Sin Paracaídas Parte 3

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Raquel no pudo pegar un ojo en toda la noche, se la pasó dando vueltas en la cama, pensando en lo que estaba a punto de hacer: declinar un caso, renunciar a su trabajo e irse lejos con unos de los hombres más buscados en ese momento; ella pensaba si valía la pena, giro y miró a Salva de frente, durmiendo apaciblemente, con su torso descubierto y la sabana cubriendo desde su cintura hasta sus pies; iba a poner en riesgo a su hija, madre y a ella misma ya que si la policía descubría que ella sabía quién era el profesor, ella podía ir presa.

La noche pasó lentamente. A la mañana siguiente, Salva despertó y se dio cuenta que Raquel ya no estaba en la cama, desconcertado, la llamó para saber si aún estaba en la habitación. 

-¿Raquel?

-Estoy tomando una ducha-contesto Raquel.

Salva se levantó y fue hasta su baño. -¿Está todo bien?

-Sí, no pasa nada –respondió Raquel, pero la verdad era que ella no estaba bien, no sabía si todo aquello iba a funcionar.

Salva decidió entrar a la ducha con ella, tomo el jabón y comenzó a regarlo por su cuerpo. Ella solo se dejó llevar, le encantaba cuando el la tocaba, le hacía olvidar todo y de repente todo parecía que estaría más que bien.

-Estas un poco tensa –dijo Salva mientras deslizaba sus manos por el cuello de ella.

-No sé cómo hacer esto, Salva. Te soy sincera, si estoy nerviosa y no sé qué vaya a suceder.

-Raquel, salva la giro para verla a la cara –si tú no quieres, podemos detener esto ahora mismo. Podemos hacer como que nada pasó, yo te dejo ir y tú te dedicas a buscarme, me rompería el corazón en mil pedazos y estaría jodido toda mi vida porque ya no volvería a verte y…yo –Salva no encontraba palabras…simplemente nada sería…

Raquel no lo dejo terminar y le dio un beso suave en los labios, callándolo. Salva la tomó por la cintura, y la acercó aún más para poder apreciar más el contacto de su cuerpo, para poder aspirar la fragancia de su cabello recién lavado y así profundizar el beso, un beso que él no sabía si sería el último que compartirían. Se separaron por falta de aire y Raquel habló

-Odio cuando me besas así –dijo con una sonrisa maliciosa –me hace decir que si a todo.

-¿Eso quiere decir que nuestro plan sigue en pie?

-Claro, jamás te dejaría Salva, no veo mi vida lejos de ti.

Raquel y Salva terminaron de arreglarse, ella iba a ir a hablar con Sánchez y declinar el caso, renunciar e irse lejos con Salva. Por otro lado, Salva necesitaba regresar al hangar para ver que todo marchara bien con la banda. Se despidieron y acordaron verse en la casa de Raquel al final del día para planear todo.

La idea sería que Raquel dijera que tomaría unas vacaciones con su hija y su madre en California, pero en realidad se irían a Palawan, ellas llegarían a una casa que Salva había comprado por adelantado, una vez Salva acabara con el atraco, se reuniría con ellas, esperando que todo saliera según lo planeado.

Raquel llegó a la carpa, Sánchez ya la esperaba. Raquel dio un suspiro y solo pensó en los momentos que había pasado con Salva, esos besos compartidos, esas noches de pasión, esos besos que recordaba perfectamente y fue así como se armó de valor y dio el paso que temía dar.

-Sánchez, he decidido declinar el caso –dijo Raquel firme con su decisión.

-No me jodas Raquel, tú eres la única que puede resolver esto, no cuento con nadie más que contigo.

-Yo…lo sé –tartamudeo Raquel por un momento –pero la verdad es que últimamente no estoy bien, lo del juicio con mi ex marido no me tiene concentrada al cien por ciento y he decidido tomarme unas vacaciones para poder relajarme. Así que no hay forma de que me convenza, ya he tomado la decisión y me gustaría que la respetaran.

-Y a quien coños dejo a cargo ahora –pregunto Sánchez.

-Prieto está más que dispuesto a asumir el caso –contesto Raquel volviendo a ver a prieto quien estaba sorprendido por la decisión de la Inspectora. –Además, Ángel, le puede ayudar, él es muy bueno.

-Qué más da –dijo Sánchez –pasa por la oficina para firmar unos papeles.

Raquel asintió con la cabeza. Todo había salido bien hasta ese momento, nadie se había dado cuenta de la verdadera razón de porque ella decidía renunciar al caso y a su trabajo.

En el hangar, Salva escuchó todo lo sucedido ya que a esas alturas Ángel ya llevaba puesto el micro en sus gafas. Sonrió felizmente ya que Raquel había logrado zafarse de todo eso y se escaparía con él.

Por un momento Salva pensó que todo estaría muy bien, hasta que Ángel, les pidió a todos que salieran de la carpa ya que necesitaba hablar con Raquel.

-Raquel, tienes un minuto

-Claro

-¿Por qué haces esto Raquel?

-La verdad Ángel, es que ya estoy cansada de seguir órdenes, necesito un tiempo para mí, para mi hija y mi madre, quiero un nuevo inicio en otro lado, lejos de toda esta mierda.

-Así que te vas para siempre –preguntó Ángel angustiado. 

-Sí, no sé si volveré o no, por el momento solo quiero escapar. 

Ángel siempre había estado enamorado de Raquel y saber que ella se iría le dolía muy profundo, se había acostumbrado a tenerla cerca, aunque no la pudiera tocar o besar, el simple hecho de tenerla cerca era suficiente para él.

-Raquel, sabes que siempre te he amado y no quiero que te vayas, quédate por favor, yo te puedo hacer feliz, mira yo dejo a Maricarmen y me caso contigo. No me importa nada, solo quédate por favor

Raquel quedó sorprendida y no sabía que decir, jamás pensó que Ángel le confesara ese amor. Sabia en el fondo que el sentía algo por ella pero no creía que fuera tan fuerte, él estaba casado.

-Ángel como me dices eso ahora, sabes que yo no te amo, y tú no le puede hacer eso a tu esposa, Ángel es tiempo que te olvides de lo que pasó entre nosotros hace años.

Raquel estaba a punto de salir de la carpa cuando Ángel la tomó del brazo y la acerco a él.

-Ángel, ¡que coños haces! –gritó Raquel molesta ya.

-Algo que debí hacer hace mucho tiempo.

Ángel la tomó por la cintura y la besó, Raquel no correspondió a ese beso pero él no la soltaba, la beso y la apretó aún más cuando Raquel trataba de zafarse de él. De repente, Raquel tomó fuerzas y enfurecida lo empujo y propicio una cachetada.

-Jamás en tu puta vida vuelvas a hacer eso Ángel! –que coños estas pensado, que yo iba a corresponder a ese beso, pues no gritaba Raquel. Yo no te amo, entiéndelo por favor.

-Perdón Raquel, no sé qué me ha pasado, perdón.

-Muy tarde para eso Ángel –dijo Raquel y salió de la carpa enojadísima por lo que acababa de pasar.

Por otro lado, Salva había escuchado todo, estaba enojadísimo, ese hombre se había atrevido a besar a Raquel, su Raquel. Eso lo enfurecía, se paró caminaba de un lado a otro, pasaba sus manos por su cabello, los celos lo estaban carcomiendo. Decidió llamar a Raquel.

-Hola cariño –respondió cuando vio el nombre de Salva en el celular.

-Voy a recogerte ahorita mismo –dijo Salva, serio y simple a la vez que colgaba la llamada

Raquel quedó sorprendida, el jamás la había tratado así y no sabía porque Salva de repente se escuchaba molesto. Pero estaba a punto de averiguarlo.



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