Amy Rose, Blaze the Cat y Rouge the Bat son tres chicas completamente diferentes. Lo único en común que tienen es que asisten al mismo instituto, y que están atravesando el último año de su educación secundaria.
Si hubiera sido por ellas, nunca se...
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Blaze
—¡Ahí está! ¿Lo ves?
—Sí, Silver. Lo veo.
—Es tan lindo...
—Y tú tan insufrible.
El erizo plateado frente a mí apoya la cabeza en sus manos, con sus codos sobre la mesa, para suspirar risueñamente. Yo me dedico a pinchar mi ensalada, algo cansada de la situación.
Silver ha estado enamorado de Mephiles desde que tengo uso de la razón. Y se ha dedicado, única y exclusivamente, a observarlo cual acosador en cada momento que puede. Aún no entiendo qué es lo que ve de atractivo en él. Es un erizo azabache con vetas verdes petróleo, sus ojos parecen los de una serpiente y carece de boca alguna. A simple vista, es aterrador. Y lo que haría cualquier persona normal sería alejarse de él. Silver claramente no es un ser normal, y por eso estamos aquí.
—¿Crees que este año se fijará en mí? —me pregunta el plateado, aún sin quitar su vista de Mephiles.
—Solo hay una forma de averiguarlo —respondo irónicamente—. ¿Y si le hablas?
—¡Ni en chiste! —exclama, indignado—. Aún no sé si le gustan los chicos. No quiero espantarlo al primer momento.
—Tampoco sabes si le gustan las chicas —replico. He tenido tantas veces esta conversación con él, que ya me sé el diálogo de memoria—. Es más, nunca lo he visto interactuar con alguien de este instituto.
—Debe de ser muy tímido. O quizás los demás lo dejan de lado por el hecho de que no tiene boca —justifica Silver.
—¡Entonces ve y háblale! —exclamo, exasperada.
—¡No lo haré! —contesta, fijando su mirada en mi por primera vez en toda la conversación—. Tú no entiendes lo difícil que es dirigirle la palabra a tu amor platónico, así que no tienes derecho de opinar de mis métodos.
Ruedo los ojos como respuesta, y me dedico a pinchar agresivamente la ensalada frente a mí con un tenedor, mordiéndome la lengua para evitar hablar de más. "Tú no entiendes". Já, claro.
Llevo la comida hacia mi boca y la mastico con pocas ganas. Como no quiero centrarme en Silver y sus estúpidos "problemas amorosos", levanto la vista de la mesa y le echo un vistazo a la cafetería. Como era de esperarse, todos están sumergidos en sus asuntos; riéndose entre amigos, debatiendo sobre teorías conspirativas, e incluso jugando con sus computadoras a Chaos sabe que. Aún así, percibo cierto disturbio en la mesa de las porristas.
Fiona Fox tiene su mirada clavada en una chica murciélago, quien junto a Sally Acorn, poco a poco se alejan de su mesa. Nunca antes había visto a esa murciélago por aquí, por lo que debe ser nueva. Continúo observándola durante su trayecto. Distingo que sus ojos se pasean por el lugar, hasta posarse en la mesa de los atletas. Un nudo comienza a formarse en mi estómago; una chica nueva, con ese físico, y esa actitud tranquilamente podría... Ah, se está fijando en Knuckles. Qué alivio.
