Capitulo 21

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–¿Qué te sucede? –dijo Nicholas luego de que regresé junto con ellos–. Parece que hubieras
visto un fantasma.
–No... –dije–. No es nada.
Después de haber reservado un hotel los tres fuimos de aquí para allá recorriendo la ciudad de Londres, Robert estaba visitando personas y Nicholas y yo simplemente lo seguíamos Nicholas me explicaba cosas sencillas como que en Oxford - Inglaterra se encontraba una de las mejores universidades y más antiguas del mundo y no sé qué otras cosas, la verdad no le presté demasiada atención estaba muy ocupada con el tema de los dos Harry o mejor dicho de Hashton y Harry, 
–Bien –dijo ella–. Pero primero deberías presentarme a tus nuevos amigos.
Savannah se acercó a Nicholas y le acarició el rostro. Quizá Nicholas estaba por sufrir un
infarto o tal vez solo estaba intentando cerrar la boca para no soltar la baba.
–Él es Nicholas –dijo Robert –. Demasiado menor para ti, Savannah.
La sonrisa de Savannah se intensificó hasta que soltó una carcajada.
–Me gustan inexpertos –escuché decir a la mujer.
–Vamos a lo que vine, Savannah, no tengo tiempo que perder –dijo Robert.
–Dime entonces, ¿qué es lo que quieres de mí, cariño? –Nicholas y yo seguíamos sin decir
una palabra.
–Necesito que contactes a Lucas –explicó Lucas–. Está desaparecido y por alguna razón me
culpan a mí de haberlo asesinado.
– Robert, esto es insólito –gruñó la mujer–. Lucas es mi ex-marido, yo sé incluso menos que
tú sobre ese desgraciado. Has perdido tu viaje querido.
–Bien, eso no me importa tanto ahora porque estoy seguro de que ninguna prueba me inculpa, ese imbécil seguro anda de vacaciones mientras a mí me culpan de haber matado a un estafador.
–Un estafador.... –dijo ella en tono misterioso–. ¿Como tú?
–Será mejor que te calles, belleza. 
–Ya te extrañaba. Sigues igual de encantador –ella se sentó sobre sus piernas–. Lástima que
ahora te gustan las niñitas. Yo pensaba que te gustaban las mujeres experimentadas. 
La repulsiva conversación no me interesaba en absoluto así que dejé de escucharla. Minutos
después Robert y Savannah empezaron a besuquearse justo en frente de mis narices y las de Nicholas.
–Lleva a ______ al hotel –le dijo Robert a Nicholas mientras se besuqueaba con la gitana
arrogante–. Tú puedes ir a dónde quieras, pero no quiero que toques a _______, te lo advierto. Nicholas se limitó a asentir con la cabeza y de inmediato Nicholas y yo salimos a las calles de Londres iluminadas por todas esas segadoras luces.
– Robert es un maldito –me dijo Nicholas luego de que estuvimos lo suficiente alejados de la casa de Savannah como para que ninguno de ellos escuchara. Me quedé en silencio. El silencio que hubo luego de eso durante todo el camino se convirtió algo incómodo. Llegamos al hotel y entré a la habitación usando aquella tarjetita para abrir la puerta.
–Estaré en la habitación de al lado por si quieres algo –dijo Nicholas amablemente.
–Ok. 
Cuando me recosté sobre la cama me quede dormida instantáneamente.
"Harry estaba siguiéndome, yo corría agitada a través de las calles. Corrí y corrí y cada vez
Harry aceleraba el paso, estaba desesperada por huir de él, la mirada de Harry era asesina y sus ojos tenían ese atemorizador tono verde-amarillo. Tropecé y caí sobre suelo lo que ocasionó que mis rodillas y manos se rasparan y empecé a sangrar. Harry se lanzó sobre mí aprovechando mi desventaja. Su cuerpo me aplastó y yo a duras penas podía respirar, no solo estaba aterrorizada sino que sentía un dolor en mi cuerpo al estar siendo aplastada por Harry. Me miraba con malicia como si estuviera disfrutando, incluso sonreía, pero ya no quedaba nada de ese Harry apasionado que me besó. Él era un monstruo, era un demonio, sus ojos destilaban maldad pura. Acercó sus labios a los míos y de pronto desapareció. Empecé a escucharlos a ellos hablarme. Los espíritus me susurraban cosas que no quise entender, me hablaban y sus voces eran horribles y aterradoras, empecé a ver el espantoso rostro de la niña de la casa vieja en Italia. Grité y grité de pánico pero me di cuenta de que yo no era la única que estaba gritando, miles de voces de personas gritaban al mismo tiempo que yo. La temperatura de mi cuerpo empezó a subir tanto que dolía, me sentía ardiendo y una horrible sensación invadía mis pulmones, no podía respirar, sentí que iba a morir" Desperté. Había sido un sueño pero no del todo. Lo primero que vi al abrir mis ojos fue un espeso humo grisáceo llenar mi habitación que entraba por la ventana al igual que unas luces de color naranja que se reflejaban en los cristales de la misma y cruzaban la pequeña ranura de la parte inferior de la puerta cerrada.
Escuché todos esos gritos de las personas que venían de todas partes y traspasaban las paredes y la temperatura del aire era tal que me sentí sofocada como a punto de desmayarme. El humo me asfixiaba y empecé a toser descontroladamente. No estaba segura de que estaba sucediendo pero lo primero que se me ocurrió fue echar a correr. Me levanté de la cama haciendo un esfuerzo por ver a través del humo y caminar mientras sentía que mi
cuerpo ardía. Logré acercarme a la puerta y coloqué mis manos sobre la manilla dorada metálica para abrirla desde adentro, la manilla estaba increíblemente caliente, quemó mis manos y me hizo daño, con mucho dolor continué girando la misma hasta que la puerta de hierro se abrió. Comprendí todo cuando en vislumbre el pasillo del hotel prendido en llamas, el fuego envolvía todo el lugar y me obstaculizaba el paso. Desesperada me pregunté donde estaba Nicholas, el pasillo estaba vacío, solo las llamas, el humo y yo. No podía alcanzar bajar por las
escaleras ya que el fuego me rodeaba y me acorralaba. –¡Auxilio! –grité con desesperación–.
¡Ayúdenme! - Mis pulmones se llenaron de humo y empecé a toser todavía más, era demasiado difícil respirar y la sensación de sentirme ahogada era terrible y agonizante. El fuego se acercaba cada vez más a mí y mi cuerpo ardía al mismo tiempo que me debilitaba por el calor en exceso.
–Moriré quemada –pensé.
Recorrí toda mi vida en segundos, recordé a Harry y deseaba que hubiera estado hay para
rescatarme, deseaba haberlo besado y probarle que si había un lado bueno en su persona. Al menos me hubiera gustado decirle adiós. Me volteé hacia atrás para regresar a la puerta de mi habitación y entrar nuevamente, las llamas aún no alcanzaban el lugar y además allí estaba la ventana que me serviría de vía de escape. Al volverme de frente a la puerta noté con suma preocupación que estaba cerrada. La maldita puerta se había cerrado y la única manera de abrirla desde afuera era con la tarjeta que funcionaba de llave pero a la inteligente de mí
se le ocurrió salir sin llevar la tarjetita. Ahora si era oficial, moriría. No logré mantenerme de pie ni un segundo mas, mis rodillas se tambalearon y se doblaron hasta que quedé de rodillas en suelo, el oxígeno no llegaba a mi cerebro ni a mis pulmones. Comencé a sentirme realmente mal, estaba desesperada por aire y sentía el calor del fuego que cada vez se acercaba más a mí. La falta de respiración hizo que me desvaneciera. Quedé tendida en el suelo asfixiándome con el espeso humo. –Moriré –pensé cuando vi tan de cerca a la muerte aparecer. El mismo Paul D' Angelo en persona apareció de la nada y lo último que vi fue su rostro lleno de preocupación. Mientras él me seguía mirando sentí otros brazos alzar mi cuerpo casi desmayado del suelo, el contacto con estos brazos de alguien a quien no pude ver debido a que estaba ocupada muriéndome, me hizo sentirme mucho mejor, como si ya pudiera respirar y como si de pronto el ambiente se enfriara, pero aun así luego de eso vi el increíble vacio de la oscuridad y el interior de mis párpados.
Todo se torno de color negro. De pronto sentí vivo oxigeno entrar desde mi boca y llenar mis
pulmones asfixiados, unos labios estaban sobre los míos soplando aire, una sensación celestial invadió mi cuerpo al sentir aquel contacto. Respiré casi con desesperación como si eso me hubiera devuelto a la vida. Abrí los ojos y lo primero que vi fue el perfecto y angelical rostro de Harry a unos cinco centímetros de distancia. Sonreí instantáneamente aunque estaba conmocionada y sentía un fuerte dolor en mi cabeza y apenas podía respirar pero eso era algo que no me importaba demasiado, al menos estaba viva y Harry estaba conmigo.

Enamorada de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora