v. el verano

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La situación resultó más complicada de lo pensado, odiaba el hecho de que Robb intentara protegerlo cuando no era necesario. Le parecía estúpido de su parte amenazar a la corona por simples celos que no lo llevarían a ninguna parte.

Ambos se miraban constantemente, y están incluso igual de molestos. Jon decía que no era necesario armar un alboroto, Robb afirmaba que no tenía otra opción puesto que no dejaría que nadie alejase a su hermano del norte.

El pelinegro se remueve, incómodo; está triste, hambriento, molesto e increíblemente decepcionado. Extraña esos momentos con el mayor, cuando podían jugar libremente y reírse sin importar lo que pudiera pasar. De vez en cuando tiene pequeños recuerdos de ambos, quizá no eran tan buenos ni felices, pero definitivamente eran mejor que la situación incómoda que vivían. El hermano bastardo quería entender las razones del contrario, pero le era casi imposible.

Bajo la opinión de Jon, el joven lobo sólo estaba siendo un imbécil, intentaba demostrar su superioridad desafiando a un príncipe; aunque la verdadera razón era un tanto diferente. Robb sabía de sobra lo mucho que su medio hermano odiaba su condición, creía que si se deshacía cualquier posible opción de pareja para el su vida se solucionaría, pero las cosas no eran tan fáciles como eso.

No podía hacer nada y se negaba a entender que el futuro de Jon sólo empeoraría si se metía en su vida como un imbécil.

Jon, tomado en cuenta como un bastardo nadie negaría que su lugar era el muro, pero siendo un Omega la situación cambiaban drásticamente. El único sitio restante sería con su madre, pero la ausencia de ésta era más que inegable.

Las personas dirían que lo más a lo que el chico lo podría aspirar era a hacer una puta de un burdel caro donde caballeros, lords y de más multitudes con sangre noble pudieran descargarse, pero nunca caería tan bajo, antes le cortaría la verga a cualquier Alfa que quisiera tocarlo.

El herdedero de Winterfell se negaba a dejarlo ir por esa razón, no quería que Jon terminara en algún lugar así, puesto que la belleza de éste era impredecible le dejaba en un posible peligro.

Ambos permanecen callados, apenas mirándose, compartiendo como único medio de comunicación pequeños gruñidos y sonidos pesados de su respiración chocando entre si.

El menor dio varios pasos, colocándose justo frente al más alto. Dejó que sus brazos se enredaran en su espalda y terminó por abrazarlo.
No está seguro de por qué lo hizo, pero de alguna forma lograba tranquilizarlo la mayor parte del tiempo; y así sucedió.

"Stark, eres un imbécil, sino fueras mi hermano ya habrías probado el acero." Murmuró en voz baja, como si tuviese miedo de que alguien más pudiese escuchar su conversación.

"Quiero protegerte." Respondió el contrario, casi al instante.

"¿Bromeas?" Una de sus cejas se arquearon ante la respuesta. "Protege a Sansa quien no sabe blandir una espada, protege a Arya quien desobedece, protege a Bran quien aún necesita entrenar, protege a Rickon quien es pequeño." Termina por separarse del abrazo el cual se estaba volviendo incómodo. "Nací como Omega, es cierto, pero no soy débil. La última vez que me veas Robb Stark, yo seré alguien, no sólo el desafortunado hijo bastardo de Eddard Stark." Prometió, avanzando hacía la salida. Antes de retirarse completamente le envió una mirada más al contrario, quién sólo asintió.

Apenas había comenzado a caminar cuando se topó frente a frente con su padre. Jon se apresuró a hablar. "Lo que Robb dijo, era una mentira. No estoy con el." En respuesta el hombre tan sólo le dio un par de palmaditas en uno de sus hombros.

"Lo conozco, se que tan impusivo puede ser tu hermano." Tranquilizó. "Haré que te traigan ropas más apropiadas para ti. Enviaré a sirvientas para que te hagan maletas, ¿de acuerdo? No puedo dejarlos aquí. Arya, Sansa y tu vendrán conmigo, acepté un trabajo con el Rey." Las noticias iban y venían, particularmente esa no era tan agradable como pensó.

《 Bastard 》 Robb/Jon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora