Dos historias distintas, dos mentes extrañas intentando coincidir bajo un cielo estrellado, sin pensar en nada más que ellas y su felicidad, complementándose.
"Portada echa por _stellacandeti "
Está historia está escrita por mi.
Estaba recostada en el sillón de la sala principal mirando como los niños estaban jugando un videojuego de zombies, los gráficos eran bastante buenos, los niños completamente felices y divirtiéndose.
Suspiré para levantarme con apoyo del sillón, el golpe que me di en la cabeza no me había afectado aunque Natasha decía que estaría más loca de lo normal, el esguince en mi tobillo izquierdo estaba mejorando, Jean y Hank decían que el suero me estaba ayudando bastante y el moretón en mi estómago ya no se notaba mucho, al menos ya ha pasado una semana y media desde aquella explosión.
Kitty, Bobby y Ororo se recuperaron mucho más rápido que nosotras, Ororo a un tenía un poco lastimado el cuello, eso me recordaba que los demás junto a Natasha y yo habíamos visitado a Clarice para agradecerle lo que había hecho por nosotros, ella decía que no había problema y que éramos lo único que tenía ahora.
-¿Qué estas pensando?-. Dijo Rogue llegando a mi lado mientras caminaba a mi habitación.
-Estaba pensando en lo horrible que eres y como Jean puede estar contigo-. Dije alzando una ceja mirándola.
-Eso es una mierda, soy atractiva y mucho más bella que tú-. Dijo Rogue dándome una palmadita en mi hombro.
-Quisieras ser mejor que yo-. Dije sacándole la lengua y ella rio.
-Si eso crees, toma-. Dijo dándome un pedazo de papel.
-¿Qué es esto?-. Dije frunciendo el ceño pero tomándolo.
-Solo soy la paloma mensajera, nos vemos-. Dijo Rogue dándome una sonrisa para después marcharse.
Gruñí y desdoble el papel, la letra es muy linda y la reconocí de inmediato.
Te veo esta noche, prepárate y ponte algo cómodo, me debes una cita y vas a pagarla, nos vemos a las ocho en el balcón del último piso de la mansión, no llegues tarde.
Atte: Lorna.
Sonreí al terminar de leer la nota, recordaba claramente que habíamos decidió tener una cita aquella noche y bueno, las cosas no salen como uno las tiene planeado, mordí mi labio inferior y seguí caminando pero ahora hacia la habitación de Natasha para pedirle ayuda.
Cuando llegue a su puerta me di cuenta que estaba entre abierta, así que la empuje solo para observar a Wanda y a mi hermana sentadas en la cama besándose.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¡Ay mis ojos!-. Dije en voz alta fingiendo cubrir mis ojos.
-Sharon-. Gruño mi hermana y yo rei en voz baja.
-Yo no tengo la culpa que dejen la puerta abierta, si quieren tocarse al menos cierrenla-. Dije con una sonrisa de lado mirando a Wanda quien se sonrojo.
