Extra Nº 2

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—Ya tranquilizate Changkyun —

Claro, era muy fácil para Jooheon decirlo porque él no estaba a punto de conocer a sus suegros.

Las posibilidades se disparaban en la mente de Changkyun sobre el encuentro que tendría con los progenitores de su novio ¿Qué clase de gente serían? ¿Les agradaría? ¿Qué carajo haría si no? La duda lo estaba carcomiendo.

Siempre le dio curiosidad el porqué Jooheon no vivía con sus padres desde tan joven, y es que según el chico, vivía solo porque sintió que ya era el momento de volverse independiente, pero no tenía otro motivo más que ese.

Casi no le hablaba de ellos, y eso le resultaba extraño, tampoco hablaba mucho de su infancia, lo que era aún más raro.

Changkyun recordaba haberle hablado a Jooheon hasta de la ocasión en la que su tía había llevado una silla al festival de primaria, donde los cuatro hermanos cumplieron con su importante papel de árboles bailarines, solo para poder subirse en ella y grabarlos sin obstáculos.

El recuerdo de su atolondrada tía le hizo sonreír. La extrañaba, extrañaba a sus tíos, quienes se volvieron como sus padres después de perder a los suyos.

Cuando sus padres murieron, sus tíos no dudaron en tomarlos bajo su cuidado, tanto ellos como su hijo Daniel, los recibieron con los brazos abiertos, después de todo, las familias debían mantenerse unidas en situaciones tan devastadoras como esa. La familia Kang-Yoo se mudó a Londres, al menos durante una temporada, querían darles a sus sobrinos un nuevo inicio, para Soyuo fue un golpe muy fuerte perder a su querida hermana, Jihoon perdió a su mejor amigo y el pequeño Daniel a sus tíos favoritos. Para todos fue una dura perdida, y vivir en un nuevo hogar donde una ausencia como aquella no sería tan evidente, sonaba muy bien.

Vivieron sus años en Londres. Fueron buenos momentos y lindos recuerdos pero a la larga extrañaron su país natal, y con fuerzas restauradas regresaron a Corea tiempo después. Eso fue hace apenas cuatro años, pero tan sólo un año después de haber llegado, por cuestiones del trabajo de su tío, ahora debían irse a América. Los cuatro chicos estaban contentos de estar de vuelta, y sentían que era demasiado pronto para irse, fue cuando los cuatro decidieron quedarse en Corea. Ya eran lo suficientemente maduros y responsables para ello, tanto que sus tíos aceptaron que así fuera.

Entre lágrimas, besos y abrazos fue que la familia se despidió. Sus tíos estaban orgullosos de ellos pero aún les dolía ver que sus cuatro hijos ya estaban creciendo tan rápido.

Actualmente estaban viviendo en Canadá, no estuvieron mucho en Estados Unidos, pero tal parecía que se quedarían por un buen rato en Quebec.

Honestamente no sabía que esperar de conocer a sus suegros, no había escuchado prácticamente nada de ellos pero tan sólo quería saber que los padres de Jooheon lo amaban tanto como sus tíos los querían a él y sus hermanos.

Jooheon estaba tranquilo, ya se había quedado dormido con la cabeza apoyada en el cristal de la ventana. Iban en tren rumbo a su pueblo natal. Salieron temprano en la mañana y al parecer le cayó de peso.

—Este tonto... —

Changkyun tomó su cabeza delicadamente y la dejó caer en su hombro, que era más cómodo que aquel cristal obviamente. No quería que el pobre se llevara un golpe si el tren llegaba a dar un movimiento brusco.

Ya no quería seguir pensando demás  en las probabilidades que habría cuando llegara el momento de conocer a sus suegros, sería mejor dormir un rato para no pasarsela bostezando cuando ya estén allá y de paso relajarse un poco.

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🐺♥️🐝

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Pequeño Demonio; Monsta XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora