05| Conocidas

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Blaze

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Blaze

Me hubiera encantado que lo que sucedió ayer en la tarde haya sido solo un sueño. De verdad. O al menos eso pienso ahora, mientras me encuentro en clase de química. Soy incapaz de concentrarme en los átomos porque mi mente está enfrascada con Tikal y los cristales. Y, por Chaos, me está sacando de quicio.

No me gustan las sorpresas, salir de mi zona de comfort, ni mucho menos que me den responsabilidades que yo no pedí. ¿Luchar contra el mal? Eso es algo que solamente sucede en las películas, como en Batalla de las Galaxias. Ya quisiera pelear con un sable de luz, defendiéndome de los soldados del imperio...

  Sacudo mi cabeza ante la fantasía. No debo imaginarme estupideces. Tengo que concentrarme en mis estudios, en mantener mis calificaciones y en graduarme con honores para así conseguir mi tan deseada beca en la Universidad de Athens. Involucrarse en una locura como la que Tikal nos propuso es, justamente, una locura. Además, no puedo estar tan segura de que esté diciendo la verdad.

Ni bien tomo asiento en la mesa de la cafetería que suelo compartir con Silver, este me estudia con la mirada durante algunos segundos.

—¿Estás bien? —me pregunta.

—Estoy cansada. Eso es todo —respondo de mala gana, comenzando a pinchar mi almuerzo agresivamente.

Uf, pareciera ser que alguien está teniendo un mal día —canturrea una voz que, definitivamente, es demasiado femenina para ser la de Silver.

  La chica murciélago que conocí ayer, Rouge, apoya su bandeja junto a la mía, para posteriormente tomar asiento junto a mí. Dejo de comer por unos instantes para dirigirle, de manera sutil, una mirada no muy amigable. Silver, quien está frente a mí, permanece petrificado en su lugar.

  Por su parte, Rouge comienza a degustar de su comida sin percatarse siquiera de sus alrededores. Pero al darse cuenta de que tanto Silver como yo permanecemos observándola en silencio cual bicho raro, levanta la mirada de su plato y habla.

—¿No nos vas a presentar? —inquiere hacia mi dirección.

  Mi mente tarda unos segundos en procesar su pregunta. ¿Y a esta que mosca le picó? El hecho de que nos hayamos conocido en una situación anormal no significa que es de mi agrado, por lo menos como para compartir mesa en un almuerzo. Sin embargo, decido tragarme mis amargos comentarios y tratar de ser lo más "amable" posible, puesto a que Silver sí le gusta socializar.

—Silver, ella es Rouge the Bat. Rouge, él es Silver the Hedgehog —los presento, poniendo los ojos en blanco.

—Un gusto, cariño —sonríe la murciélago.

—Lo mismo digo —atina a decir el plateado, aún algo confundido por la situación. Pasea su mirada por la nueva y por mí durante largos instantes, como si no lo pudiera creer—. Y... ¿cómo es que se conocieron?

Triple ThreatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora