En una oficina una joven mujer se encontraba durmiendo sobre su silla. Al parecer había olvidado del lugar donde se encontraba.
Un hombre algo obeso, entro al lugar. Todos los empleados lo saludaron, el hombre camino por el pasillo entre los escritorios, pero detuvo su andar cuando observo a cierta mujer dormir tan tranquilamente. Frunció las cejas y tomo una revista de uno de los escritorios, lanzándolo hacia aquella mujer, la revista callo perfectamente sobre la cabeza de esta, ese hombre obeso tenia buena puntería.
Chillando un poco la mujer se sobo la cabeza y busco al culpable de aquel acto hasta que vio aquel hombre se levantó y le sonrió tan sínicamente como si no hubiera hecho nada.
Este solo negó con la cabeza, ya conocían como era aquella chica, pero siempre le pasaba sus descansos tan descarados. Era una de sus más eficiente empleadas de publicidad. Incluso se quedaba horas extras sin quejarse, solo por eso no la reprendía por dormir tan descaradamente, pero tampoco fuera que no le molestara. Volvió su andar para ingresar a su oficina, cuando por fin desapareció, los compañeros que aquella mujer, se acercaron burlándose de ella.
— No puedo creer que seas tan descarada Natasha, como puedes dormir sin importante que el jefe pueda verte.
Así es aquella mujer era Natasha quien ahora tenía un empleo en una empresa de publicidad. Corto su cabello ahora lo lleva al hombro. La empresa donde trabaja es aquella donde hizo sus prácticas de universidad.
Las amenazas de Sara no dieron frutos, ya que ella tenía pruebas de que tubo intimidad con el director y sabía que debía sacarle provecho. Estas pruebas las tenia debido a solo a una razón. Ella fue a pedirle una beca para poder pagar sus estudio y este le dijo que como no tenía familia sería difícil, pero que el podría ayudarla. Ella ya sabía a qué se refería, sentía asco de estar con ese cerdo y asqueroso hombre pero necesitaba tener algo de ayuda para poder pagar sus estudios. Aceptando el trato de ese hombre fueron aun hotel y mientras él se bañaba ella coloco su teléfono para tener pruebas si algún día las necesitaba. Después de aquel acto, ese hombre le negó la beca diciendo que no podía dársela, dándole más escusas. Se sentía tan frustrada, pensó en mostrar ese vídeo que tenía, pero sabía que quien perdería más seria ella. Lo dejo pasar y esa era una de las razones por la vendía su cuerpo de vez en cuando ya que los gastos de universidad eran demasiados y con los trabajos de medio tiempo no eran suficientes.
ESTÁS LEYENDO
Pasión, Prejuicios y Destino
RomanceSi fuiste feliz con la persona equivocad, ¡Imagínate con la correcta! Hola vengo a compartirles una de humilde historia, que he creado. No es mi primer historia, pero si la primera que comparto al publico. Mi hermano me animo, para hacerlo...