I Kissed a Boy •NJ•

4

Se quedó callada.

Su sonrisa decayó, sus palabras se esfumaron y sus ojos lo veían con incredulidad. Lo estaba haciendo sentir que moría.

—Es una broma ¿cierto?

Jin solo pudo sentir como algo dentro de él apretaba un poco.

—No lo es—susurró, no pudiendo hablar en voz alta y clara.

—Bien, creo que...bien.

—¿Bien?

Esa no era la reacción que esperaba.

—Sí, bien—dijo al fin— Quiero decir...estabas ebrio. Y no eres gay. Ni siquiera recuerdas su nombre ¿cierto?

Hilee levantó su cuchara, llena de pastel, y la metió en su boca como si su vida dependiera de ello.

—No. No recuerdo ni su cara—mintió. Aunque era verdad que no recordaba el nombre del chico. Los novios de su hermana no le interesaban en lo absoluto.

—¿Lo ves? Está bien, fue solo algo como...tal vez pensaste en mí y sucedió. Algo así como ¿naturaleza humana?

Hilee se levantó bruscamente de su asiento y con un "disculpa un momento" se alejó de la mesa de aquella cafetería, llendo directamente al baño.

Jin soltó un suspiro rendido y se dejó desparramar sobre su silla. Necesitaba aclarar su mente. Las cerezas no salían de su cabeza.

Enderezó su cuerpo cuando escuchó la silla frente a él moverse y forzó una sonrisa, cuando su novia le regaló una muy bonita.

Pero su sonrisa fue desapareciendo poco a poco. Los responsables de ello eran la parejita que acababa de llegar. Riendo por cosas que no le importaban. No.

—¡Jin!—llamó su novia—¿Me estás escuchando?

Y él solo deseaba que Hilee no hubiera sido tan escandalosa, tal vez de esa manera el rubio no habría volteado a verlos.

Se quedó estático cuando su mirada cruzó con la del chico.
Hilee, curiosa, volteó hacia donde veía su novio y sonrió en lo grande cuando reconoció a la chica que estaba pagando algo en la caja.

—¡Hyunsin!—chilló, porque llevaba tiempo sin hablar con la chica—Por aquí, cuanto tiempo.

Hyunsin se acercó a la mesa con rapidez, olvidando por completo a su novio quien la siguió con pereza,  y abrazó a la chica tan fuerte, sintiendo que la rompería si apretaba un poco más.

Empezaron a hablar, como cualquier pareja de amigas que no se veían en un largo tiempo. Tomaron asiento en aquella pequeña mesa para 4 personas, sentándose juntas de un mismo lado.

El rubio, de nombre desconocido para Jin se tensó por completo cuando se dio cuenta de que no se irían pronto de ahí y que el único lugar libre para sentarse, era el que estaba al lado del hermano de su novia.

Bien, él podía fingir que no pasaba nada. Era un experto en eso. Así que lo hizo.

Obligó a su cuerpo a relajarse, tomó una respiración profunda y se sentó al lado del chico. No pasó por alto como el cuerpo del pelinegro se tensaba.

—Seokjin—saludó, intentando sonar neutro.

—Hola—respondió el pelinegro, forzando a su memoria por recordar si alguna vez su hermana le había dicho el nombre del rubio—¿Jackson?

—Namjoon—corrigió, con algo de molestia. ¿De verdad el pelinegro no sabía su maldito nombre?

—Ah, cierto. Namjoon.

Ambos, incómodos, decidieron dejar la conversación donde estaba y en lugar de seguir hablando se dedicaron a observar a las chicas frente a ellos.

Entonces pasó la cosa más rara que a Namjoon le pudo haber pasado en mucho tiempo.

¿Por qué Seokjin tiene mejores labios que su hermana?