Mat me hace pasar de estar sentada sobre sus rodillas a estar sobre él a horcajadas. Mi pelvis se mueve descontrolada, nos seguimos besando con euforia. Él aprieta mis glúteos con fuerza, un quejido mezclado con una incitada exhalación sale de mi boca, Mat me susurra con respiración entrecortada,: -¿te duele?...- lo miro con ojos entornados,-... mm ajá...-, Me sigo moviendo sobre él, notando su excitación, me vuelve a hablar: -Bien... Sabes que te merecías esos azotes, ¿te vas a portar bien de aquí en adelante?...- la cabeza me da vueltas, no sé qué contestar a eso... miento entre jadeos:- si... seré buena...- Mat me levanta, nos echamos sobre la cama, tendidos de lado uno frente al otro, seguimos besándonos, acaricia mi trasero,- muy bien... buena chica...- volteamos y queda encima, con habilidad desabrocha su bragueta, se introduce en mí... nuestra respiración es entrecortada, le agarro fuerte, atrayéndole, a la vez que mis caderas salen a la búsqueda de cada envite. Mientras lo hacemos va riñéndome de manera tranquila, con voz ronca enardecida, "siempre portándote mal Ana..", "las chicas buenas no beben así...", "...si te llega a pasar algo en la pelea...", ahí empuja más fuerte... yo jadeo desesperada, no quiero que se detenga, cada sensación me supera, el roce de la cama en mi trasero castigado... la penetración a ritmo perfecto de Mat... su voz suave, determinada, hablándome a mí, solo a mí... Entre besos y mordiscos llegamos al clímax y quedamos ajenos a nosotros mismos, sudando... relajados.
Mat me acoge en su pecho y besa mi cabeza. Me ha castigado y hecho llegar al orgasmo. Ahora me abraza y yo me siento... mejor que nunca. Nos quedamos dormidos profundamente.
Unas risas me despiertan.
Qué rápido ha amanecido... ¿y Mat?, toco mi trasero, sigue doliendo, está claro que lo de anoche no fue un sueño. Me duele la cabeza...
Las risas vienen de la cocina mezcladas con "When I come around" de Green day. Bajo a su encuentro. Robert y Mat están desayunando de muy buen humor, entro y digo:- buenos días...- Me miran sonrientes, enseguida Robert me pregunta por mi salida de ayer, antes de que pueda pronunciar una palabra, Mat responde por mi:- genial ¿verdad Ana?, volvimos a casa enseguida, Claudia te manda recuerdos Robert, espera que te recuperes pronto.- ¿qué acaba de pasar? ¿Me está cubriendo? Me guiña un ojo. Me pongo roja.
Está claro que tenemos que hablar.
Después del desayuno acomodamos a Robert en el sofá del salón, volvemos a la cocina, de camino a ella noto la mano de Mat en mi trasero, -¿Cómo ha amanecido mi pequeña traviesa?- "mi pequeña..." unos pasos torpes siguen el ritmo acelerado de mi corazón, me da vergüenza... sin mirarle respondo:- ...bien... me duele un poco la cabeza...- Mat se ríe,- no te quejes, considerando como ibas anoche... ten.- Me acerca un paracetamol que acepto agradecida, nuestras miradas se cruzan y aprovecho para indagar,- Antes con Robert... ¿por qué me has ayudado?- Mat sonríe de nuevo, se pasa la mano por el pelo, pensando las palabras,- verás Ana, no hay necesidad de preocuparle, ya me encargué yo anoche de recordarte los límites, de momento todo está bien.- Apoya las dos manos en la encimera de la isla y me mira fijamente, -y respecto a nosotros..., me gustas, me gustas mucho, creo que eso quedó claro anoche... y quiero más. Quiero cuidarte, protegerte de todo, incluso de ti misma. Quiero que seas mía.-
Tengo los ojos como platos. Quiero ser suya. Y que él sea mío.
-Mat... yo... quiero decir... tú también me gustas,... se me hace un poco raro todo... ¿crees que pueda funcionar?- Él me mira, sonríe hasta con su mirada, -¿por qué no?, será más difícil decírselo a tu hermano... pero lo terminará entendiendo.- Debe notar que estoy bastante avergonzada... viene hasta mí, me planta un beso en la frente... otro en la nariz... un tercero en la boca... termina susurrándome al oído: -y tendrás que portarte bien, si no, ya sabes qué pasará...- La excitación llega hasta lo más profundo de mi, velada por una amenaza que me eriza la piel. Sé que no será una relación normal, yo tampoco lo soy, mis relaciones anteriores han sido siempre un fracaso, quizá ahora...
Le miro sumisa pero desafiante, -está bien... seré buena.- Mentira.
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OTK
RomanceEn esta historia, Ana, es introducida al spanking disciplinario por quien menos espera, quedando confusa por su propia reacción.