Misty IX: Comprensión

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Capítulo IX

«PoV MISTY»

~Compresión~

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Siempre me he considerado una persona romántica, que ama todo lo cursi, las relaciones de color rosado, las citas y los lugares de ensueños.

¿Qué se puede esperar de una persona que crece bajo la influencia de novelas de romance y cuentos de hadas a las que mis hermanas eran adictas?

Vicio que adquirí conforme fui creciendo. Las novelas románticas eran mi mayor entretención desde el momento en que volví a encerrarme en el gimnasio Celeste.

Fue a través de los sentimientos narrados de otras personas, que yo pude descubrir los distintos procesos de enamoramiento hacia mi mejor amigo por los que transité. Cuando me di cuenta que me gustaba, el cuadro de negación, las ilusiones de algún día ser algo más, nuevamente el negarme a aceptar aquellos sentimientos, hasta que descubrí efectivamente que estaba tan enamorada, que ya no iba a poder hacer nada con aquellos sentimientos más que aceptarlos.

Aquella ocasión fue cuando nos informó que iba a ser un Hombre G-Pokémon, nuestra pelea producto de mis miedos y temores a que algo le sucediera, botó por tierra todos los sueños que alguna vez me di el lujo de imaginar.

Pero dicen que la vida es muy caprichosa, porque un par de años después estábamos viviendo juntos otra vez, compartiendo el mismo techo. Las palpitaciones excesivas, los nervios en su compañía, todo me indicaba que Ash no iba a ser un amor fácil de superar.

Ni cuando descubrí que afortunadamente, era correspondida; ni menos, cuando lo creí muerto.

Pero, entre toda esta analogía de mis sentimientos, creo que hay una cosa que me cuesta aceptar. Algo que siempre creí ridículo, pero aquí estoy, haciéndolo.

Esa sensación de perderse en el tiempo mirando a la otra persona, enfocarse tanto en admirarla, que sientes que todo lo demás, desaparece de tu alrededor...

Porque eso de tener mis codos apoyados sobre la mesada de la cocina, sosteniéndome el rostro con las manos, mirando, como hechizada, cada movimiento que hace Ash sentado en el living de la cabaña, tan serio, tan analítico... tan... ¡No! ¡Eso no va conmigo!

No claro que no, no puedo estar así de atrapada, no puedo estar así de maravillada tras comprender que él hacía mucho más de ponerse en riesgo... él nos protegía a todos. Pero sobre todas las cosas, hacia esto por su madre... y por mí.

...-...Ese día en la mañana...-...

Tras varios días de pensar, tomé el contrato que me entregaron, y subí sola hasta el decimoquinto piso del edificio a encontrarme con el jefe de Ash.

Mi cabeza era un remolino, desde que había visto todo lo que Ash tendría tras haber renunciado a su vida; los lujos y las comodidades de la cabaña donde estábamos. Los privilegios dentro de la organización que él algún día tendría que dirigir.

¿Será realmente feliz Ash estando así?

Apoyé mi frente en la pared helada del ascensor, tratando de calmar un poco mis pensamientos. Desvié la mirada a la carpeta que tenía en mis manos, esperando que mi decisión fuera la más adecuada para todos.

Las puertas se abrieron en el decimoquinto piso, la secretaria, solo me hizo un gesto con la mano, indicándome que entrara. Así que le di dos golpes a la puerta antes de abrirla para entrar.

Bajo el Mismo TechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora