Capitulo 25

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—¿Como está Isabella?— Mamá pregunta sirviendo la cena.

—Mejor, de hecho ayer salió del hospital—le contesto a mamá, James asiente y John solo presta atención.

—Oh que bien, mañana iré a verla.

—No creo que sea el mejor momento, mamá, ella necesita su espacio— interviene James.

—Tonterías—mama hace un ademán con la mano restándole importancia— Lo que ella necesita es ver que no está sola y qué hay personas que la aman y siempre estarán con ella.

—Concuerdo con James, Cielo— responde John— Deberías visitarla cuando esté estable.

—Ustedes no saben nada, no son psicólogos, ni especialistas.

—Tu tampoco, mamá—Respondo.

—Pero soy Jessica Louise y siempre tengo la razón.

Mamá siempre ha tenido un gran ego, el cual me recuerda a cierta persona de la que no he sabido nada en toda una semana.

Isabella estuvo en coma por tres días, después de eso los doctores dijeron que necesitaba quedarse unos días más, siendo ayer por fin el día que salió del hospital, fui a verla cada día que estuvo en coma sin embargo no he querido hablar con ella, hace que recuerde mis peores años.

Un celular suena sacándome de mis pensamientos, pronto se de quien es cuando mamá lo toma y se aleja.

Pronto la duda se instala en mi pecho, su reacción hace que recuerdos inunden mi mente.

—Ella está ocupada— John parece darse cuenta de mi duda— La llaman tanto porque está ocupada con la gran fiesta que será en unos meses, ella la organiza.

—¿La de Eros al poder?— John asiente, un silencio se crea entre los tres—¿Como les va en la universidad?

—Bien— James y yo contestamos al mismo tiempo.

—Supe que su padre está en la ciudad.

—Si de hecho Scarlett y yo cenamos con él hace unas semanas.

—¿Y ya no han ido a visitarlo?— John luce un poco molesto, bien esto es muy raro.

—Lose.....yo prometí ir a visitarlo pero con todo lo que ha pasado no he tenido tiempo— trato de justificarme.

—Si yo igual.

—Eso está mal, deben de buscar tiempo para el, yo soy padre y no me haría nada más feliz que una visita de mi hijo— una mueca de nostalgia y tristeza se adueña de su rostro.

—¿No te molesta?—Pregunto

—¿Que cosa?

—Hablar de papá, digo, es el ex esposo de tu esposa— una carcajada me desconcierta.

—Tu padre y yo somos amigos, tenemos negocios juntos, además es pasado y confío en tu madre.

—No deberías— un murmuro sale de mi por lo bajo.

—¿Que?

—Nada— una sonrisa falsa sale de mi.

—Uff, organizar la fiesta del año es agotador— mamá regresa sin embargo un gran estruendo hace que suelte el teléfono y caiga al suelo.

—¡¡John!!— un gran rugido de una voz que ya conozco se escucha cuando Eros se deja ver frente al comedor, se ve fatal, unas grandes ojeras y una barba bastante crecida, se acerca a zancadas a John, por un momento creo que se le lanzará encima y lo golpeará—¿Donde están?

Lazos perdidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora