Toda la tranquilidad de la vida de Clara Martin se había visto interrumpida al menos cuatro veces en lo que llevaba viviendo en Mystic Falls:
La primera vez fue cuando descubrió sus inestables poderes.
La segunda, cuando conoció a los hermanos Salva...
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La promesa de Klaus solo aumentó los sollozos de Clara. Incontrolablemente, más lágrimas corrían ahora por sus mejillas. La pelirroja no pudo evitar abrazar al rubio y esconder su rostro en su pecho, buscando algún tipo de consuelo por todo lo que estaba sintiendo en aquel momento. La muerte de Kol la había impulsado a apagar la humanidad y también se la había devuelto, ¿pero a qué precio?
Clara había descubierto una verdad aterradora de sí misma: no podía controlarse con la sangre. Y ahora que había conseguido romper el vínculo con Damon, no había forma de dominar el monstruo que ella era en verdad. Había dicho y hecho cosas horribles en los días que tuvo la humanidad apagada, cosas que ahora su hermana y la manada conocían. Clara sentía vergüenza de sí misma, pues se había mostrado a ellos como su tía creía que todos los vampiros eran. Clara, además de ser una mentirosa, era una asesina.
Y esa parte de ella, la parte que estaba cegada por la venganza y la necesidad de probar sangre humana, no se sentía mal por ser así. Que hubiera una parte de ella a la que no le importaba ser así le daba aún más miedo que ser una destripadora. Porque Stefan lo era, pero él se sentía terriblemente mal por ello.
¿A caso Clara era mala persona?
Sí eso fuera cierto, ¿vengar la muerte de Kol estaría justificado? ¿O sería otra razón por la que debería ser odiada?
-Clara, Clara -la voz de Klaus la devolvió a la Tierra, haciéndola separarse de su pecho para mirarle a la cara-. Sé que duele, pero tienes que dejarlo entrar. Todo.
La híbrida frunció el ceño, aún con los ojos llorosos. La rabia volvió a ser el sentimiento que predominaba de entre la maraña de emociones que estaba sintiendo.
-No puedo hacer eso -Clara negó, alejándose de Klaus hasta estar a un metro de él. Se apartó el pelo del rostro con una mano, mientras la otra formaba un puño-. No puedo simplemente dejarme estar triste.
Respiró profundamente por unos segundos, antes de darse media vuelta.
-Tengo que encontrar a Damon y a Elena, esto no puede quedar así.
-Y no va a quedarse así, amor -Klaus la tomó delicadamente de la mano, haciendo que Clara volviera a girarse hacia él-, pero tienes que dejar que todo entre. Nos encargaremos de ellos dos después.
Clara volvió a resoplar, insatisfecha con su respuesta, y se cruzó de brazos.
-¿Qué sientes? -el Original acarició su mano, llamando su atención con su pregunta.
Clara le miró sin decir nada por unos segundos.
-Odio, asco, rabia.
-¿Por qué? ¿Hacia qué?
-Hacia Jeremy por matar a Kol -respondió obvia, entrecerrando sus ojos mieles-. Hacia Elena por ayudarle. Hacia Damon por agarrarme -con la mención de su mentor, se quedó callada. Sus ojos evitaron los de Klaus, clavándose en la nada antes de responder-. Hacia Damon por todo, por absolutamente todo. Y...
