Pequeño Demonio; Monsta X

Capitulo 18

La ira y la envidia, dos de los pecados capitales más comunes en la humanidad. ¿Cuántas veces no envidiaste a alguien por tener algo que tú no? Lo que sea. ¿Cuantas veces no te enfadaste con alguien o algo?
Quién diga que nunca haya pasado por nada de lo anterior es un mentiroso.

Todos hemos pasado por estos sentimientos porque son completamente normales pero lo que realmente importa es que tanto dejamos que nos manejen. Es ahí cuando aparezco yo, queriendo sacar lo más oscuro y despreciable de los humanos, cosa que jamas me ha costado trabajo.

Nací bajo la ira y la envidia, me encargo de alimentar esos sentimientos que nacen del ser humano y que así salga su verdadero yo, con mi mera presencia cerca de ellos basta para descontrolarlos, nunca tuve que hacer más que eso para lograr mi cometido.

Y es que en serio, era algo impresionante lo que una persona envidiosa podía hacer, cómo el chico frente a mí, que observaba a una chica en la cuál siempre había tenido interés pero ella nunca le hizo caso, estaba caminando de la mano con su novio ignorando lo que su sonrisa enamorada estaba provocando. Me había acercado al patético tipo, despertando aquella nueva necesidad en su cuerpo, la necesidad de satisfacer sus deseos mejor ocultos.

Más tarde una pareja fue encontrada brutalmente asesinada a punta de golpes con una barra de metal en un terreno baldío de la zona. No tardaron en encontrar al joven chico que lo hizo y me fui satisfecho al ver esa mirada libre de cualquier arrepentimiento.

Y ese, era una de los tantos ejemplos de mi interminable lista.