Ash I: Solitario

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Capítulo I

«POV Ash»

~Solitario~

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Llevaba lejos de la civilización, algo así como tres meses. Estaba en una misión especial, tenía que conseguir datos de unos cazadores furtivos que operaban en un grupo de islas desiertas al sur de Kanto. Un lugar maravilloso si puedo decirlo. Cielo, mar, árboles de frutas tropicales y uno que otro árbol de bayas.

Un completo paraíso terrenal.

Me habían puesto esta misión porque sabían que nadie me igualaba en sincronización con mis Pokémon. Hicimos un trabajo limpio desde la primera misión. Trabajo en equipo, era mi campo favorito.

Y aunque ya había completado la misión, y los desgraciados que maltrataban Pokémon estaban tras las rejas, no quería volver a casa. Seguí recorriendo las islas sin motivo aparente esperando por algún nuevo viaje. La soledad a veces es buena compañía, te hace analizar las cosas en tu vida de otra manera.

En mis veinte años, he sido un buen amigo, siempre he sido leal y espero cierta lealtad también de mis amigos. Cuando hace dos años decidí dejar el viaje Pokémon para ingresar a los hombres G, nunca en mi vida imaginé que «ella» fuera la que se pusiera en contra.

Creo que hasta lo hubiera entendido de Iris que suele llamarme «infantil» por todo. Pero de Misty fue un golpe muy bajo.

Ella sabía desde que viajamos por Johto que me encantaría participar en los hombres G-Pokémon junto con Lance, lo sabía y aún así lo rechazó completamente.

Pensé que era mi amiga, pero no. Lejos de alegrarse porque obtuve la aprobación del selecto grupo; me insultó y se fue.

«¡Vas a ser que te maten! ¿Acaso no piensas en el dolor de tu madre? ¿En el dolor que puedes causarle a tus amigos? Siempre eres tan egoísta en tus decisiones.»

«Pero es mi vida y yo decido como vivirla» le había contestado. «No me vengas con consejos de madre, que para eso ya tengo una»

Todo se arruinó ese día y aunque había pensado que era el mejor día de mi vida, terminó siendo el peor.

Y me dolió, porque ella era una amiga muy especial para mí.

Seguí vagando por las islas hasta que decidí acampar para serenarme un poco.

Estaba acostado en la tienda de carácter militar que había levantado, mientras giraba una pokébola vacía en mi dedo índice derecho. Realmente estoy aburrido.

«Pika» escuché a mi lado y moví mi mirada hacia mi leal compañero.

—¿Qué pasa Pikachu? —pregunté susurrándole, en eso vi que traía mi móvil G en sus manos—. ¿Me están llamando? —afirmó y tomé el teléfono para contestar—. Ketchum —dije, como si estuviera afirmando.

«Ash, soy yo Lance»

—Lance —dije sentándome—, cuéntame.

«Hubo un terremoto magnitud ocho coma nueve en ciudad Celeste» El nombre de aquella ciudad me hizo poner de pie.

—¿Qué? —exclamé—. ¿Pasó algo grave?

«Misty nos llamó, ella está bien» Aquella afirmación me hizo volver a respirar. «Pero parece que el gimnasio, no. Y tú sabes, los desastres naturales no están dentro del seguro... Se le viene duro al gimnasio Pokémon»

Bajo el Mismo TechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora