Escenas más adelante, Athan es llevado a una fiesta del mejor amigo de Adonis. No obstante, ya que él no disfruta de este tipo de reuniones, decide ir al parque a leer... de noche, sin mayor luz que el alumbrado público, siendo que usa anteojos y, presumiblemente, su vista no es tan buena. Pero es también gracias a esto que conoce a Ronni, una chica que, coincidentemente, ama el teatro, es romántica y comparte otros tantos gustos con el protagonista y que, además, rechazó al hermano mayor de los Herdenson tiempo atrás.
La pelea que deriva una vez que esto se descubre es bastante genérica. Muchos gritos, poco drama. Quizá lo único que realmente resulta útil es la aparición de la misteriosa chica que deja prendado a Athan... Oh, pero, ¿no que Athan no solía hablar con chicas y que nunca sabía qué decirles? Pues me parece un poco contradictorio que haya conseguido citar a Ronni tras una plática de horas. Autora, las evoluciones de este tipo no son como colocarte ropa diferente. No son instantáneas. No pasas de ser Don Mutismo a parlanchín en una sola escena. Así que debe haber un proceso. La psicología humana es compleja y los cambios de actitud son graduales. Habría sido más creíble una interacción torpe al inicio, que probablemente fuera mejorando con la familiaridad. Dicho de otro modo, no pasas de introvertido a extrovertido solo porque así lo requiere la trama.
Ahora bien, me parece que esto ocurre debido a dos factores. Primero, al ser capítulos cortos, no tienes tiempo suficiente para explotar y explorar las situaciones que afrontan tus personajes, lo cual conlleva a que, segundo, recurras a la elipsis. Es decir, a que obvies escenas y haya saltos entre ellas.
En fin, estoy divagando. Como decía, la pelea se soluciona con rapidez y el siguiente capítulo nos muestra una fiesta en la casa familiar. Los padres, como sucede y ya es clásico en este tipo de novelas, están ausentes. No me sorprende. Sin embargo, lo que sí terminó por romper mi fe en que algo de esto podía ir por un rumbo diferente fue la manera en la que se propone la interacción inicial de los protagonistas. ¿Un juego de verdad o reto donde ella tiene que besarlo, él no quiere y ella se ofende, pues la han rechazado?
Estimada, de los miles de recursos que tenías para esto, ¿debía ser justamente ese? Y si debía serlo, ¿no podría haberse resuelto de otra manera? Es decir, si resumimos la secuencia de acciones desde este punto hasta la mañana siguiente de la fiesta, notarás que las situaciones se han tornado un tanto inverosímiles y forzadas. Fíjate: Como Athan no quiere besar a Sydney (cuya descripción física encaja con el estereotipo del bad boy, versión mujer: sexy, tatuajes, mirada seductora), opta por retirarse a su habitación, siendo que encuentra a la misma chica en el baño de la pieza. Tomémonos un momento para intentar responder a esto: ¿cómo hizo Sydney para subir las escaleras y llegar antes que Athan, si él salió primero? Tienes ahí un fallo de temporalidad por corregir.
Lo que viene luego es bastante predecible. Athan acuesta a una ebria Sydney (acción que nos indica que es un buen chico y elimina la necesidad de aclararlo explícitamente capítulos atrás) y le prepara el desayuno al día siguiente, escena bastante reciclada en la comedia romántica. Discuten, o al menos eso parece, y terminan besándose... hasta que alguien los interrumpe. Como dije antes, todo aquello no es innovador y se apega más a las fórmulas que suelen funcionar.
Así que, respiraré un poco, pues necesito decir esto de la manera más amable posible. Y es que los capítulos nueve y diez probaron todos los límites de mi tolerancia literaria. Autora, ¿cuánto tiempo pasó desde que Sydney salió de la casa Herdenson y llegó a la suya? ¿Cuatro horas? ¿Cinco? ¿Esperas que me crea que Athan conoció a una chica en ese lapso, que la llevó a la habitación compartida de Ronni y que tuvo sexo en ella? ¡Por favor! ¡No estamos en una realidad paralela! Y ya que ni siquiera tenemos atisbos de la señorita en cuestión, lo más probable es que la tal Lola sea una dama de compañía. ¿El recatado Athan pasó a alquilar prostitutas para satisfacer sus necesidades sexuales? ¿El prostíbulo estaba cerrado y tuvo que llevarla allí? ¿Se convirtió en todo un casanova en unas pocas horas? O es que acaso Lola ya estaba ebria, porque solo así toda esta tomadura de pelo tendría sentido. ¿O es que ella también estaba en busca de aventuras? Y si fuera así, vaya suerte que tiene Athan. Debería jugar la lotería también, apuesto que de seguro ganaría el primer prempio. Vamos, estimada, si hacemos un recuento general de los días que han pasado desde que inició la novela, verás que ni siquiera llegamos a una semana. ¿Cómo hace alguien para cambiar de personalidad con tanta rapidez sin recurrir a una lobotomía, a un hipnotista o a los alucinógenos?
Tal vez, si hubieras dejado un indicio de que las escenas trascurren más separadas, todo lo anterior habría resultado un poco creíble. No obstante, tal como está, es una falta de respeto hacia la propia historia. Es como si los capítulos lucharan entre sí en una espiral autodestructiva. Sí recuerdas los puntos cardinales de la personalidad de Athan que comentamos arriba, ¿verdad? ¿Te parece que la situación presentada es congruente con ello? Con su, «me molestan las fiestas por el sexo casual sin precaución» y similares argumentos que expone en el primero párrafo. ¡Por supuesto que no lo es! No es congruente. Existe aquí un conflicto no solo de temporalidad, sino también de coherencia y verosimilitud.
Asimismo, ¿dónde quedó toda la marea romántica de Athan una vez que se besa con Sydney? ¿Dónde? ¿No describes emociones y maripositas en el estómago dentro de un tornado de pasión? Estimada, no podemos inventar situaciones límites para sacarnos conflictos de la manga, ya que corremos el riesgo de desbaratar la lógica y la credibilidad de la trama. En otras palabras, si lo que quiero crear es un problema para mis personajes, debo primero propiciar el ambiente y estimar el tiempo necesario para ello. Unas cuantas horas, para este caso, no son suficientes e intentar justificarlo en el siguiente capítulo, aduciendo que todo ello ocurrió a las ocho de la noche, termina por enredar mucho más al lector. ¿Por qué? Porque nunca queda claro el lapso de tiempo trascurrido.
Sobre lo que sucede después, no hay mucho que comentar. Las introspecciones de Sydney son bastante prescindibles, pues se dedica a decirnos qué siente o no, a contarnos un poco de su confusión, a romper la cuarta pared hablando de su afición por dormir y similares. Y no sería objetable, ¡de no ser porque se toma un capítulo entero! La narración queda detenida durante el apartado once y lo que vemos del doce en adelante son las consecuencias derivadas de acudir a una carrera ilegal y lo que ocurre cuando te tomas un comentario ligero muy en serio. La fiesta, porque sí, aquí los escenarios trascurren de fiesta en fiesta, que sigue una vez que Sydney se ¿disculpa? por haber sido ¿grosera? con Athan, nos presenta una nueva violación hacia el primer párrafo del primer capítulo. ¿No que Athan es una persona que no gusta de este tipo de eventos? Puede que esto obedezca al cambio de actitud forzado al que está siendo sometido ¿contra su voluntad?, mas, ¿encajan los eventos ahí narrados con lo que se nos ha dicho sobre él? ¿No que es un «paso muy arriesgado»?
¿No que se le hace complicado hablar con chicas? Ah, pero besar a una desconocida, tomarla de la mano y embriagarse supongo que no están incluidos en tales límites. Sinceramente, a este punto pensé que el personaje principal había sido reemplazado por otro con el mismo nombre. Dato extra: la discusión que prosigue al beso entre Lisa (que también resalta el atractivo del protagonista, como para que no se nos olvide) y Athan, con Sydney estampando un derechazo en el rostro de la primera, consigue darnos más luces sobre la personalidad de ambos y nos dice, implícitamente, que son muy inmaduros. Por supuesto, esto no tiene por qué ser necesariamente malo. Al fin y al cabo, ambos son jóvenes. En resumen, cumple su función. Lo que sí resulta extraño es que le confiese, tan suelta de huesos, que no quiere que nadie más se fije en él. Ya me dirás tú si una chica supuestamente fría y misteriosa actúa así.
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CERRADO| Beta Readers SunFlower
عشوائيNosotros nos encargamos de ser tu asistentes personales durante cierto tiempo. Nuestro trabajo es señalarte todos los errores en cada capítulo de tu historia. Entra y solicita tu Beta Reader, no te arrepentirás pues ya que es muy necesario. Ellos/as...