Capitulo 8

509 37 1
                                    

–Eso te pasa por ser una tontita niña llorona que le tiene miedo a todo. Vendré por ti en la
mañana, _______ –escuché a Robert muy enojado.
– Robert, no quiero estar sola, te lo pido no me dejes –mascullé–. No sabes lo horrible que es sentirse como yo me siento cuando estoy sola.
Me ignoró y salió por la puerta rota de la casa vacía. Estaba sola y asustada sentada sobre un sofá que no me pertenecía, en una casa que tampoco me pertenecía y que ahora que estaba sola si empezaba a asustarme su terrorífico aspecto. Cuando yo estaba sola era vulnerable a todo, cuando yo estaba sola todo me asustaba. Podía echarme a llorar en cualquier momento, podía empezar a gritar histérica, pero en lugar de eso sucedió algo más extraño. Fijé mi mirada en una habitación que se veía con la puerta entre abierta, me llamó la atención de manera tan increíble que hasta pude olvidarme del hecho que estaba sola. Vi a través de la puerta entre abierta una cama enorme y antigua, sus sabanas eran apenas de un color rosa desteñido por el tiempo, era de madera solida y sobre el colchón había una muñeca pequeña vestida con un hermoso vestido de época de color blanco y su cabello eran bucles pelirrojos. Una extraña atracción me hizo mover mis pies y empezar a caminar hasta aquella puerta, era como si mis pies se movieran por su propia voluntad y yo no tuviera control de ellos, era como si estuviera poseída y me sentía absolutamente atraída de forma sobrenatural por entrar a ese lugar, mis pies continuaron dando pasos hasta que estuve frente a puerta de madera pintada en color blanco, apoyé ambas manos sobre la misma y la empujé lentamente. Vi el resto del interior del cuarto, parecía ser la habitación de una niña, sus muebles eran de madera ya envejecida por el
tiempo, había una caja de música sobre la mesa del tocador que tenía una pequeña muñequita tallada de una bailarina, sobre las dos mesitas de luz habían antiguos libros y una lámpara decorada, cada adorno y cada detalle se veía hermoso aunque estuviera viejo y descuidado, también pude observar una gran ventana con cortinas blancas y rosadas por la que se miraba la luna con aspecto espectacular. Quedé paralizada mirándolo todo con atención y examinando cada detalle de cada objeto, me acerqué hasta la caja de música y antes de que pudiera siquiera tocarla empezó a sonar sola una melodía hipnotizante, me hubiera asustado de no ser porque la música me estaba embobando como jamás lo habría imaginado. Sonó sola –pensé cuando caí en la realidad. Seguía sonando aquella música, quise tocar aquella cajita y me puse frente "eres nuestra," "ven," "acércate," las voces se contradecían una y otra vez y por más que intentara no podía dejar de escucharlas. Cubrí mis oídos con mis manos como si eso fuera a funcionar y a alejar las voces de mi cabeza. Entré en el llanto.
Lo veía todo negro y de un momento a otro parecía que ellos me hubieran obedecido y todo estuvo en silencio nuevamente. Abrí los ojos, con mucha exaltación vi de nuevo la imagen de la niña en el espejo, aún mirándome con los ojos ardiendo en fuego.
–Ven a jugar conmigo –me susurraron esos oscuros labios vino tinto. Yo lloré aún más
desconsolada, su voz me hacía sentir todavía más pánico. Salí corriendo de la habitación y
volví a la sala principal, todo estaba muy oscuro y silencioso, miré hacia las ventanas y en los vidrios vi sombras demasiado negras pero deformes pasar rápidamente, las puertas de las ventanas comenzaron a abrirse y a cerrarse ruidosamente, quise huir y corrí hasta la puerta pero esta se cerró sola de un portazo, puse mis manos en la manilla y la giré pero no se movía. Aterrorizada golpeé la puerta y seguí llorando.–¡Déjenme en paz! –grité y me senté sobre el suelo apoyada en la pared, cerré mis ojos nuevamente pero aún seguía escuchando todos esos ruidos de las ventanas abrirse y cerrarse. El piano empezó a sonar melodiosamente pero no había nadie tocándolo, cuando abrí los ojos vi las teclas de este hundirse y las notas sonaban perfectamente, mi miedo cada vez crecía mas, mi cuerpo temblaba de pies a cabeza, mis
lágrimas rodaban sobre mis mejillas. –¡Deténganse por favor! –grité y sollocé.
Escuché una voz todavía más maligna susurrarme "Sufrirás Mucho." "Morirás _________." Mi llanto sonó más audible. Yo me preguntaba ¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Yo que hice para merecer esto? El siguiente segundo toda se inmovilizó y quedó en silencio, una brisa helada atravesó las ventanas y tocó mi cuerpo helándome la piel y haciendo que me recorra un escalofrío. Me levanté del suelo y caminé unos pasos hacia el centro de la habitación dándole la espalda a la puerta principal de la casa, me quedé de pie y miré a mi alrededor toda la habitación, mi corazón palpitaba audiblemente y con desespero y mi respiración estaba agitada, no lograba escuchar nada más que el susurro del viento entrando por las ventanas.
–________ Kardashian ¿no? –escuché esa voz que hizo que me estremeciera, era la perfecta voz de Harry que sonó a mis espaldas. Volví mi mirada hacia atrás y lo vi de pie con toda su perfección, su pose era rígida y a la vez relajada, su rostro relucía a la luz de luna y la comisura de sus labios se curvaba en una alucinante sonrisa. Su presencia debilitó mi cuerpo y nuevamente algo en mi interior me gritaba que debía correr lejos de él y tenerle mucho miedo. Pero esta vez otra parte de mi inconsciente me pedía a gritos que corriera a sus brazos. Su perfección era impactante y su luz me iluminaba y cegaba mis ojos de modo que lo único que podía ver era a él y únicamente a él. Lo miré con suma preocupación y no le dije ni una palabra.
–________ Kardashian –continuó él–. Nacida en Australia un 23 de Octubre, tus padres eran muy adinerados antes de que tú nacieras pero perdieron toda su fortuna apostando, así fue como terminaron en una pequeña casucha frente al mar, naciste con potentes dones, tienes el don de la pintura y te apasionaba, solías hacerlo a diario al igual que el surf, pasabas todas tus tardes en el mar ya que no tenías nada más que hacer, tus padres eran tan pobres que apenas les alcanzaba para darte de comer y nunca pudieron ofrecerte una educación como es debida..............
-----------------------------------------

Enamorada de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora