas cerró la puerta detrás de ella, dejando a ambos solos.

Kaoru entonces se acercó mordiendo con fuerza su labio inferior y se colocó delante de una de las sillas que se encontraban frente a él y separadas por el escritorio.

-Solo quiero saber ¿por qué lo has hecho?

Kaoru entonces rió seco y lo miró con cierto recelo.

-¿En verdad lo preguntas?

Kenji se mantuvo impasible, y fue entonces que apoyó uno de sus codos sobre el escritorio para luego apoyar su cabeza en su mano.

-Siempre has sabido cómo sería todo -dijo entonces y suspiró, ciertamente cansado e irritado -Siempre has sabido que no te amo y que si hubiese sido por mí nunca hubieras venido conmigo.

Vió entonces cómo ella apretaba con fuerza sus manos.

-Siempre me ha importado poco lo que sucede conmigo Kenji y eso lo he dejado sumamente claro desde el primer día que pisé estas tierras, pero no lo quiero para mi hijo. No lo merece y mucho menos aún cuando estás intentando hacer todo lo posible para quitarle lo único que le dará su padre.

Kenji formó en su rostro una sonrisa levemente torcida.

-Mi puesto no es algo que le esté dando Kaoru, es algo que tendrá que ganarse, como lo harán también los hijos de Maxwell. Ya he llegado a un acuerdo para que Ren también pueda ser mi sucesor.

-¡No es justo! -gritó entonces, golpeando con fuerza el escritorio, algo que no le sorprendió, ni tampoco afectó a Kenji -Les has dado todo a ellos, Yuuki ni siquiera tiene tu cariño y aun así le quitarás lo único que le está dando un propósito para...

-Así que en realidad -le cortó suspirando y tirándose hacia atrás en su asiento -Todo lo has hecho simplemente por celos.

La rabia destilaba por cada poro de la piel de Kaoru, hasta que pareció algo quebrarse dentro de ella, y comenzó a reír de forma desquiciada.

-¡Oh, si! ¡Me he vuelto completamente loca! -le gritó y volvió a golpear el escritorio -¿Pero quien crees que es el causante de mi desgracia y mi desdicha? ¿Quien crees que ha sido el miserable que no ha dado ni una pizca de sentimiento hacia su propio hijo? ¿Quien crees...?

-Estas por pasar la línea Kaoru y te recomiendo no hacerlo.

Kaoru rió sin alegría alguna.

-¿Que no la he pasado dices? He asesinado al hijo que ese idiota espera. Ese idiota que tengo que aguantar todos los días con una sonrisa radiante y hablando maravillas de un hombre que apenas veo y que cuando lo hago lo único que hace es despreciar y denigrar a su hijo. Dime Kenji, ¿desde que le he hecho perder ese niño a Maxwell, no he pasado la línea?

Kenji se le quedó mirando, impasible y sabiendo que las palabras de ella eran ciertas. Demasiado ciertas y ya demasiado tarde par enmendar algo.

Fue entonces que inspiró con fuerza cerrando los ojos, para luego abrirlo y poco a poco ir dejando escapar el aire que había acumulado.

-Ya que hemos llegado a este punto y no parece tener retorno, de ahora en adelante Kaoru tienes terminantemente prohibido salir de tus aposentos. Las pertenencias de Yuuki y él mismo serán trasladados al ala este, a la misma de Maxwell y mis hijos y tendrás prohibido la visita de cualquier persona, incluido nuestro hijo.

Kaoru abrió los ojos de par en par, y observó cómo lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas.

-No -balbuceó -No... No... -negó con energía una y otra vez sin dejar de repetir esa palabra -No puedes hacerme esto ¡NO! -gritó y cayó rendida al suelo con las manos cubriendo su rostro -Eres un monstruo -agregó sin quitar sus manos de su rostro -Te odio. Te odio. Te odio. Te odio y te maldigo eternamente -vio entonces, cuando levantó el rostro, la furia que brillaba en sus ojos.

Kenji la observó impasible y se levantó, rodeando el escritorio y llegando a su altura, apoyando entonces una de sus rodillas en el suelo y tomándola del mentón para que sus ojos no dejaran de encontrarse.

-Por lo que has hecho fácilmente podría asesinarte aquí y ahora -le susurró firme y letal -Agradece que aun hay algo de bondad en mi y te dejo vivir y ver cómo Yuuki crece -acercó entonces sus labios a uno de sus oídos -Para que observes lo que tú mismo le has hecho a tu propio hijo.

Y luego de aquello la soltó y se levantó.

-Ordenaré de inmediato todo, así que serás escoltada por uno de los guardaespaldas hasta tu habitación y ni siquiera sueñes en despedirte de Yuuki y mucho menos salir de esas cuatro paredes. Pude haber decidido no acabar con tu vida Kaoru, pero esta será la única vez -terminó y se dirigió hacia la puerta, la cual abrió y ordenó enseguida que escoltaran a Kaoru, como también que movieran todas las pertenencias de Yuuki al otro extremo de la mansión.

Fue entonces, cuando se encontró una vez más solo en su propia oficina, que se dejó caer en su asiento y supo que en aquel momento, sin siquiera verlo llegar o siquiera pretenderlo, había terminado convirtiéndose en su padre. El hombre en el que había prometido nunca convertirse, pues su padre en su momento había hecho algo similar a lo que él estaba haciendo en aquel momento. Algo que no tenía marcha atrás. Algo que marcaría de por vida Yuuki y Kaoru y él había sido el culpable de ello.

***

Cuando despertó en la habitación, con uno de sus brazos cruzando por su rostro, supo enseguida que él ya no se encontraba en aquella habitación, como también sabía que se había ido hacía ya mucho tiempo.

Quitó entonces su brazo de sus ojos y observó el techo blanco de aquel hotel donde había despertado y del cual tenía leves recuerdos y donde sabía, había hecho algo que Grayson no le perdonaría fácilmente y se encontraba en todo su derecho.

Se levantó entonces con pesar, sintiendo los arañazos en su espalda, los cuales escocían, pero sabía que aquello era nada comparado con lo que le había hecho a Grayson. Ni siquiera podía entender cómo había sido capaz de levantarse e irse.

Fue entonces que divisó la pequeña nota en la pequeña mesa de aquella habitación, por lo que se acercó y la leyó.

Tómate un taxi y ve directo al trabajo. Dile a Regina que por unos días no iré a trabajar, pero que sigan con los casos que tenemos y que no acepten más hasta que yo vuelva. Se lo diría por mensaje o llamándola, pero será más práctico si tu se lo dices en persona porque nunca contesta. Busca a los niños en el jardín luego. Nos vemos en casa.

Grayson.

P.D: El hotel incluye desayuno así que puedes tomarlo.

P.D.2: No creas que con esto me he olvidado lo que sucedió.

P.D.3: Eres un imbecil.

Ethan formó una leve sonrisa al leer las últimas líneas, porque sabía que a pesar de que Grayson estaba más que cabreado por lo sucedido había algo en aquellas palabras y en la forma en que las había escrito que le dejaban en claro, que a pesar de que estaría molesto por unos días, no era algo que no se pudiera solucionar.

Y con aquello en mente, se dirigió al baño, dándose una tendida ducha, pues tenía tiempo de sobra antes de irse, para luego cambiarse y bajar a desayunar, para terminar en el trabajo.