67

1.7K 143 35
                                    

-¿Qué haces aquí?

Su brazo se tensó alrededor de mi cuerpo.

Muy despacio, su brazo me fue soltando y se volvió hacía mi. Vi como su rostro se volvió pálido al escucharme.

En algún momento, mi corazón volvió a su ritmo habitual. Sentí que cuando mis palabras fueron pronunciadas logre herirlo. Mis palabras quedaron flotando en el aire, frías y carentes de cualquier emoción. Su cara me trasmitió todo sus sentimientos y la imagen logro hacerme sentir mucho peor.

De pronto, se aparto de mi. Su brazo se colocó en su costado avergonzado.

-Te extrañe. -respondió.

Algo dentro de mi se estrujo. Vi su tristeza en su precioso rostro pálido, sus labios rosados se apretaron y sus largas pestañas parpadearon lentamente. Sus ojos se volvían cristalinos.

-¿Cómo sabías que estaría aquí? -casi sonó a una acusación.

No podía verlo. Tratando de fingir que no veía esos ojos cuestionando todo, pase por su lado y deje la ropa de Parker que traje de la tintorería y puse la maleta al lado de las escaleras. De pronto había olvidado la razón por la que entre en esa casa. Todo quedo en el olvidó cuándo lo ví.

Gire y me enfrente a sus ojos, con mi mano colgando en la manija de la maleta todavía. No podía quedarme un segundo más. Era casi peligroso.

-No pude dejar de pensar en ti. Intente llamarte pero cambiaste de número y Parker se rehusó a darme el nuevo. Creo que hizo bien. No debería dárselo a cualquiera. -hablaba rápido y sus dedos no dejaban de tirar de los botones de su chaqueta -Le pedí a Cordelia que me ayudara y ella... Ella convenció a Parker y yo...

Nunca lo vi nervioso.

-Si me dices que estás bien, me iré y nunca volveré a molestar.

Baje la manija de la maleta. Debía estar prohibido que alguien se viera así de lindo. Se notaba perdido, como si no supiera que hacer en una situación de este tipo. Creo que se debía a que nunca nadie intento rechazarlo.

-Jared, estoy bien. -dije abrazándome a mi misma -Déjame. No necesito nada de ti.

Pero incluso si me dolía, si era mucho para mi, sabía que estaba haciendo lo correcto.

Metió las manos en los bolsillos, se enderezó y me miro a los ojos. Debía estar prohibido que se viera sensual en este momento.

-Pero yo si te necesito. -repuso. Sus ojos azules se volvieron casi blancos, como el hielo, y su mandíbula se tenso. -Yo te quiero, Claire.

Sentí como algo dentro de mi se rompió en mil pedazos. Era suficiente. Había oído suficiente.

-No puedes salvarme. No es tu problema lo que suceda conmigo. -explique, enfureciendo cada vez más. -Déjame en paz, Jared.

Si tuviera que describir algún día que llegue a sentir cuando dije eso diría que fue un sentimiento agudo llenándose en mi pecho, como un nudo que no me dejaba respirar y que quería hacerme vomitar. Me puse las manos en mis brazos. Un sentimiento agudo. Molesto.

No puedes ayudar a alguien que ya no tiene nada.

No tenía a nadie. No tenía nada. Deje de encontrar el propósito para salvar lo poco que quedaba de mi, que ya no era nada.

-Vive tu vida -rogué, sintiendo como me encogía sobre mi misma -No necesitas perder el tiempo así. Vete. Eres famoso, talentoso ¿Por qué no te vas por ahí y me olvidas? El mundo te ama.

Quisiera morirme. ¿Acaso no te das cuenta?

-¿Por qué pierdes el tiempo buscándome? -Lo viví. Se por experiencia lo que es perder el tiempo con algo que no vale la pena. Se quién serás si te quedas conmigo. No lo soporte. No podré vivir conmigo misma sabiendo que te hice esto. ¡Ya vete!

Mi Obsesión EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora