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Jimin salió del teatro unos segundos después. Los minutos de receso se habían vuelto una eternidad, o al menos así lo había sentido él.

En cuanto dio un paso fuera del teatro inició una corrida nuevamente hacia los camerinos para reemplazar su uniforme por el conjunto deportivo ya que solo quedaban unos cuantos minutos para regresar al salón, además Jimin no quería ser regañado por su profesor favorito, claro que no.


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Luego de una ardua rutina de ejercicios y unos cuantos minutos libres Jimin se dirigía ya con una diminuta toalla húmeda en su cuello de vuelta a los camerinos.


Al terminar de vestirse nuevamente con su uniforme salió unos segundos después, esta vez tratando de acelerar el paso para no llegar tan tarde a casa. Pero cuando estaba llegando a la salida del instituto vio salir a un hombre bastante mayor y a YoonGi de una oficina.

Disminuyendo su velocidad para no parecer un desesperado, tal señora chismosa se quedó "leyendo" unos papeles informativos que estaban anclados a un mural.

- Si señor prometo que cerraré el teatro más tarde, solo me gustaría practicar un poco más.

- No tengo problemas en eso joven Min. Solo le recuerdo que dentro de un mes usted se comprometió con el instituto y la canción debe estar escrita lo más pronto posible, así solo nos faltarían terminar algunos detalles. - Puntualiza el hombre- Quiero suponer que ya lleva al menos la mitad de la canción hecha, ¿o me equivoco?

- Amm... Yo... Algo así...

- No me defraude Min, o si no, simplemente busco a alguien en su lugar con más capacidad.

"¿Con más capacidad? ¿Quién se cree este?".

Jimin volteo ligeramente la cabeza mirando de reojo a ambos.

El hombre entró nuevamente a su oficina como si nada y YoonGi se quedó de pie frente a la puerta por unos diez segundos. Pudo notar como el pelinegro apretaba la mandíbula y como sus mejillas iban tomando un ligero color carmesí.

Un impulso hizo a Jimin seguirlo, claro que no muy de cerca, tampoco quería asustarlo. Tan solo suponiendo que volvería a ir al teatro, deseaba tener la oportunidad de escucharlo, aunque sea una vez más.

YoonGi entró al teatro cerrando la puerta tras él, dirigiéndose directo al gran piano, y comenzando a improvisar. Moviendo con delicadeza sus dedos a través de las teclas al azar, tratando así de crear alguna melodía.

Por otro lado, un Jimin totalmente nervioso abrió la puerta lo más silencioso posible y se sentó en una de las sillas de más atrás.

Ya la idea de llegar temprano a su casa se le había olvidado por completo.

De pronto YoonGi paró de tocar y cambió las partituras que estaban más adelante.

- No sabía que tenía espectadores.- Jimin bajó de su nube al escuchar una voz que irrumpía en el total silencio y observó hacia la única persona a parte de él en el teatro, el pianista. El cual lo miraba fijo con una mueca de confusión.

Las luces de un momento a otro ya estaban completamente encendidas, al igual que las mejillas del pelirrubio.

-Yo...





Lamento la demora×

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