"Nada de lágrimas" me digo mientras desde la ventana de mi habitación veo como Mat se acerca a la entrada de casa. Ni un mensaje... le escribí y no me contestó. Le veía en línea. ¿Por qué no me volvió a escribir?
-¡Ana! Ha llegado Mat! Baja a saludar!- Robert nunca se llegó a enterar de lo nuestro. Sabía que pasábamos tiempo juntos pero nunca sospechó que había mucho más que amistad entre nosotros. Por eso no puedo quedarme aquí. Debo salir de mi refugio y ponerme frente a él. Al menos viene a dar la cara...
Bajo las escaleras, les encuentro en el salón. -Hola Mat... - serio levanta la mirada hasta mi:-Hola Ana... - Robert rompe el hielo sin saberlo,:-¿qué os parece si vamos a celebrar este reencuentro? Iremos al centro, me han hablado de un sitio nuevo, a ver qué tal es!¡venga!, conduzco yo.-Es medio día, llegamos justo a tiempo, antes de que la gente invada cada rincón, así que podemos sentarnos en una mesa. Robert se levanta para ir a pedir a la barra, no pierdo ni un minuto,:- ¿en qué punto estamos tú y yo ahora mismo?- Mat no se espera un ataque tan directo, muy a su pesar tiene que darme una respuesta,:- Ana... sé que no lo he hecho bien... yo... lo siento tanto... sé que esto te hará daño... nos acompañaron más personas al viaje... me reencontré con una amiga de la infancia... resurgieron sentimientos que creía enterrados..., empezamos algo...- escucho la voz de Mat enlatada, como lejos... lo que sí escucho alto y claro es el latido acelerado de mi corazón y mi propia voz en off recordándome lo que ya sé "cómo te va a elegir a ti" "desde cuándo importas" "no vales para nada"... y así hasta conseguir que mis ojos se llenen de lágrimas, imposibles de contener. Mat trata de calmarme queriendo coger mi mano, la retiro de inmediato, con un implícito "no me toques", me levanto para ir al baño, necesito encajar el golpe a solas. Me ahogo.
La traición me hace perder el juicio. ¿Tanta mentira había entre nosotros? Los recuerdos pasan veloces, la vergüenza tiñe todos y cada uno de ellos. De camino al baño me cruzo con Robert, con la cara desencajada le digo que no me siento bien, que me voy a casa. Me sujeta por los brazos y me hace sentar en un taburete junto a la barra. -No te muevas, voy a decirle a Mat que nos vamos- aturdida obedezco, no quiero volver con él en el coche, no quiero verle más.
Tiene el detalle de convencer a Robert de que volvamos solos. De camino a casa un fingido dolor de estómago encubre mi corazón hecho añicos. Con qué facilidad se ha deshecho de mí. Me hizo pensar que le importaba, que era distinto a los demás... como pude creerle. Me dejé arrastrar e hice cosas con él que, de haber sabido la futilidad de sus palabras, jamás hubiese hecho. Falso. Siento que se aprovechó de mí. Tonta. Tonta. Tonta...
Al llegar corro a mi habitación que lejos de proporcionarme el amparo que busco, me vapulea con los recuerdos allí vividos, recuerdos que van a tardar en irse y ahora mismo, duelen como un hierro candente.
Paso los días en un aislado letargo, el mundo se hace etéreo y solo importa el recuerdo de su cuerpo junto al mío. Robert irrumpe en mi habitación junto a Claudia.-Ana. Tienes que comer. El médico dijo que no encontraba nada fuera de lo normal... o me dices que te pasa y comes algo o te juro que yo mismo te daré de comer como a una niña pequeña.- Sentada en el sillón vintage abrazada a mis piernas dobladas, apenas tengo fuerzas para girar la cabeza. Con gesto apesadumbrado les digo:- dejadme sola por favor.- Claudia detiene a Robert que avanza con intención de levantarme en brazos para arrastrarme fuera de la habitación.-Déjame con ella, no te preocupes, todo va a estar bien.-
A solas con Claudia lloro, ella se sienta paciente en el brazo del sillón y acaricia mi pelo. -No puedes seguir así. Lo sabes. Tienes que pasar página... Ana... Robert está muy preocupado, no sabe qué te pasa... por otro lado... ¡ya está bien!... ¿crees que esa relación se merece este duelo? No sé lo intenso que era lo vuestro, ni lo especial... pero una vez roto... tienes que seguir adelante. Levanta.- Tira de mi sin apenas esfuerzo, me coloca ante el espejo,- ¿te das cuenta?, en serio Ana, ¡nos vamos a la calle pero ya! ¡Venga! ¡A la ducha! Te prometo que hoy se te termina la tontería esta de vivir amargada...- Verme en el espejo me da escalofríos, tengo un aspecto lamentable, Claudia tiene razón.
Sentadas en un pub café al ritmo de Fan de ti de Sidecars, comienza mi vuelta al mundo de los vivos. Claudia coge mi móvil,-Primer paso, archivar conversación, ¡no tienes necesidad de andar viendo su nombre cada vez que abras whatsapp!- un decidido dedo desliza hacia la izquierda lo que ha sido mi tormento durante días... gesto simple pero efectivo, empiezo a sentir que el muro duro y sombrío que había creado yo misma, se torna de humo, volátil, y, poco a poco se empieza a disipar.-Paso dos, ay amiga este te va a gustar..., ¡Tinder!-
Entre la timidez y la curiosidad encuentro el valor para adentrarme en ese mundo.
Claudia me crea un perfil que protege mi identidad, de manera que solo daré información personal a aquel que me inspire confianza, y, aun así, Clau me dice que en todo momento debo mantenerla informada si quedo con alguien, darle lugar y hora de la cita... jamás irme a la aventura.
Su dedo índice desliza perfiles a izquierda o derecha con juicio ciego, pienso en Julio y su experiencia con estas cosas, la detengo,:- espera... si apenas los miras... ¿cómo estás haciendo la selección?- Claudia me mira con picardía,:- si no entra por el ojo...- me hace reír, ella es tan resuelta, lo tiene tan claro... a mí me han confundido tanto... Mat hizo que nuestra relación fuese tan diferente, tan extrema... ¿cómo puedo ahora volver a sentir todo eso?
-¡lo tengo!, se llama Odín, es joven, pero para levantarte el ánimo ¡ya te digo yo que nos vale!- y desliza el dedo sobre la pantalla del móvil a la derecha.-¡listo! Venga, escríbele, a ver si he acertado...- está disfrutando con su papel auto impuesto de Celestina, la miro con los ojos en blanco,:- está bien... mundo Tinder ¡allá vamos!-
SsyroO: hola Odín,
¿qué tal estás?Odín: escribiendo...
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OTK
RomanceEn esta historia, Ana, es introducida al spanking disciplinario por quien menos espera, quedando confusa por su propia reacción.