Amy Rose, Blaze the Cat y Rouge the Bat son tres chicas completamente diferentes. Lo único en común que tienen es que asisten al mismo instituto, y que están atravesando el último año de su educación secundaria.
Si hubiera sido por ellas, nunca se...
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Rouge
Ni bien bajo del taxi, siento la miradas de cientos de personas sobre mi. A estas alturas de mi vida trato de hacerles caso omiso, pero desde lo del año pasado... Ugh. Me cuesta. Y mucho.
Observo con afán la amplia edificación frente a mi. La fachada está pintada de un marrón oscuro, dándole un aspecto gótico y antiguo. A eso se le suman la gran cantidad de ventanas esparcidas por el frente. Tiene varios pisos y ocupa casi toda una manzana. Es incluso mucho más grande que mi instituto anterior.
Pareciera ser que es la hora del almuerzo, porque hay muchos alumnos en la zona de la entrada comiendo sándwiches y conversando entre ellos. Debido a esto, justo en el momento en el que me acerco a la entrada, siento aún más sus miradas clavadas en mi espalda. Me concentro en mantener la barbilla en alto y los hombros derechos; si quiero mostrarme confiada, es lo mínimo que puedo hacer.
Cuando me arrimo a la puerta, una eriza rosada sale estrepitosamente de ella; su uniforme está medio desaliñado, una de sus medias está mas baja que la otra, y su mochila rebota en su espalda mientras corre, alejándose del lugar. Eso fue... extraño. Ingreso al instituto segundos más tarde.
Del lado de adentro, me topo con una ardilla prolijamente vestida con el uniforme y con un portapapeles en sus brazos. Al parecer me estaba esperando, porque ni bien pongo un pie en el pasillo principal, se acerca a mi con una amplia sonrisa.
—¡Hola! Tú debes ser Rouge the Bat, ¿verdad? —me habla, sin borrar la sonrisa de su rostro y extendiéndome la mano en forma de saludo. Le correspondo el saludo y asiento, devolviéndole también la sonrisa—. Es un gusto conocerte. Mi nombre es Sally Acorn, presidenta del comité estudiantil. Seré la encargada de guiarte en este pequeño recorrido por la escuela.
—El placer es mío, cielo —hablo, estudiando el pasillo principal con la mirada. Es amplio, con extensas filas de casilleros a lo largo y a lo ancho.
—Perfecto, comencemos entonces —decreta Sally, comenzando a caminar por el pasillo. Le sigo el paso sin problema alguno—. Metropolis High School fue fundada hace más de cien años, y hoy en día es considerada uno de los institutos más prestigiosos de la región. Por cierto, nosotros solemos decirle Metro High, porque es más corto y funcional.
—Entendido —asiento—. Pero si quieres puedes omitir toda la historia del colegio; no me interesa demasiado que digamos.
—De acuerdo —ríe la ardilla—. Honestamente, es media aburrida. Pero me obligan a decirlo.
—Lo imaginaba. Es decir, ¿a quién puede llegar a interesarle eso?
—¡Lo sé! Las autoridades de aquí suelen tomar decisiones muy absurdas de vez en cuando —suspira Sally. Noto que, gracias a mi comentario, se encuentra más relajada que antes—. Bueno, ahora sí, comencemos con el recorrido.
