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~FLASHBACK~

Las lágrimas de aquella mujer caían por sobre su delicado rostro empapando cada rastro de piel seca, mientras su vista estaba fija en su pequeño hijo.

-Hijo mío, mamá te ama y lo hago por tu bien, jamás dudes de eso por favor - susurró con sutileza mientras dejaba un beso en la frente del pequeño que yacía dormido y salía con su corazón destruyéndose de su habitación.

-Yo te lo advertí,- la recriminó la mujer de cabello rizado al ver salir a su mejor amiga de la habitación- mañana Hoseok cumplirá 8 años. Sabes que él se lo llevará lo quieras o no, es tu vida o la de ese engendro.

-No vuelvas a llamarlo así... El día que seas madre te darás cuenta de que serías capaz de dar la vida por tu "engendro". Yo amo a mi hijo y haré lo que esté en mis manos para quitarlo de toda esta mierda, aunque me cueste la vida.

-Es un desperdicio, solo entregáselo.

-Escúchame bien maldita zorra- se acercó a ella y la agarró del cabello- sal de mi casa ahora mismo antes de que yo misma te saque a patadas de aquí.

La mujer sonrió sínica y salió de la casa sin antes decir "te arrepentirás"

[ . . . ]

Era su octavo cumpleaños. Su madre lo llevó al parque de diversiones en donde tenía planeado abandonarlo.

¿Pero por qué?

-Mi amor mírame- estaba agachada y acunó la regordeta carita de Hoseok entre sus manos- mamá quiere jugar un juego contigo, ¿de acuerdo?

Al inocente pequeño a pesar de que le parecía extraña la propuesta de su progenitora no dudó en aceptar, estaba emocionado por jugar y más con su madre.

-Mami, ¿por qué lloras?- una lágrima resbaló por la mejilla de la mujer.

-No te preocupes por mamá, solo de ti mi amor, piensa siempre en ti y en la felicidad de la gente que te rodea. Yo...- tomó aire para evitar llorar y asustar a su hijo- contaré hasta 10 y te tendré una sorpresa ¿está bien?

Los ojitos de Hoseok brillaron de la pura felicidad, era el mejor día de su vida, o eso es lo que él creía.

-Cierra los ojos mi amor.- Hoseok obedeció- Cuenta...- dijo levantándose y tapándose la boca mientras se alejaba a cortos pasos del pequeño.

-Uno...

Su madre sólo lo miraba con angustia.

Su bebé tenía ambas manitos tapando sus ojos y ella sintió una punzada enorme en su corazón. No quería hacerlo, no quería dejarlo solo.

-Dos... tres...

Volteó a ver en todas direcciones con las lágrimas cayendo sin parar, ninguna persona se daba cuenta de lo que aquella madre estaba a punto de hacer.

-Cuatro- continuaba con su conteo.

-Te amo mi amor- llevó su mano a su pecho y comenzó a caminar en otra dirección.- No mires hacia atrás, solo continúa, tienes que ser fuerte.

-Cinco... Seis....

A unos metros de ella los vió, dos hombres comenzaron a caminar hacia ella y con total desesperación corrió.

-Siete...

-Mátenla- ambos recibieron la orden de su jefe a través de unos auriculares e iniciaron una persecución.

-Ocho...

La madre de Hoseok corrió con todas sus fuerzas tratando de alejarse lo que más pudo, pero al llegar a una cierta distancia sus piernas comenzaron a fallar.

-Nueve...

Los hombres la alcanzaron y con ayuda de un paño taparon su boca para evitar que gritara y llamara la atención.

-Diez...- Al mismo tiempo que Hoseok abrió los ojos la sangre de aquella hermosa mujer resbalaba por su garganta al mismo tiempo que una lágrima y un último susurro salía de entre sus secos labios.

-Ho-seok- y un fuerte impacto fue contra el suelo.

-¿Mami?- el pequeño se quedó unos segundos mirando a sus alrededores- ¡¿Mamá?!- poco a poco se iba desesperando y perdiendo la valentía.

Varias personas pasaban a su alrededor viendo como el pequeño niño de ocho años lloraba, pero nadie hacía nada para calmarlo.

-¡¡MAMÁ!!- después de muchos segundos comenzó a caminar en las cercanías gritando y llamándola a cada momento.

Los minutos pasaban y él seguía buscándola hasta que recordó que un día su madre le dijo que si se perdía hablase con un policía o guardia.

Lo encontró.

El oficial al mando dió la orden de buscar a la madre de aquel niño, pero jamás la encontraron.

Hoseok fue trasladado a un orfanato y pasó cinco años de su vida en aquel lugar hasta encontrar a una familia que le supo dar esa protección que necesitó durante tantos años.

~FIN FLASHBACK~

Con el pasar del tiempo cegado por el dolor y el resentimiento fue llegando a la cruel conclusión de que tal vez su madre nunca lo quiso y no halló forma más fácil de deshacerse de él que abandonarlo a su suerte.

Pero la realidad era que aquella mujer amó con toda su alma a su hijo, pero la obsesión con un trabajo peligroso la llevó a una situación en la que al momento de arrepentirse no tuvo escapatoria. Y a lo único que pudo optar fue a proteger a aquel pequeño, entregando su vida por la de él. Aunque eso significara someterlo a tal sufrimiento.

-Nunca nadie entendería este dolor- Hoseok rompió en llanto y se aferró aún más a los brazos de aquel chico. La calidez de Jimin era embriagadora y con tan solo ese tacto algo se encendió en el pelinaranja, una sensación difícil de explicar.

Mientras algo lindo se iba formando en el roto corazón de un joven, un pelinegro se encontraba sentado en el pasillo con una lágrima deslizándose por su mejilla y con heridas que prometió cerrar para siempre, volviendo a abrirse.

Jimin deseaba ayudar. ¿Pero sería capaz de reparar lo que personas destruyeron en la vida de aquellos jóvenes en el pasado?


















¿La imagen de arriba les recuerda a algo? Saquen las teorías :v okno

La verdad es que cuando escribo me meto mucho en los zapatos de los personajes.

Y me dolió crear y escribir el pasado de Hoseok :c

Espero que disfruten mucho de este capítulo💞 los amo como no se dan una idea... Cuídense.

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