Capitulo 15

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Silencio.

Apenas el zumbido de los mosquitos se escuchaban, todo estaba absolutamente sepulcral.

Los Kuggan habían ingresado a la base de Gotham sólo para causar horror a los que allí se refugiaban. Los ojos de todos se mantenían siguiéndolos mientras ellos buscaban al Doncel de cabellos blancos, extrañamente la única cosa que podían ver. Y lo buscaban porque era quien los podía detener. Y Damian Wayne lo había sabido desde el principio en que notó como el primer Kuggan se deshizo ante su presencia y los rayos UV.

Wayne hizo el gesto mundial del silencio. Tomó a su contraparte y lo guió hasta uno de los túneles de escape.

—¿Qué pasa? —murmuró muy bajo.

—Sh.

Sin embargo, algo alteró los sentidos del Wayne. Quizá aquel chapoteo extraño que los venía siguiendo.
Cuando se giró dispuesto a atacar aventándo lejos a Wilson pudo verlo, un Jonathan Kent, con sus ojitos llenos de decisión para ayudar a los demás.

—¿Qué haces aquí? —sus voces eran apenas susurros.

—Quiero ayudarte, no me iba a quedar escondido, no conozco mucho más allá de la mansión Damian, dejame hacer esto contigo.

Wilson soltó una risilla burlona.

—Que valiente —dijo a modo de burla.

—Tus chistes no sirven de mucho hoy Wilson.

Continuaron su camino en silencio. Si Damian tenía razón este túnel los llevaría a una alcantarilla frente al Salón de La Justicia.

—Bien, esto tardará mucho...

—Yo... Puedo usar mi súper velocidad.

Wayne asintió subiendo a su espalda, y a Wilson lo cargo en sus brazos.

—¿Listos?

—Sólo hazlo.

No tardaron mucho en llegar, y más que un pequeño mareo no hubo nada malo que reportar. Ahora estaban en otro centro de refugiados.

—¿Dónde esta Billy Batson? —Damian gritó llegando. A lo que recibió un a callar de todos. Frunció el ceño subiendo a una mesa. —Dije ¿¡Dónde esta Billy Batson?!

El adolescente salió de entre el gentío haciéndole la seña del silencio.

—Transformate.

—Desaparecere, como todos los seres de magia.

—Confía en mí, soy el hijo de Batman.

Tras pensarlo, sabiendo que está era la última batalla por los susurros de las paredes, lo decide:

—¡Shazam! —el rayo hace tanto ruido que llama a todos los Kuggan a 10 km a la redonda. Pero el Capitán Maravilla estaba ahí. Esta vez había ventaja.

—Kent, toma estas gafas —Wayne le dio unos lentes que apenas y se podían llamar así.

—Usa tus rayos, sólo no los derritas ¿Oíste?

Dimensiones Alternas, Salvanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora