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La primera vez que vine a México acababa de cumplir dieciocho años. Llegue con Monica y un grupo de amigas que tenia de sus clases particulares de francés. Hasta aquel entonces nunca las había visto pero las cuatro eran tan simpáticas que no existieron problemas para llevarnos bien entre nosotras, algo que era muy difícil para mi considerando que nunca fui muy sociable.

En esas noche casi no dormí. Pasamos la mayor parte de nuestras vacaciones de bar en bar.

Usaba vestidos minúsculos y mí cabello siempre iba suelto. Usaba aretes de colores y las uñas iban pintandas de colores extravagantes. Recuerdo que incluso solía ponerme sostenes tan ajustados que apenas me dejaban respirar para que algún extraño me pagará los tragos.

Por los días íbamos de compras, almorzábamos en cualquier sitio y nos sacabamos fotos hasta con desconocidos. Paseabamos por todos lados hasta que nuestros pies dolían. Eso no nos detenía.

La felicidad termino cuando regrese a casa.

-¿Estás bien? -Pregunto John.

Force una sonrisa.

-Me siento bien.

Pero John no se veía bien. Por la  expresión que tenia sabia que algo iba mal. Era la misma cara que puso horas antes de ser deportado de Corea del Sur por su problema de drogas.

Espero que no sea por ella otra vez.

La última vez fue gracias a su inesperada visita en el aeropuerto antes de que partieran. Estuvo menos de treinta minutos con ellos pero cuando se fue el incendio ya habia empezado y cuando lo supieron todo se habia descontrolado.

-Claire. ¿Podría pedirte un favor?

¿Un favor?

-¿Qué necesitas, John? Pudes pedirme lo que sea.

Si se trataba de esa mujer era mejor que lo dijera rapido, antes de que se convirtiera en un verdadero caos. Todavia nos qudaba el utimo concierto de Sudamerica y era acompañado por una estrella popular mundialmente.

-Vamos, Claire -Dijo Trevor, apareciendo detras de mi. Paso su brazo encima de mis hombros y me empujo contra su costado -La habitación está lista. ¿No me dijiste que estabas cansada?

Su mirada fue glacial. Ignoro por completo a John mientras se ponía entre nosotros como si no estuviera presente.

-¿Quieres hacer algo esta noche o prefieres quedarte en el hotel para descansar?

Trare de decifrar por su expresión el grado de su enfado para saber hasta que punto podia arriesgarme y seguir conversando con John. El ya dejo en claro lo poco que le gustaba que tuviera contacto con su amigo y colega.

Parte de mi trabajo era decirle al manager posibles conflictos, y este lo era, uno muy grande, y si no lo hacía era muy probable ser despedida. El no iba a tomar una asitente que no podia cumplir con su trabajo. Era un hombre sumamente estricto y esperaba lo mejor. Tenia una responsabilidad muy grande, las personalidades de los chicos era publicamente conocida como conflictiva, y no podia darse el lujo de estar desinformado.

-Lo que tu quieras, amor. -Trate de suavizar mi tono y calmarlo. 

-Necesito hablar con Claire, Trevor.

Si, debe ser ella.

En realidad, por mucho que fuera mi trabajo, no llegaba a entender porque me elegia a mi para conversar ese tema. ¿Que favor podia pedirme?

Quizas quiera que sea su intermediaria para comunicarse con ella en secreto. Seguro de esta manera se va a cobrar el no haberle dicho nada a Trevor de que sali en Chile esa noche.

Mi Obsesión EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora