-Cuarto de invitados-
-Hug...
✒𝓔𝓭𝓾𝓪𝓻𝓭𝓸✒
Sentí unos delgados rayos de sol ponerse en mi cara, me desperté por completo y con mi mirada aún nublada abrí la cortina que tapaba la ventana del autobús, una pequeña sonrisa abundo mi rostro al ver que ya estaba en Edimburgo. Aquí viven los padres de Jon ahora que están retirados de su trabajo, recuerdo que Jon estaba de casa en casa de sus familiares porque sus padres no podían llevarlo con ellos a sus viajes de trabajo, que infierno debe ser no poder estar un lugar fijo, tal vez esa sea otra razón por la cual anhelaba salirse de con sus padres.
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- Supuestamente, aquí es la casa.
Llegue a la casa de los señores Ska, le pedí la dirección a la madre de Jon, para así llegar de sorpresa, miraba alrededor. Toda la casa está llena de flores muy bien cuidadas y con un césped hermoso, me provocaba cierta tranquilidad, así que, sin más nervios, toque la puerta.
- ¡Eduardo!
- Hola, señora Ska.
- Que gusto verte lindo, pero pasa por favor.
La señora Ska, me paso con toda la amabilidad del mundo, me dijo que tomara asiento y en segundos estaba extendiéndome su mano con una coca cola dietética en ella, la tome para posteriormente agradecer y bebérmela.
- ¿Qué? ¿Acaso eres tú, Eduardo?
Vi entrar a la sala un hombre, era Jonathan, el padre de Jon, me levante para saludarlo, me abrazo con felicidad y me dio unas palmadas en la espalda para luego mirarme con su grande sonrisa.
- Eduardo, has cambiado tanto, sin duda se ve que si comes y haces ejercicio.
- Gracias, señor Ska.
Estaba un poco abrumado por tanta amabilidad, hasta juraba que sentía mi cara roja, pero solo fue cuestión de segundos para que desapareciera mi sonrojo, ya que buscaba por todos lados con la mirada a Jon, pero no lo encontraba.
- Y... ¿Dónde está Jon?
- Oh, él fue a la tienda por unas cosas que le encargue, pero seguro ya viene de regreso, hace rato que se fue.
En eso, se escucha como alguien metía las llaves a la perilla de la puerta, me quede viendo fijamente, esperando. De nuevo mis nervios volvieron y solo podía apretar un poco la lata de cola con mi mano, sentía que mi corazón podía salir de mi pecho en cualquier momento.
- Mamá, no me alcanzo el dinero, así que le quede a deber al señor de la tienda ...
Los dos nos miramos fijamente, ninguno podía creer lo que el otro veía, no me salía ninguna palabra de la boca, ni siquiera un simple hola, tantos días sin vernos, nunca pensé que mi reacción sería esta cuando lo volviera a ver.
- ¿Ya viste quién llegó?
Rompiendo el hielo, la señora Ska dijo con alegría esa frase, Jon más que verse confundido se le veía molesto.
- Sí, ya vi.
Dijo mientras pasaba a lado de mí para confirmar mis sospechas, sin mirarme dejo las bolsas en la cocina y después regreso, con solo verme me dijo que subiéramos, a lo lejos se escuchaba a la madre de Jon decir que el cuarto de invitados estaba recién aseado para que yo me sintiera como en casa, le agradecí mientras subía las escaleras tratando de seguir el paso de Jon.
- ¿Qué mierda estás haciendo aquí?
Me dijo entre dientes mientras cerraba la puerta de la habitación, para evitar que sus padres nos escucharan.
- Yo...-
- Ni siquiera debo de preguntártelo, ya sé a qué vienes.
- ¿De verdad?
- Sí, para hacerme la vida imposible aquí también.
- ¿Qué? ¡No!
- ¿Entonces a qué vienes?
- Yo ... Quería disculparme.
- Pff.
- De verdad.
- Bien, pues discúlpate y vete, soy todo oídos.
- ...
- ¿Qué?
- ¿Solo así?
- Pues sí, ¿qué más querías hacer? ¿Invitarme un café y luego llevarme a caminar para disculparte de la manera más cliché posible?
- No voy a disculparme ... Aún.
- O sea, no tenías con venir aquí a arruinarme el día, también todavía planeas quedarte más días para ver cuando se te pegan las ganas de disculparte, en verdad que no se puede contigo, eres increíble.
Jon ni siquiera me dio la oportunidad de decir algo más, pues fue cuestión de segundos en los que ya me tenía afuera de su cuarto diciéndome que ahí estaba el cuarto de visitas, o sea el cuarto que estaba en frente del suyo, me lanzo una mirada "amenazante" y cerro la puerta sin decirme nada más, con un nudo en la garganta me acomode en la habitación y me recosté en la cama mirando hacia el techo.
- Dudo si fue buena idea venir.
Dije desanimado, pero no me iba a rendir tan fácil, solo debo dejar que Jon se tranquilice un poco y después volveré hablar con él, no me iré de aquí sin Jon, él tiene que estar en casa, con nosotros, con ... Conmigo, él tiene que estar conmigo.
Capítulo editado.
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•Perdóname Jon• -Eduarjon- (Eddsworld) EDITANDO
Fanfiction- Jon. - ¿Si? -Me gustas. - Eduardo. - ¿Qué pasa? - Me gustas.