Dos historias distintas, dos mentes extrañas intentando coincidir bajo un cielo estrellado, sin pensar en nada más que ellas y su felicidad, complementándose.
"Portada echa por _stellacandeti "
Está historia está escrita por mi.
Wanda tomo un pequeño descanso, tomo su toalla y limpio su rostro para mirar a su alrededor, los altavoces sonaban con música electrónica, tomo su celular y tomó asiento enfrente de un espejo que daba a las bicis y se tomó una foto tranquilamente.
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Hoy era un día domingo por la tarde y no muchos iban hacer ejercicio, muchos alumnos salían todo el fin de semana para ir con sus familias y otras parejas tomaban un descanso y salían a pasear, Wanda tomo sus cosas y rápidamente camino hacia otra parte de la habitación donde habían algunos costales de boxeo, un cuadrilátero y más aparatos para ejercitarse.
Sonrió cruzandose de brazos al ver a su novia golpeando un saco de boxeo, se mordió el labio inferior mientras inspeccionaba cada detalle del cuerpo de la pelirroja que no dejaba de lanzar golpes al costal del boxeo.
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Wanda recordó lo que hicieron en la noche y un hormigueo paso por todo su cuerpo, tenía que admitir que la mayoría de las veces iba al gimnasio para ver a su sexy novia, no podía negarlo, además que tenía que estar en forma por cualquier cosa que llegara a pasar.
-¿Ya terminaste tu rutina?-. Dijo Natasha con voz agitada para ver a su novia con una sonrisa.
-Ya, pero tú puedes seguir por mi no te preocupes-. Dijo Wanda tomando asiento en un banco.
-Sabes... He tenido varios sueños sugerentes-. Dijo Natasha acercándose lentamente hacia su novia.
-¿Y cuáles son? Por qué igual he tenido muchos sueños muy buenos-. Dijo Wanda mordiéndose el labio inferior.
-Tuve uno donde estábamos haciendo unas cosillas en los baños del gimnasio, todavía recuerdo el aroma que desprendía de tu cuerpo en ese sueño-. Dijo Natasha subiéndose en el regazo de Wanda.
-Suena interesante, sígueme contándome más-. Dijo Wanda mientras posaba ambas manos en la cintura de su novia mientras Natasha rodeaba con su brazos los hombros de Wanda.
-Hay par de puercas, váyanse hacer sus cochinadas a su habitación-. Dijo Rogue llegando junto a Jean para lanzarles una botella de agua que Wanda paro usando sus poderes.
