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‹Jueves, 3 de septiembre del 2015›

‹Pov's Adrien›

Veía como las gotas de lluvia caían lentamente por la ventana de mi alcoba, unas se apresuraban más que otras, como si entre ellas tuvieran una carrera, para ver quien llegará primero al final de la plancha de cristal. Siempre me pregunté ¿A dónde irán cuando llegan al final ¿Permanecerán ahí esperando a sus amigas las gotas, o se extinguirán ellas mismas?.

Los truenos cada vez eran más audibles, mamá siempre me cantaba una cancionsita para calmarme, los truenos me dan miedo. Normalmente cuando ella no se encontraba, me escondía debajo de la cama o me cubría por completo con las suaves mantas de la misma.

Sin embargo, no me sentía capaz de esconderme, tenía el presentimiento de que algo sucedería aquella noche.

«Y no creo que sea nada bueno»

¡TIC TAC, TIC TAC!” El tiempo corría y aún no había rastro de mi madre. ¿Me habrá abandonado? Tal vez esas pequeñas bromas de esconderme por un momento y al otro aparecer, solo eran graciosas para mí. ¿Tan mal me habré portado? Sabía que debía recoger mis juguetes, pero de igual manera los dejé ahí, tirados en el suelo. ¿Y sí ya no me ama? Ella cada noche antes de mí hora de dormir me decía cuanto me amaba, posiblemente fingía para no quedar mal.

— Adrien, son más de las 11:00PM ¿Qué haces despierto? —Nathalie, siempre se preocupaba por mi bienestar, era como mi segunda madre aunque nunca superará a la original— Vamos... —me tomó de la mano, llevándome a mi cama— Descansa —besó delicadamente mi frente para luego andar a la salida de mi habitación—.

— ¿Sabes qué le pasó a mamá y porqué no ha llegado? —le pregunté con los ojos cristalizados, no quería pensar que le había sucedido algo malo—.

— Amm n-no, buenas noches, Adrien —cerró la puerta, dejando preguntas sin responder en mi—.

‹Viernes, 4 de septiembre del 2015

La bocina de mi limusina sonó, avisando que ya estaba aquí para recogerme del colegio. Después de subir, solo pensaba en lo mal que había sido mi día. Hoy, en el almuerzo, me caí, haciendo caer mi sándwich en el sucio piso de la cafetería ¿Acaso nunca lo limpian? {F por el sándwich :,v}, recopilando apodos burlones como: “Manos de mantequilla” “Come tierra” y el que por ahora en mi sobrenombre (bautizado por los matones de mi salón) “Novio del piso”.

Siempre como sólo. Soy muy tímido como para empezar a socializar, y después de esta caída, no creo que alguien guste ser mi amigo.

Aunque hay una niña, _____, estudia en 1er grado, 5 años menor, pero es amiga de la familia y la vi nacer y crecer, tiene unos ojos azul zafiro preciosos y una melena peli-roja igual de hermosa, las pecas que tiene en sus mejillas y nariz le dan un toque, a ella le desagradan pero igual forma le recuerdo que se ve linda. Su personalidad es única.

Quería llegar a casa cuanto antes, moría por abrazar de una vez por todas a mamá, desde anoche que no la veía. Ella es como mi amuleto de la suerte.

Apenas el auto se detuvo, bajé, corriendo a la entrada de esa gran mansión que llamaba casa.

— ¡Mamá, volví! —grité con todas mis fuerzas para que me oyera—.

Esperé algunos minutos, pero nunca apareció, sentía que mi mundo se derrumbaba poco a poco, ni siquiera me di cuenta cuando empecé a llorar, estaba sumido en mis pensamientos los cuales no eran nada buenos. ¡Mamá me había abandonado! Mi razón de ser se había ido.

— ¿Adrien qué te sucede? —eso quería saber, la voz a mis espaldas cada vez se acercaba más, Nathalie me levantó del suelo y me abrazó—.

‹Domingo, 22 de noviembre del 2015

— Hay que disfrutar nuestro último día juntos —me sonrió _____ secando mis lágrimas—.

La única persona que consideraba una amiga ¡Me dijo que se iba del país! Sé que una oferta de trabajo (especialmente si es buena e interesa) no se consigue en cualquier parte, pero desde la desaparición de mi madre no tenía a más nadie con quien estar.

Observe el ventanal de la estancia, llovía, de nuevo ¿Siempre que me pase algo malo lloverá? No podíamos salir con esa lluvia que cada vez era más fuerte.

— Está bien —la tomé de la mano, subiendo las escaleras y yendo a mi cuarto— ¿Qué te gustaría hacer? —me acerqué a la caja repleta de juguetes— ¿_____?.

La vi encendiendo mi consola y conectando dos mandos a ella.

— ¿Jugamos? —dijo con su pequeña voz aguda, enseñándome el juego que utilizaremos “Call of Duty”—.

Me extendió uno de los mandos, gustoso lo tomé, al principio me sorprendió el hecho de que una niña supiera de estas cosas {Wn ¿Y yo qué? Prefiero mil veces jugar esa verga que jugar con Barbies}. Decidimos jugar en solitario con tiempo infinito, a ver quien cae primero.

[...]

No ha pasado ni media hora y ella ya me había ganado 3 rondas, para tener 5 años era muy buena.

— ¿Y si mejor matamos zomb- —traté de hacerla cambiar de opinión para no tener que seguir pasando pena— ¡Maldición! —exclamé. Volvió a ganar—.

— ¡Hey! No seas grosero —pausó el juego— Tal vez deberíamos hacer algo más, a las 5:00PM me voy —hizo un puchero, se veía tan tierna—.

— Claro —me levanté para sacar el disco del juego. De pronto siento como mi amiga peli-roja, se aferraba a mi cintura— ¿Qu-é h-haces? —seguramente estoy rojo—.

— Te voy a extrañar, Adrien —se acurrucó—.

— Yo igual, _____ —me giré para cargarla, ella rodeó mi cuello con sus brazos—.

Al cabo de unos segundos, ella acercó su rostro un poco más al mio, como dudando si hacer algo o no. Decidió actuar, dándome un beso en la mejilla.

— Te quiero —me apegó aún más—.

Esta niña si sabe como volverme loco.

♠♣♠♣

¡Reviví!

Para quien no está pendiente de mi tablero, tuve un problema con mi tablet y no pude actualizar

Para compensarlo aquí les traigo un capítulo sobre la infancia de Adrien :)

Los quiero mucho...<3

¡Au revoir!/¡Adiós!

Agente 00Perfeción [Semi-AU] [Adrien Agreste/Chat Noir y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora