Al día siguiente me levanté muy a mi pesar a eso de las nueve de la mañana. Tomé una ducha, me vestí y me dirigí a la cafetería más cercana de la universidad para desayunar.Rutinariamente haría todo ese proceso con Tristán, por eso me sentí ridículamente sola cuando pedí mi orden. Y no fui la única, porque hasta la misma chica que me atendió preguntó en donde estaba mi amiga.
Inventé algo sin mucho sentido, tomé mi café junto con mi sándwich y me encaminé de regreso a mi habitación para desayunar allí.
Iba pasando cerca del departamento de medicina cuando recordé que los sabados por la mañana había entrenamiento de equipo justo en el bloque de al lado, y que yo no había asistido a ni uno en bastante tiempo. En realidad, de verdad lo recordé cuando esa figura inconfundible cruzó la calle de en frente, volteó su cabeza de manera casual y sus ojos cayeron sobre mí.
Quise echarme a correr.
Sus delgadas cejas rubias se fruncieron apenas reconoció quién era, y una expresión furiosa fue lo último que alcancé a ver antes de que a paso rápido se aproximara a donde yo me encontraba.
—¡Tú!
Me mordí el labio con vergüenza apenas llegó frente a mí. Me miraba muy enojada y con desaprobación, y yo ya estaba bastante preparada para recibir una bofetada en cualquier momento.
—María...
—¿"María"? ¿¡Solo eso tienes para decir!? ¡No contestas mis llamadas, nadie del equipo sabe en donde andas metida, ni siquiera Tristán y eso que duermen bajo el mismo techo, ¿¡Y solo se te ocurre decir "María" !?
Apreté los labios. Si, tenía razón, eso fue estúpido.
—¿¡Dónde se supone que has estado!? ¿¡Sabes acaso la complicación en la que nos has puesto?—exclamó muy molesta— ¡Las regionales son en tres semanas, niñita! ¡No te he visto en ningún entrenamiento desde hace más de un mes!
Estaba furiosa, y no la culpaba. En todo caso, yo había sido la irresponsable que dejó al equipo en un momento importante sin avisarle a nadie. Pude haber manejado esa situación de mejor manera de no ser porque no tuve el tiempo para hacerlo, y porque tampoco sentía como si hubiera abandonado al equipo, solo estaba...ocupándome de otras cosas.
—Escucha, yo...Planeaba volver, pero he estado muy ocupada y...
—¿Planeabas volver? ¿Y cuando, antes o después del campeonato?— soltó una risa absurda— En serio tienes valentía, porque te hubiera echado a patadas apenas pusieras un pie sobre el gimnasio.— cruzó sus brazos sobre sus pechos mientras negaba con la cabeza— Así que hagámoslo oficial. Estás fuera. De las regionales y del equipo, y porque yo te estoy expulsando, no porque tu decidiste no venir más, que quede claro.
No supe que decir.
—Pero...
—Te dije que necesitaba un compromiso de tu parte, lo recuerdas? Pues no lo tienes, tú misma me lo probaste y no necesito eso en un equipo de ganadores. El tiempo pasa, las personas avanzan, y tu tuviste que haberlo hecho también.
Lo último me hizo sentir como una buena para nada. Ella pensaba que mis ausencias eran producto de que aún seguía estancada con la muerte de mi madre porque eso fue lo último que vío de mí meses atrás; me hubiera gustado replicarle, pero ¿qué sentido tendría? Tampoco es como si pudiera darle una explicación creíble acerca de por qué he dejado al equipo.
No iba a mentir, merecía que me patearan el culo completamente.
Así que solo me tocó aceptarlo.
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DESTRUCCIÓN
Fantasy"Mi cuerpo cae al suelo como fragmentos deshaciéndose entre sí, mi interior grita; todo mi ser se descompone por la energía que se desborda de mis dedos. Sus manos se afianzan en mi cintura y jalan de mí. Al instante sé que es él, la única persona...