Capitulo 2 - No entiendo nada

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Malú

Nunca había visto llover de la manera que llovía aquel Jueves. Desde bien entrada la madrugada había empezado a llover, al principio era relajador, creo que hasta me llegue a dormir las primeras horas, pero a las seis de la mañana, la hora cual había observado el reloj de mi teléfono móvil, se podía escuchar como llovía con furia, como si el cielo estuviera enfadado y esa fuera su manera de vengarse.
Sobre las nueve había quedado con mi hermano para ir a el estudio de radio de cadena dial, y como era de costumbre, el llegado a antes de que yo estuviera lista, y más con un día como hoy.
Danka no tardó en venir a acompañarme, los truenos le gustaban tanto o menos que a mi, era una cosa que no llegaba a soportar estando sola, y desde hacía unos meses era como estaba.
Ella misma se busco un lado en mi cama, junto a mi, pegando su cuerpo caliente al mío, ahora si que no me sacaba nadie de aquella cama, con lo calentita que estaba en aquellos minutos.
Alcance mi móvil, para indagar un poco en Twitter, siempre me reía con las ocurrencias de mi gente, a veces me era inevitable soltar algún me gusta o retwittearlos.

- Oye Danka. - La perra me miró al escuchar su nombre.- Eres mi mejor estufa de calor viviente.-Me reí yo sola mientras le regalaba unos besos, y dejaba que me lamiera la cara.

Me eché unos minutos más junto a ella, no pensé que aquellos minutos resultarán ser horas, pero cuando me vine a dar cuenta eras las ocho y media de la mañana y en media hora llegaba mi hermano. Me levanté dejando a mi perra aún metida en mi cama, aún cogiendo calor, mientras yo me meti en el baño dispuesta a cambiarme.
Danka me observó como volvia a salir del baño, de la misma manera que había entrado, y esque como cada mañana, en los últimos veinteaños que llevaba de independiente total, no escarmentaba en recordar coger la ropa antes de entrar al baño, y así un día tras otro perdía una parte de mi tiempo en las mañanas.
Me pasee por mi habitación despacio sin esforzar mucho mi pie derecho, que estaba algo resentido aquella mañana, haciéndose un poco más molesto que días anteriores, buscando la ropa que usaría aquella mañana.
No fue muy difícil de buscar, ya que cogí unos de mis pantalones preferidos negros, que lo conjunte con mi chaqueta de cuero, no podía estar más enamorada de aquella chaqueta, y para no varíar y no romper los colores, cogí una camiseta negra. Había cmterminado colocándome algunos complementos, varios anillos y un colgante, después de maquillaje un poco antes de salir del baño.
Al bajar la otra parte de mi zoo me pidieron desayunar nada más verme, lo mismo que hizo Danka que nada más escuchar el ruido de la comida en el comedero bajo como una loca.
Hice bastante café, previniendo que  en nada estaría mi hermano entrando a la casa, y como de costumbre sin haber desayunado. Valiente varias rodajas de pan, nada mejor que empezar la mañana que con un buen café, y unas tostadas con mermelada.
Coloque lo que me hacía falta en la mesa, y como si el café hubiese llegado a sus fosas nasales desde lejos, nada más apartar la cafetera del fuego, y servirme mi taza, mi hermano entró por la puerta de la cocina.

-Buenos días!!.- Me sobresalte al oír su voz, no había escuchado cuando había entrado.

-Coño José!, que susto..- Pase mi mano por la encimera limpiando el poco de azúcar que había derramado al asustarme.

-Ese pulso hermanita, que pareces una vieja.-Me beso el tope de mi cabeza al llegar a mi, para luego levantar su mano por encima de mi, y abrir el mueble para sacar una taza para el.

- Menos mal que te conozco y echo más café que si no..

-No esperaba otra cosa de ti enana.- Como le gustaba picarme a este hombre no sabía cómo aún lo dejaba entrar por las puertas de mi casa.

- Como le gustaba picarme a este hombre no sabía cómo aún lo dejaba entrar por las puertas de mi casa

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