proyecto a, emiliaco.

chapter twenty nine.

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LOS CHICOS IBAN EN SUS ASIENTO de avión, unos jugaban con sus compañeros de asientos, mientras otros aprovechaban para dormir o hacer otra cosa. Geovanni era la excepción. Brandon lo había dejado sin pareja con quien ir en el avión, así que se encontraba completamente.

Cerró sus ojos mientras la música en sus auriculares lo intentaba relajar. Desde un día antes había comenzado a tener malos recuerdos acerca de lo que había pasado en su niñez.

“El pequeño moreno se encontraba sentado en su habitación mientras jugaba con el tren de juguete que su mamá le había comprado, todos estaban en una fiesta adulta en su casa, mientras él estaba disfrutando su misma compañía.

Escuchó que alguien tocaba suavemente la puerta, su tía sonrió con ternura :—¿Se puede?

El niño asintió con una gran sonrisa.

—Tu mamá me mencionó que estabas acá arriba jugando, ¿estas divertiéndote? — sonrió con dulzura.

—Sí, mi abuela me lo dió — dijo entregándole el pequeño juguete que tenía en sus pequeñas manos —, ¿quieres jugar?

—No, mi niño, sólo quería ver cómo estabas — dijo mientras depositaba un beso en su cabello —. Nos vemos más tarde — murmuró saliendo de su habitación.

Geovanni se encogió de hombros mientras seguía jugando, volvió a escuchar cómo la puerta se abría y pensó que era su tía, que pensaba que había cambiado de opinión para jugar con él. No fue así. Uno de los socios de su padre se encontraba ahí.

—Oh, supongo que me equivoqué de habitación, éste no es el baño — habló aquel gran hombre.

El niño de siete años reía ante la torpeza del adulto, sin tomarle importancia, siguió jugando con su juguete.

—Tú debes ser Geo, ¿no? — habló el hombre mientras se sentaba frente al niño el cuál asentía —, ¿te han dicho que eres un niño muy bonito?

El moreno negó mientras una sonrisa tímida se formaba en sus labios.

—Pues lo eres — habló aquel hombre mientras tomaba la mano del niño, el cuál estaba un poco asustado —. Me di cuenta que te gusta jugar, ¿no es así?

—Sip — respondió con su aire de inocencia.

—Yo me sé un juego muy divertido, ¿quieres jugar?

—¡Me encantaría! — dijo tomando confianza.

El adulto tomó el pequeño cuerpo del niño entre sus brazos, para después cometer aquella crueldad.”

Geovanni se encontraba sudando y con unas lágrimas rodando por sus mejillas. Despertó de aquella pesadilla dónde le recordaba aquel momento tan desagradable que había pasado. Recordó haber visto a su tía la cual golpeó a aquel hombre, ella fue la única que estaba con él y fue la única que le había demostrado su apoyo, la única que le creía y la única que se había ganado su confianza.

—Geovanni, ¿estás bien? — preguntó Brandon —. Si te sientes mal, puedo decirle a Emmanuel.

—No, estoy bien, gracias por preocuparte — dijo suspirando.

—Bien, pero si te sientes mal, no olvides en decirme.

Geovanni asintió mientras Brandon volvía a su lugar. Cerró sus ojos con fuerza antes de volver a abrirlos. Se digno a ver por oa ventana y no volver a cerrarlos, antes de que aquel suceso se repitiera una y otra vez en su mente.

— ☀️

Matthew estaba frustrado, llevaba más de diez veces que le llamaba a Karla y ella no respondía, no sabía que pasaba con ella, pero se sentía culpable de haber hecho que ella se fuera del apartamento, supuso que había vuelvo a México, así que lo primero que hizo fue comprar un boleto en línea y en lo que llegaba la hora de su vuelo, ordenó todas sus cosas en la maleta.

Sabía que Emilio e Ignacia ya estaban de vuelta a aquel país, sin embargo no le importaban ninguno de aquellos dos, sólo encontrar a aquella castaña.

Iba en taxi hacia el aeropuerto; encendió su celular y entro a WhatsApp, dónde descansaban sus mensajes hacia aquella chica, pero estos estaban sin ver. Pudo ver si última hora, había sido hace doce horas y eso en verdad le preocupaba. Observó su foto de perfil, ella lucía con una sonrisa, estaba en la playa. Eso fue el último verano, lo sabía perfecto porque la familia de ella lo habían invitado a pasarlo con ellos y él había aceptado. Jamás olvidaría ese verano.

Bajó del taxi no sin antes pagarlo, una vez que estuviera dentro del aeropuerto, hizo lo necesario para subirse al avión. Esperaba que ella ya estuviera en México y que le diera una oportunidad, una oportunidad para explicarle todo.

— ☀️

Emilio tenía cerrados los ojos; intentaba pensar en cómo le diría a Joaquín o cómo terminaría con su relación que había tenido con él. Miró por un momento el día en su celular y se dió cuenta que faltaba poco para que ellos cumplieran un año en relación. Suspiró con pesadez, sabía que estaba mal lo que le hacía a Joaquín, pero sin Matthew no se hubiera dado cuenta que ya no sentía nada por el, que sólo seguía siendo su novio por obligación, después de que le había dado tantas cosas. Sí, eso debía ser.

Enseguida pensó en aquel rubio, aquel rubio que lo estaba volviendo loco últimamente. Tenía muchas ganas de verlo, de que lo hiciera sentir suyo, de que hiciera toda esa magia que le había causado desde el primer roce.

Suspiró para después cerrar sus ojos y recordar muy bien todo lo que tenía con Matthew. Estaba decidido, llegando a México iba a terminar con él, porque no iba a soportar no tener al rubio más tiempo. Quizá estaba rompiendo a Joaquín con ésto pero era lo mejor. Al final de cuentas no lo quería como pensaba.

❥ matt!