LOS ILUMINADOS

XX.- UN MONTÍCULO DE HECHOS

Si vieras a dos extrañas chicas corriendo por el bosque, e inexplicablemente una de ellas fuera vestida con una bata de hospital mal puesta, ¿llamarías a la policía? Yo ciertamente no sé si lo haría, pero por fortuna o desgracia no soy yo la que debe decidir eso, a mí solo me toca correr en bata hacia un lugar mejor.

—¿Cuánto tiempo llevamos caminando? — Leira iba a unos pasos de distancia, usualmente yo caminaría más rápido pero no cualquiera se arriesga a correr en el bosque sin zapatillas, ese es un punto a mi favor

—No quiero seguir evitando hablar de eso, fue una suerte poder salir del hospital después de que te drogaron y sobre todo ha sido una suerte que sigamos vivas considerando tu falta de estabilidad emocional— Leira seguía sin mirarme, estaba molesta y quizá tenía razón.

—¿Quieres que hablemos sobre que asesiné al hermano de una compañera? ¿O eso sería ser demasiado directa? Ya te juré que yo no sabía quién era él, simplemente apareció en mi sala y de alguna forma lo maté —

—¿Sabes? Suena como la perfecta forma de vengarte de la forma en la que te trataban ellas, suena demasiado conveniente, ¿no lo crees? —

—¿Qué demonios estas insinuando? No te atrevas a culparme de todo— me detuve por el dolor que me causó una pequeña rama en mi pie.

—Lo siento— Leira por fin se había detenido —Pero actúas como si todo el tiempo no supieras que está pasando y simplemente me miras buscando respuestas, todo esto no estaría pasando si supieras comportarte o al menos controlarte—

—Realmente lo hiciste, me estas dejando la culpa a mi como si yo te hubiese metido en esto— La situación era irreal, y no porque discutiéramos por un homicidio, sino porque estábamos en el bosque culpándonos mutuamente.

—Tienes una sola forma de que entienda todo esto, y sabes bien que merezco saberlo—

—¿De qué estás hablando? — pregunté un tanto ofendida

—¿Qué pasó con Allison? — contestó enojada 

—¡¿Allison?!, todo siempre debe ser sobre ella, ¿no? Aún cuando está muerta no puedo librarme de su sombra—

—Lydia solo dímelo, déjate de juegos—

—Bien— Me dejé caer en un montículo de hojas que había cerca, suspiré y evitando hacer contacto visual con Leira, comencé.

Cuando llegué aquel primer día al colegio supe que todo sería diferente, pues muchas de las caras conocidas estaban dispersas en la multitud, Allison era una cara nueva, en ese momento no lo sabía, pero ella era la hija del director.

La primera persona con la que mantuve un lazo real fue con Zelena, ella era una chica excepcionalmente divertida y carismática, podía pasar horas con ella hablando y nunca se terminaba el tema de conversación. Poco después nos acercamos a Iris para hacer una consulta sobre los proyectos de una materia y descubrimos que tenía tiempo sola y que le encantaba dibujar, era brillante y también talentosa, nos hicimos amigas. Anahí fue un suceso totalmente diferente, la habíamos encontrado un día en el baño del colegio llorando porque su novio la había dejado, y después de darle apoyo moral se unió a nuestro grupo.

La razón por la que nos hicimos tan conocidas no es concreta, puedo suponer que fue por el hecho de que Zelena era muy agradable y realmente conocía a muchas personas, o porque Iris siempre destacaba en los exámenes que aplicaban a nivel nacional o tal vez por la extenuante belleza de Anahí que atraía a muchos chicos hacia nosotras. El caso es que parecíamos ser geniales, y yo nunca había sido parte de algo como eso, solo lo había visto en películas o series, y quizá no habría terminado tan mal si estuviéramos en una serie.