Capitulo 3

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Narra _________

Desperté agitada porque estaba empezando a tener otra de mis pesadillas. No supe en donde iba a despertar esta vez, no supe que había sucedido ni donde estaba pero ya yo estaba preparada para esperarme cualquier cosa. Cualquier cosa menos lo que vi. Abrí mis ojos con curiosidad por saber donde estaba metida esta vez. Me atemoricé de inmediato, yo estaba terriblemente llena de miedo cuando vi a aquel chico, estaba sentado sobre la cama en la que yo estaba recostada a mi lado, no reconocí su rostro pero de alguna manera yo sentía que lo conocía, como si lo hubiera visto antes en alguna vida pasada, y esa misma sensación era la que me hacía dudar de él, me hacía sentirme atemorizada y llena de terror.
Rebusqué en mi memoria intentando recordar algo sobre él. ¿De dónde salió él? ¿Por qué estaba conmigo? ¿Dónde estaba yo? ¿Qué me había sucedido? ¿Por qué le tenía tanto miedo a aquel muchacho? ¿Quién era él? ¿Era uno de ellos? ¿Y dónde estaba... Robert? Me alteré de forma demasiado notable, tenía un nudo en la garganta y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. ¿Cómo podía sentir miedo de un chico tan... Perfectamente hermoso? Yo había estado toda mi vida rodeada de hombres feos, robustos y con cara de matones y nunca sentía miedo, pero esta vez el pánico me invadía cada parte de mi cuerpo, sentí que debía echarme a correr o caer en el llanto, por alguna razón sentía que él quería hacerme mucho daño. Si imagen me cegaba de manera espeluznante era como si estuviera brillando, como si tuviera luz a su alrededor, su rostro era perfecto, perfecto con todas sus letras, tenía un brillante cabello castaño con rulos peinado de manera natural, tenía una perfecta sonrisa dibujada en el rostro con perfectos dientes blancos que relucían a través de sus carnosos labios rosados, sus mejillas estaban bastante sonrojadas y tenían un ardiente tono rosa, su mirada era intensa y llena de picardía, me miraba como si quisiera comerme y eso me aterrorizaba pero él aparentaba tener una actitud juvenil y relajada. Sus cejas eran espesas y hacían relucir su rostro iluminado, sus ojos eran de color verde intenso y tenían un brillo suspicaz, su cuerpo era hermoso y dotado, tenía musculosos brazos y musculosos abdominales que se le veían a través de su camisa, era de espaldas anchas y hasta su cuello era musculoso y grueso y hasta apetecible, pero aun así este chico me aterrorizaba. ¿Por qué sentía tanto pánico de un chico tan apuesto y aparentemente perfecto? Tomé una bocanada de aire para echar un grito audible y en seguida la sonrisa del joven se borró, alzó su mano y la colocó sobre mi boca antes de que yo pudiera soltar el aire con un grito. La sensación que sentí cuando él colocó su mano sobre mis labios fue impactante, electrizante, y paralizante, fue atrayente y aumentó mi ritmo cardiaco de manera brutal. Mi terror aumento aún más. ¿Qué me está haciendo? Pensaba yo. Era como si me estuviera suministrando alguna sustancia mortal que fluía por mi cuerpo.

–Hazme el favor y no grites. –dijo el chico con una perfecta voz que entró por mis oídos y golpeó mis tímpanos, su melodiosa voz era como música para mis oídos. Apartó su mano de mi boca de inmediato, intenté tranquilizarme y que mi voz saliera.
–¿Quién... Quién eres tú? –balbuceé intranquila y aterrorizada.
–Harry –me respondió él y volvió a esbozar su sonrisa matadora–. Harry Styles para
servirte.
–¿Dónde... –dije con una tímida vocecita–. ¿Dónde está Robert?
–¿Quién? –preguntó Harry.
–Robert... Mi... Mi Robert. 
–Espera... ¿Quién eres tú? ¿Te llamas _______ no? –me preguntó casi con amabilidad–. Yo no sé nada sobre ti, ni Robert ni nada que tenga que ver contigo, pero quiero saber qué hacías en el Cabaret.
–¿Qué estoy haciendo aquí? –dije aún mas confundida.
–Yo te traje porque unos tipos iban a hacerte daño, iban a tocarte y quién sabe qué más –sonaba su voz calmada–. Estabas en peligro, ahora dime ¿qué hacías en un lugar como ese?
–Yo... Yo te tengo miedo.
–Deberías –su respuesta hizo que me aterrorizara aún más–, ¿no has escuchado que soy peligroso?
–No yo... –tragué saliva aún más temerosa–. Yo ni siquiera soy de aquí.
–Lo sé –me dijo–. No quiero ofenderte pero tienes un espantoso acento.
Me quedé muy callada cuando pensé en las palabras de Harry, él me había confesado que debería tenerle miedo, él me había dado a entender que se decía que él era un tipo peligroso.
–Tengo... Tengo que ir con Robert –
–¿Qué? –Preguntó Harry frunciendo el ceño mientras su sonrisa desaparecía de su rostro–. ¿Quién es ese Robert?
–Robert es mi novio. –dije insegura y me levanté de la cama para alejarme de ese extraño, guapo y peligroso Harry, miré a mi alrededor, estaba solo en una habitación pequeña y cómoda,, tenía una salita, un cuarto de baño con la puerta entre abierta y yo visualicé directo hasta la puerta principal pensando escapar. Aquel chico no me había mostrado intensiones de herirme ni hacerme daño, solo estaba conversando conmigo pero aun así yo sentía miedo de él. Había una voz dentro de mí que me gritaba que me alejara de él. Corrí hasta la puerta cerrada que parecía ser mi vía de escape, la puerta de salida. Cuando llegué hasta puerta puse mis manos en la manilla y de un segundo a otro sentí brazos rodearme por detrás la cintura. Ni siquiera lo sentí acercarse a mí, fue sigiloso y silencioso, ágil como un felino. Mi estomago se alteró y sentí un terrible cosquilleo.
–Suéltame –me quejé–, no me toques.
Él no me soltó y siguió rodeándome con más fuerza apretándome el abdomen.
–No tengas miedo, pequeña salvaje –me molestó que me llamara de ese modo, casi todas las personas solían hacerlo y cada vez me molestaba más–. Sí, es cierto que soy peligroso pero realmente no voy a hacerte daño.
–Suéltame –repetí. Harry me soltó.
–Háblame de ese Robert, quizás yo pueda llevarte con tu novio. Él te maltrata, ¿no es cierto?...

Enamorada de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora