07| "El primer día del resto de mi vida"

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Amy

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Amy

—Y entonces ¡BAM! Caigo abierta de piernas al suelo, justo al ritmo de la canción.

—Wow. Envidio tanto tu habilidad. Me encantaría ser como tú. Oh, Rouge, oh, Rouge.

—Ja, ja. Tu sarcasmo no es divertido, Blaze. Pero como estoy de buen humor, me importa muy poco lo que tengas para decir sobre mi.

Nos encontramos caminando por los pasillos de la escuela, dirigiéndonos a la biblioteca para nuestro entrenamiento. El día de clases ya terminó oficialmente. Rouge nos está contando cómo es que le fue en las pruebas para porristas. Y, a juzgar por la emoción en su voz, creo que le fue muy bien.

—Pero bueno, en resumen, tendrán que ir este viernes a verme debutar como porrista durante el partido de los chicos —habla la murciélago—. Y después, iremos a la fiesta de Sonic para festejar la victoria.

—¿Y si no ganan? ¿Qué haremos? —inquiero, algo divertida por la confianza de Rouge.

—Ahogaremos nuestras penas con alcohol.

—Creo que nunca he probado una bebida alcohólica —pienso en voz alta—. Vanilla dice que tengo que esperar a tener la mayoría de edad para hacerlo...

—¿Y cuántos años dices que tienes? ¿Doce? —me pregunta Rouge.

—Tengo diecisiete.

Ella ahoga una exclamación muy exagerada, llevándose una mano al pecho y observándome como si de un bicho raro se tratara.

—Tú irás con nosotras a esa fiesta y tendrás una de las mejores noches de tu vida. Y yo seré tu hada madrina personal —me dice Rouge, rodeándome los hombros con su brazo y acercándome a ella—. Tenemos mucho trabajo por delante, pero si tienes voluntad, será mucho más fácil trabajar contigo.

—Sí, bueno, a mi no me incluyan en sus planes. Ya te dije que no iré al partido ni mucho menos a esa fiesta —habla Blaze.

—¿Ves? Ella no me tuvo a mi como hada madrina, y mira lo que es: una causa perdida —señala con la mano la murciélago a la felina—. Aunque, si ella lo deseara, aún está a tiempo de...

—No.

—Oh, ¡vamos! Siempre es lo mismo contigo...

  Blaze y Rouge continuan discutiendo hasta cuando ingresamos a la biblioteca. Martha la bibliotecaria ni siquiera nota nuestra presencia al pasar junto a ella, se encuentra muy metida en un libro. Paseo mi mirada por el lugar; no hay muchas personas de pie buscando material, pero si hay algunas cuantas dispersas en la zona de estudio. Veo a una pareja besándose como si estuvieran succionándose las almas mutuamente, a un zorro de dos colas rodeado por una montaña de libros, y a un erizo azabache de vetas rojas sentado en una silla con cara de pocos amigos.

Triple ThreatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora