10| Échale la culpa al alcohol. Parte II

321 42 46
                                    

    Varios minutos después de la apuesta, las tres muchachas se encuentran volando a través del despejado cielo de la medianoche hacia la batalla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 
Varios minutos después de la apuesta, las tres muchachas se encuentran volando a través del despejado cielo de la medianoche hacia la batalla.

   Rouge bate sus alas con fuerza mientras avanza de manera constante. Un viento fresco sopla a favor de ellas, facilitándole la tarea, y causando que la encargada del vuelo no se detenga a protestar en ningún momento. Blaze se sostiene con un brazo de la pierna derecha de la murciélago, mientras que con su brazo libre rodea la cintura de Amy. Procura no mirar hacia abajo ni soltarse en ningún momento; las alturas no son realmente su fuerte. Por otro lado, la rosada sigue algo mareada por el alcohol, y la situación actual no ayuda demasiado.

—¡Allí! ¡Adelante! ¿Lo ven? —grita la felina, señalando con el mentón un punto no tal lejano a ellas. El viento silba en sus oídos, por lo que se ve obligada a levantar la voz.

Desde la altura en la que se encuentran, pueden sobrevolar la mayoría de las terrazas de los edificios de la ciudad. Y también se puede apreciar su objetivo; una máquina de un imponente tamaño causando estragos en el medio de la autopista.

—¡Lo veo! ¡Y es real! —exclama Rouge, sorprendida.

—¡Ya te dije que yo no iba a mentir con una cosa como esta! —protesta Blaze.

—¡Recuerda que puedo hacerte caer cuando se me plazca! —amenaza la murciélago.

—¡¿Estás admitiendo que eres débil?!

—Chicas... —balbucea una pálida Amy—. No me siento muy bi-

Sin poder evitarlo, la rosada expulsa vómito de su boca, que cae al vacío como si de una pequeña pero olorosa catarata se tratara.

Blaze reacciona asqueada, alejando su brazo del rostro de Amy rápidamente, obviamente sin soltar su cuerpo. Levanta la cabeza en dirección opuesta; con la intención de evitar ver, sentir u oler lo que acaba de salir del estómago de Rose.

—¡Ay, por Chaos! ¡Mis zapatillas! —chilla Rouge, sacudiendo sus piernas, y por ende, moviendo a las chicas.

—¡Quédate quieta o nos vas a matar! —protesta Blaze.

—¡Pero mis zapatillas!

—¡Te juro que si te sigues moviendo así, voy a rostizarte viva!

El estómago de Amy vuelve a revolverse violentamente, causando que ella vomite una vez más. Con la poca claridad que tiene en su mente, reza para que no le caiga a nadie en la cabeza; pero ríe al imaginarse la situación.

Triple ThreatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora