— ¿Lydia? ¡Despierta Lydia! ¡LYDIA! —
— ¿Ah? — abrí los ojos de nuevo, la lampara estaba parpadeando y se tambaleaba peligrosa sobre nuestras cabezas, estaba recubierta por una leve capa de polvo que se había asentado en ella.
Mi madre se encontraba recargada en mi padre, quien se hallaba recostado sobre una pila de escombros, se nota visiblemente herido y parece dormir profundamente, la pila es grande pues contiene muchas partes de la mesa principal y algunos platos de la cocina.
Había un silencio muy ligero en la atmósfera del lugar, yo seguía sentada en mi silla, intacta e inmóvil, todo detrás de mi estaba como hacía unos momentos a excepción del cuadro familiar que ahora estaba tirado, el vidrio se había fragmentado por el impacto con el suelo.
Estoy mucho más relajada ahora que pude sacar todo aquello que me carcomía desde adentro así que con un impulso por ayudar me acerco al cuadro y lo levanto.
— Mama, deberíamos arreglar el cuadro, se ha caído por alguna razón— me acerco a ella con cuidado aún con el cuadro entre las manos, el piso está lleno de esa capa de polvo que recubría la lampara, también hay algunos trozos grandes de pastel y platos de porcelana en el suelo.
— ¿QUE HICISTE LYDIA? – todo sucedió demasiado rápido, solo pude sentir como me arrebataban el cuadro de las manos y lo arrojaban contra la pared, ocasionando un fuerte estruendo que me asustó demasiado.
Mi madre estaba llorando, no sabía realmente que le estaba sucediendo, se aferraba fuertemente a mi padre quien evidentemente seguía durmiendo en el suelo, el llanto de mi madre me ocasionaba demasiada confusión, no sabría describir la tristeza que me embarga cuando la veía tan desconsolada. De nuevo había arruinado todo.
******
El ventilador de mi habitación había estado haciendo un ruido extraño desde hace un tiempo por lo que no podía dejar de verlo, en realidad era lo único que podía hacer además de leer los mismos libros una y otra vez o dibujar en las mismas hojas los mismos dibujos. Había intentado contar los días desde que mi madre me había prohibido salir de aquí, pero era complicado. Los días se pasaban lentamente, aunque cuando Andrómeda me visitaba todo era más divertido.
— ¿Quieres jugar? — ahí estaba Andrómeda, era una niña de mi edad que vivía debajo de mi cama, ella era un tanto extraña, pero me prometió que me protegería si yo la dejaba ser mi amiga.
— Por supuesto que si— sonreí
Andrómeda tenía un hermano, ella me contó que el antes era bueno y brillante, el portador de la luz, pero desde que se rebeló contra su padre se vio envuelto en muchos problemas y ahora todos lo odian y lo culpan y que desde ese momento odia la luz, así que la obliga a vivir en oscuridad, lo estuve pensando seriamente y quizá eso es lo que sucedió entre mi madre y yo.
— ¿A qué vamos a jugar? — pregunté intentando ver entre la oscuridad tan profunda que se formaba debajo de mi cama, la luz era muy poca pues mi madre ni siquiera me dejaba abrir las cortinas.
— Es una sorpresa— Andrómeda tenía una voz muy silenciosa, ella nunca salía de debajo de la cama, pero siempre me hacía sentir mejor cuando aparecía.
— Está bien, ¿Qué tengo que hacer? — pregunte con mucha curiosidad
— Solo tienes que cerrar los ojos y confiar en mi— procedí rápidamente a hacerle caso, la última vez que jugamos había visto muchas luces de colores alrededor de mí.
— ¿Confías en mí? — pregunto Andrómeda con la voz casi en un hilo
— Siempre— respondí confiada
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LOS ILUMINADOS
Mystery / ThrillerReescribiendo completamente. ******* En forma de homenaje a mi gusto por Samuel de Luque decidí incluirlo como un personaje, manteniendo rasgos de su personalidad y su nombre. ******* Todos los derechos reservados ******* Si esta historia es de t...