Capítulo 16 - 116 Horas Para el concierto

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Quien quiere un despertador, teniendo a Danna que me estaba sirviendo de uno en aquellos momentos.

-Malú! Venga! Vamos que vamos a llegar tarde levántate ya!!.-La había escuchado hacia un rato moverse por aquella casa, pero al echar mano del teléfono eran las cinco de la madrugada, y por consecuentes tenía ganas de matarla, pero prosegui en darme media vuelta y seguir durmiendo, pero su voz cada vez se fue haciendo más fuerte.- Malú!! No querrás que lleguemos tarde?.- Tarde?, tarde a donde?.. si yo era la más puntual que había en la faz de la tierra. Ahora mismo si mi hermano me estuviera leyendo la mente se estaría descojonando de mi, hasta el punto de doler.

-Que quieres!!, esto no puede ser sano.. de verdad déjame dormir.-Dije tapandole con la colcha de la cama.

-Jefa.. que hoy es lunes.. hay universidad.. recuerdas que anoche te lo comenté..

La escuché y como un resorte me senté en forma India en la cama.-Estas segura de que yo vaya a clases por ella, que la van a expulsar pero vamos desde ya te lo digo..

-Venga ya jefa.. que al final te veo inscrita en la universidad terminando una carrera..

No pude evitar reírme, aquello si de verdad me hizo gracia, con las ganas que yo tenía de no ir más a clases y hoy me vería nuevamente sentada en uno..

-No tenemos a la suerte..-Dije aún riendome.-Bueno vamos.. te acepto un café como disculpas por este madrugón..

-Anda voy a hacer el desayuno..

-Te prometo que cuando vuelva a Madrid.. le diré a mi madre que me has estado alimentando bien.- Me eche a reír mientras entraba hacia el cuarto de baño, donde me arregle aquellos pelos que tenía al levantar. Me vestí informal pero elegante, había que ir siempre con elegancia aunque fuera a tirar la basura.

Busque a Danna, más bien busque aquel olor que ya llegaba hasta el final del pasillo, donde se encontraba ella en la cocina con la mesa totalmente puesta, y con el café con aquel chulito saliendo, y calentito que más se podía pedir.

-No hicistes bien la otra noche Malú.. perdóname pero te lo tenía que decir.

-A que te refieres Danna.

-Sabes perfectamente a que me refiero.-Me enseño su móvil, donde tenía miles de llamadas de Bruno, preguntando por que no había ido desde el viernes noche a trabajar, y creo que era más que evidente el por qué de ello.

Yo simplemente leí aquellos mensajes, no debí de haberme dejado besar, pero lo peor de todo esque le seguí aquel beso como una completa estúpida, y se.. se que ella había visto, o sospechado algo por que cuando entro al salón nuevamente, no hacía más que mirarme con aquella mirada, la misma que me estaba observando ahora.

-Malú..

-Lo sé..  se que no estuvo bien aquello, se que no debí dejar que me besara...

-Que te beso??.-Puso el grito en el cielo, era aún más exagerada que mi querida madre.-Pero Malú..

-Pense que te referías a eso.-Dije viendo como la había cagado claramente al confesarme aquello.

-A lo que me refería..  esque pensé que le habías soltado alguna borderia de las tuyas para defender a Daniela.. pero besarte con Bruno..

-Lo sé lo se..por que te crees que te dije que lo mejor era que no fuera más por allí al menos por un tiempo.. o al menos hasta que esto se mejorara...

-Pero Malú esa tampoco es la solución..

-Dime tu cúal es entonces la solución.. por que yo creo que esta va a ser la mejor.. la de cortar por lo sano..-Dije muy segura.

-Esto no puede acabar bien..

-Vamos?.. me tienes que enseñar donde esta esa universidad..-Dije ya saliendo por la puerta.

-No tiene remedio..

Sali tras de ella, dirigiéndonos hacia aquel edificio enorme que supuse que era la universidad, al leerlo en grande.

-Por favor.. Jefa.. no la líes mucho por lo que más quieras..-Le eche una sonrisa en forma de no puedo prometer algo que ni yo misma sabia que pasaría.

Como jugarle que no la liaria..  si para empezar no sabia ni donde tenía que ir.. por que una joven, me paró colocando su mano en mi hombro dirigiéndome a la  clase donde se supone que teníamos a esa hora, al parecer Daniela, la había calado desde el primer día, era la persona más tímida de este planeta tierra, y lo que quedaba de universo, le costaba mucho dirigirse a las personas que no solía tener confianza, y podía saber como se siente perfectamente, por que yo a primeras era igual que ella, simplemente que yo me volví así por que las circunstancias de la vida me hicieron hacerme una persona reservada, tímida con mi vida, encerrandome completamente en mi coraza, necesitaba alejar a esas personas tóxicas de mi vida, sin saber que algunos de ellos, no me querían para lo que yo creía que me querían.

-Daniela, estás en la clase o hoy también estás en modo mute..

-O hablo o atiendo a la clase las dos cosas no se pueden hacer a la vez.-Solte sin pensar mientra mordía la parte de atrás del bolígrafo mirando aquel profesor, que no pudo hacer otra cosa que en enmudecer, mientras los restantes de aquella clase se quedaron mirándome ojiplatos.

-Pero tía.. -Salto aquella muchacha Morena que minutos atrás me habia guiado a esta clase..

-No quería buscarme la boca?, pues yo le contesté.-Dije siguiendo con lo mío.

Creo que podía notar como en lo que había quedado de clase la mirada de varios compañeros de Daniela no dejaron de mirarme, haciendo sentirme muy incómoda, y con la miel en la boca de saltar, saltar para que dejaran de mirarme, pero la huida que habían tenido los primeros compañeros de las primeras filas espantaron al resto del grupo.
Aquello no parecía tan malo como había imaginado, pero no podía evitar soltarle alguna borderias a los que lo necesitaban era superior a mi.
No pude evitar leer un anuncio que estaba colocado en uno de los tablones...

"¿Te gusta la música?,¿Te gusta cantar?, No te lo voy a poner más difícil, coge un número de los que están colgados, es mi número de teléfono móvil, llámame, y si se acabaron los números.
Todas las mañanas de 10 a 13 estoy en el salón C6, os esperaré con los brazos abiertos.

Saludos Inma.

Mire como por impulso el reloj del móvil, y como por suerte, o por que aquel día los planetas se alinearon y querían que esto pasara, eran las diez menos diez de la mañana, y me daba el tiempo exacto de buscar aquella dichosa clase, pero yo... yo no me quedaba sin ir a esa clase, no me iba a quedar sin cantar con aquel mono que tenía encima 

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