Dos historias distintas, dos mentes extrañas intentando coincidir bajo un cielo estrellado, sin pensar en nada más que ellas y su felicidad, complementándose.
"Portada echa por _stellacandeti "
Está historia está escrita por mi.
Me di cuenta qué eran quince pasos a lo largo de la celda y treinta pasos a lo ancho, tampoco es que hubieran tantas cosas en la celda.
No entiendo por qué Sharon acepto está "nueva oportunidad" hace una semana, no servía de nada, era una perdida de tiempo.
No podemos cambiar lo que éramos, somos un arma sin cabida en el mundo.
-¿Cómo estás el día de hoy Romanoff?-. Dijo Wanda desde el otro lado de la celda mirándome con seriedad.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-No es algo que te importe Maximoff-. Dije rodando los ojos.
Mientras caminaba de un lado a otro, era aburrido estar aquí y ya había terminado de buscar varias maneras de escapar, era inútil.
-Tienes que ayudarnos aquí Romanoff, tienes una segunda oportunidad, Sharon acepto el trato y tú también... ¿A caso no quieres ser libre?-. Dijo y yo apreté la mandíbula sin verla.
-Que curioso, era libre antes de que me metieran a esta celda, que definición tan rara tienen de darle una segunda oportunidad a alguien-. Dije dejando de caminar y dándole la espalda.
-No eres libre Romanoff, eras manipulada por alguien más junto a tú hermana, aquí serás libre pero es obvio que no saldrán en libertad de la celda de un día para otro, no hay tanta confianza-. Dijo y yo gruñi cruzandome de brazos.
-Ademas no has estado siempre encerrada, hemos dado pequeños paseos-. Dijo Wanda y yo simplemente la ignore.
Sus pequeños paseos solo consistían en caminar por un pasillo vacío para llevarme a una sala enorme y vacía con restricciones en las manos y piernas, como un preso.
Mientras me dejaba mirar el bosque siendo vigilada por Wanda todo el tiempo, a veces se le unía la mujer llamada Jean.
Pero para ellos era mucho, el Profesor ha venido dos veces desde que estamos encerradas, él dice que nos dejara libre cuando crea qué puede confiar en nosotras.
-Tienes que cambiar de actitud ó al menos ayudarnos un poco aquí para confiar en ti, tienes una segunda oportunidad de tomar tus propias desiciones, además... El Profesor dio permiso para que hoy veas a tu hermana, nos vemos Romanoff-. Dijo Wanda y se escucho el pitido que indicaba que apagó el altavoz.
Fruncí el ceño girando un poco la cabeza al escuchar lo último, después volví a mi posición inicial de darle la espalda al cristal.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
