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Jimin se encontraba dando vueltas totalmente innecesarias alrededor del patio del instituto, luego de haber sido sorprendido por una maestra durmiendo en clases y echado del salón.

El sol estaba ocultándose debido a densas nubes que poco a poco iban alojándose en el cielo y sentía como el clima se refrescaba, tomando una temperatura realmente agradable para el pelirrubio.

Casi de inmediato cuando está a un paso de sentarse en un banquito a descansar el sonido de una guitarra cruza a través del patio.

La música si bien ya no es ningún secreto que desde que este tiene uso de razon haya despertado algo en él, más que un simple hobbie, ha provocado con el transcurso del tiempo cualquier buena melodía sea capaz de encapricharlo enseguida.

Y como todo un buen Jimin que es, curioso e indetenible siguió el sonido.

Al encontrar al músico apoyo sus brazos en una rama de un árbol y lo observó. El chico se hallaba justo al otro lado del patio, lo suficientemente alejado para no ser descubierto, pero lo bastante cerca para no tener la necesidad de esforzar su audición dispuesto a oírlo.

Cualquiera que observara la manera en la que el joven tocaba aquella guitarra podía ser hipnotizado por el talento que poseía. Sus ojos estaban cerrados mientras toca, concentrado únicamente en deslizar sus dedos sobre las cuerdas. Está con las piernas cruzadas y la cabeza apoyada al árbol más grande que hay en todo el instituto.

No sabía que aquel joven tocaba y mucho menos que cantaba. Poseía talento y seguridad,- algo muy atractivo en un verdadero musico- pero aún así detrás de todo el momento cautivador y fascinante nota un leve puchero en su rostro, como si una mascara dolorosa estuviera luchando por ser oculta mientras interpretaba la canción. Y cae en cuenta; la canción. Esa maldita canción parecía tener un gran significado para su mejor amigo Taehyung y para aquel chico sentado frente a él.

"¿Qué tipo de fetiche tienen con esa canción?".

De pronto como si el menor escuchase sus pensamientos abre los ojos y dirigue su mirada hacia el perdido espectador, aún sin interrumpir en ningún momento la canción. El contacto visual hace que el mayor se ruborice y se quede allí, estático. No es que esté haciendo algo malo, pero le incomodan esos tipos de encuentros.

Antes de acabar la canción Jimin sale de su trance y se da cuenta de que el sonido de la guitarra se detiene de forma abrupta arruinando la linda melodía.

-¿Se le perdió algo Jimin hyung? -el chico tiene una expresión extraña, como si estuviera enfadado.

El rubio no contesta, tan solo se da vuelta dando grandes zancadas, hasta que una voz molesta en su cabeza lo interrumpe.

"Yoongi necesita un cantante". Al pensarlo se niega a sí mismo la idea de regresar hacia el enfadado Jungkook.

Tenía dos opciones: Ayudar a su amor platonico o irse de allí sin arriesgarse a sufrir abuso psicológico por parte del chiquillo más gruñon de todo Busan.

-Reitero mi pregunta, ¿se te perdió algo? -dijo el castaño dejando su guitarra a su lado. Jimin había optado por la primera opción.

-Y-yo... ¿Cómo estas Kook? -Murmuró el rubio sentándose a su lado.

-Bien.

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