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𝐚𝐦𝐢𝐬𝐭𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐝𝐮𝐝𝐨𝐬𝐚𝐬

Después de una sesión intensiva de compras, las cuatro adolescentes fueron a la mansión de los Salvatore

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Después de una sesión intensiva de compras, las cuatro adolescentes fueron a la mansión de los Salvatore. Elena le había explicado a Clara que la razón por la que no podían ir a su casa era porque Jeremy odiaba a los vampiros y, tras dicha explicación, surgieron un millón de preguntas por parte de la híbrida. Al parecer, Damon y Stefan habían encontrado una supuesta cura para el vampirismo y para llegar a ella necesitaban que Jeremy completase un tatuaje invisible, que serviría como mapa si lo conseguían traducir con una espada. Para completar el tatuaje, Jeremy debía matar vampiros y esto incrementaba su odio por ellos.

La historia en sí dejó a Clara perpleja.

¿Recién se convertía Elena y los dos vampiruchos estos ya estaban buscando maneras de volverla humana, como si fuese la única que no quería ser vampiro? ¿Cómo sabían si la cura era real? ¿O si había para todos? Porque sí, Stefan también quería tomarla y Clara estaba segura de que Rebekah también querría.

Una vez las cuatro chicas entraron en la mansión, se toparon con los hermanos. Clara ni se molestó en mirar a Damon y saludó solo a Stefan, que le dio un asentimiento y una pequeña sonrisa en respuesta. Las chicas también les saludaron, unas más rápido que otras, y siguieron su camino hasta el salón. La híbrida caminó detrás de ellas hasta que un cuerpo se interpuso en su camino.

-Apártate, Damon -Clara no pudo mirarle a la cara, fijando su vista en sus amigas que miraban la escena como cotillas.

-No seas infantil, Clara -la pelirroja siguió mirando hacia otro lado, haciendo que el vampiro chasqueara la lengua-. Sabes que tenemos que hablar.

Eso captó su atención, haciendo que le mirara con el ceño fruncido.

-Yo no tengo nada que hablar contigo.

-¿Ah, sí? Pues yo creo que sí -Damon agarró a Clara del brazo y la llevó hasta la cocina, como si no les fueran a escuchar ahí-. Me parece que se te ha olvidado contarme que estás con cierto híbrido psicótico y que me has remplazado por su hermano chalado.

Clara se debatió entre pegarle un bofetón bien dado o reírse amargamente, y acabó decidiendo por lo último porque no quería empezar una pelea. Su día iba a ser arruinado por culpa de su creador, justo lo que quería.

-Y a ti se te ha olvidado ser un buen amigo -en su voz se notó el recelo con el que hablaba, cruzándose de brazos-, creo que estamos a pachas.

-Clara... -el vampiro dio un suspiro y puso su mano en la mejilla de su amiga, como solía hacer cuando ella se enfadaba con él.

Eso solía ocurrir muchas veces porque Damon era muy estúpido.

-No, Damon -Clara apartó su mano, como si de fuego se tratase, y él le miró dolido-. No puedes tratarme como la mierda y luego esperar que te perdone. Ya no más.

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