El entrar a la Universidad era todo un mundo para cada persona que lo vivía, Emilio está a punto de comenzar sus clases y su vida universitaria.
Pero lo que más teme no es los trabajos pesados, los estresantes horarios y los sinfín de proyectos, le...
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—Me hubieras dicho que te sentías mal, así no hubiera tardado tanto en llegar.
Joaquín lo miró con odio y tristeza, ¿por qué era así?
—No importaba tanto, amor — suspiró —. Ya me siento mejor, tranquilo, ¿bien?
—Está bien, Joaco, confío en ti — el rizado sonrió para después acercarse a darle un beso —. Extrañaba besarte.
Joaquín sonrió falsamente :—Yo extrañaba besarte a ti.
Quería escupirle en la cara, podría apostar cualquier cosa que aquella mañana se había besado con el rubio.
—Yo a ti.
Las manos grandes de Emilio fueron posadas en en la cintura del menor mientras lo besaba con mayor intensidad. Joaquín tenía ganas de vomitar al sentir los labios del rizado sobre los suyos, ahora todo lo que tenía que ver con Emilio le daba asco.
—Uhm, ¿Emi? — el chico se separó de su novio mientras lo miraba a los ojos.
—¿Sí, guapo?
—Tengo hambre — dijo mientras se levantaba del piso donde se encontraban sentados —, ¿Vienes?
Emilio hizo una sonrisa pícara en su rostro mientras enarcaba una ceja. Se encogió de hombros mientras se levantaba del piso.
—Vamos.
Joaquín salió de aquella habitación mientras aquel rizado lo seguía.
—¡Joaco! — la voz de Geovanni lo sacó de su trance —. Oh, Emilio — al verlo no pudo evitar soltar una mueca de asco.
—Giovanni — dijo el mayor en un tono molesto.
—En realidad es "Geovanni", hay una gran diferencia sí pronuncias "Gio" y "Geo" — dijo mientras le dedicaba una sonrisa falsa, en cambio Emilio sólo rodó sus ojos en señal de fastidio —. Y bueno, venía a hablar con Joaquín.
