Capitulo 29

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Al otro día desperté y eran las 14:30. Wow, era muy tarde, ¿cómo había hacho para dormir tanto? Baje al comedor.

-¡MAMÁ!¡PAPÁ!-grité por toda la casa pero nadie contestaba.

Noté que en la mesa había un papel pequeño "Mia fuimos a ver jugar al fútbol a tu hermano, si tenes hambre en la heladera dejamos comida para vos. Te amamos".
-Me dejan sola denuevo...que lindos padres-dije.

Me dirigí a la heladera y me serví jugo de naranja en mi vaso. Aproveché para ver los capitulos que había grabado de mi serie favorita. El timbre sonó y me pareció un poco raro.

Abrí la puerta y sí, ahí estaba él...tan arreglado como siempre, era Valentin. Sonrió. Yo no sabía que hacer, lo único que quería era correr hacia mi cuarto y llorar.

-Hola amor-puso sus manos en mi cabeza acercandola a él para poder besarme. Me besó y yo intenté salir-Te extrañe tanto. Estas semanas se me hicieron eternas.

-Entra-dije seca.

Ambos fuimos hacia las sillas enfrentadas que rodeaban la mesa.

-¿Querés tomar algo?-dije.

-Mmm, no amor. ¿Pasa algo?

-¿Porque no atendiste mis llamadas? Llegue hace dos días y no viniste a verme, nada-dije mirandolo fijamente a los ojos.

-Perdón, tuve que cuidar a Jennifer y estuvimos en la casa de mis abuelos-dijo.

No podía entender. Me mentía tan facilmente.

-No entiendo Valentin, ¿pensas que soy estúpida?-dije y mis ojos se llenaron de lagrimas-Te vi, te vi engañandome...otra vez. Besando a otra chica. No puedo creer, ¿aprovechaste que me fui de vacaciones para engañarme con otra?

En ese momento estallé, no pude contener más el nudo en la garganta, no podía contener más las lagrimas. Comencé a llorar.

-No, no, no...Mia, no fue así-dijo y se levantó de la silla-No paso nada con ella. Perdón, perdón.

Quiso abrazarme pero yo me alejé y me levanté de la silla. Sequé mis lagrimas y él apoyo su cabeza en mi hombro llorando y pidiendo perdón.

-Mia, no quiero perderte denuevo.

-Ya me perdiste, olvidate de todo Valentin-dije alejandolo de mi-Andate, no quiero verte más. Me hace mal esto.

-Pero amor-dijo.

-¿Amor?-lo interrumpí-Te equivocas, no soy tu amor, ya no. La próxima vez que quieras engañar a una mujer asegurate por lo menos de cubrir las ventanas, idiota. Andate de mi casa.

Me miró fijamente por unos segundos y se fue.

No aguanté más, me tiré en el suelo y lloré como nunca.

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