Misty VI: Duelo

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Capítulo VI

«Pov Misty»

~Duelo~

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Que Ash me besara antes de irse, causó que los días posteriores estuviera con una risa tonta en los labios, sintiéndome como una niña pequeña. Estaba tan feliz, que los días que faltaban para regresar a casa se habían desaparecido frente a mí.

Antes de irme, quise hacer algo bonito con Delia, así que la invité a comer. Conversamos de todo un poco, y de lo feliz que había sido conmigo esas semanas. Yo también había sido muy feliz, la presencia de Ash ayudó mucho en eso.

Delia me tomó la mano en la tienda y la elevó hasta ponerla en su pecho.

—Aquí hija, en mi pecho, siento que tú eres la única capaz de hacer recapacitar a mi hijo —susurró—. Sé que ustedes se aman y nada me daría más gusto de que ambos estén juntos.

—No se imagina cuan feliz sería yo si esa fuera mi realidad —le comenté con una mueca antes de salir del local de comida para regresar a casa.

Así como hay sueños maravillosos, también existen las pesadillas. Pero nada es tan cruel, como esas pesadillas de las que no puedes despertar de golpe sentado en tu cama.

Lance estaba frente a nosotras, nos miraba contrariado y mi corazón se aceleró de golpe. Mi mal presentimiento crecía con forme los segundos iban pasando.

—¿Qué lo trae por aquí? —preguntó Delia a mi lado, solo la miré cuando buscó mi mano para buscar apoyo, apretándomela.

—Lo siento, señora —hizo una reverencia frente a ella—, Ash tuvo un accidente automovilístico —ante aquello sentí que mi respiración se cortaba—, perdió el control del coche y se desbarrancó, tras dos días de búsqueda, encontramos su —y antes de que pudiera terminar de hablar, Delia se derrumbó a mi lado, la traté de tomar como pude. Solo atiné a llamar con desespero a Mr. Mime para que me ayudara con ella.

El Pokémon mimo llegó agitado, y preocupado por su entrenadora. Le pedí que la levantara con su fuerza psíquica para dejarla adentro.

—¿Qué hay de Pikachu? —le pregunté cuando volví a ponerme de pie— ¿Él también?

—Ash había dejado a su Pokémon en el centro Pokémon y había salido a dar una vuelta de rutina, y ahí fue cuando esto sucedió.

Creo que de pronto, me puse en modo automático.

Dejé al líder del alto Mando, a quien podría decirse que era una especie de jefe mío, ahí parado, sin importarme nada más que montar mi motocicleta y dirigirme a ciudad Verde lo más rápido posible.

Llegué al centro Pokémon y me atendió la enfermera Joy, que era conocida nuestra.

—Necesito el Pikachu de Ash, por favor —le pedí.

—¿Y Ash dónde está? —preguntó antes de ir por el Pokémon. ¿Qué decirle a la enfermera? ¿Qué el idiota se cayó por un barranco? Me reí de mi propia imaginación.

—Se metió en un problema, y necesito llevarle a su Pokémon —le comenté un tanto apenada.

—Oh, ya Misty, enseguida te lo traigo.

Cuando puso a Pikachu frente a mí, simplemente lo abracé con fuerza, él me miraba confundido, aunque estaba encantado de mi abrazo.

—Mi pequeño Pikachu, vamos a estar juntos a partir de ahora.

Bajo el Mismo TechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora