El entrar a la Universidad era todo un mundo para cada persona que lo vivía, Emilio está a punto de comenzar sus clases y su vida universitaria.
Pero lo que más teme no es los trabajos pesados, los estresantes horarios y los sinfín de proyectos, le...
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—Hola chicos — habló la rubia mientras se sentaba por unos momentos en la mesa dónde estaban.
—Hola, Summer — hablaron ellos al mismo tiempo.
—Dan miedo — rió —. Verán, el amigo de mi hermano tendrá una fiesta en su casa, y me dejó invitar a las personas que yo quiera, y bueno, quería invitar a todas las personas que comparten nuestras clases, ustedes son los primeros — sonrió, ¿y bien?, ¿qué dicen?, es éste sábado a las ocho en punto, la dirección se las paso por mensaje.
Los seis chicos se miraron entre sí para después sonreírle a la rubia.
—Claro, iremos — sonrió Joaquín al decir esas palabras que sus amigos habían estado de acuerdo.
—Genial, igual, habrá un auto que rentó Matthew para llevarnos de aquí a la fiesta y regresarnos, por si quieren irse conmigo, antes de que todos los lugares se ocupen.
—Yo digo que estaría bien, ¿no? — preguntó Nikolas a sus amigos —. Creo que sí nos iremos contigo.
—Excelente — sonrió con entusiasmo —. Iré anotando sus nombres ya que ustedes irán conmigo, recuerden, a las ocho — sonrió mientras se levantaba de la mesa —. Los veo luego.
—¿Soy el único que extraña ver a Summer cómo la malvada? — preguntó Andrés y enseguida los restantes sonrieron.
—Ella se merece otra oportunidad, cómo todos nosotros, ¿no creen? — preguntó Elaine.
—Claro qué si — sonrió Joaquín —. Además, la nueva versión de Summer me cae muy bien, quizá algo le sucedió para que se volviera así.
Enseguida, toda la cafetería guardó un silencio ante la presencia de aquellas dos chicas que se disponían a sentarse en una de las mesas.
—Aunque parece que tendremos a dos nuevas Summers — habló Azul al mirar cómo todos volvían a hablar —, ¿soy la única que no soporta ni verlas?
