Llegué al salón a enfrentar las cosas, no esperaba encontrar a Mike con toda la gente de su empresa.
—Allá está, es mi esposa. ¡Bella!— me llamaba. Me acerqué un poco. Qué lástima que el licor se evaporó en ese cuartito de limpieza, a saber que le habría dicho al pobre de Mike por su pequeño problema de depresión viril.
— ¿Mike qué haces aquí?— pregunté llegando a su lado.
—Pues no sabía que acabaríamos en tu trabajo amor. Ven, hay gente nueva en la empresa que aún no conoces— me tomó de una mano.
—Me voy a casa, ya hablaremos luego— dije tratando de soltarme de su mano.
—No, no, no. Acá nos quedamos. Quiero conocer a todos tus compañeros de trabajo y a los hijos de tu jefa— sonrió maliciosamente.
— ¿Qué?— hablaba con una sonrisa pero sus ojos me miraban de forma extraña y eso me dio miedo. ¿Desde cuándo Mike podía hacerme sentir atemorizada? Es cómo si Garfield te amenazara. Eso definitivamente no era nada bueno.
—Ahora ven y pórtate como la linda esposa que siempre has sido— me apretó más fuerte la muñeca de la mano y caminé hacia su círculo de amigos. ¿Qué diablos pasaba?
—Hola Bella, pero que gusto ¿Trabajas aquí?— Jessica me recibió con la misma sonrisa de ladina que tenía Mike.
—Sí, pero eso ya lo sabías— dije secamente.
—No Bella, que cosas dices, me acabo de enterar. Oh allí viene la señora tan amable que me invitó— se acercó a Esme sin ningún reparo.
Mike siguió sujetándome ahora del brazo. Sus demás amigos conversaban de la decoración y cosas triviales. Yo no sabía de qué forma podría zafarme e irme corriendo de allí. Jessica se llevó a Esme hacia el salón contiguo.
—Mira Bella, allí está el chico ese que trabaja en nuestro edificio ¿Estará de mesero aquí? Voy a pedirle un trago— Mike avanzó conmigo a rastras. Traté de detenerlo a la mitad del camino pero me tenía bien sujeta por la muñeca.
—Basta Mike ¿Qué te propones? ¿Qué es lo que quieres?— dije entre dientes pero poniendo mi peor cara.
—Sencillo Bella. Divertirme. Le prometí a mamá que haría todo aquello que antes me había privado. Incluso pelear por lo que es mío. Han sido casi 4 años Bella. Te he enviado a estudiar, te he tenido como si fueras una reina, te di todos los lujos que me permitió mi trabajo. ¿Pero tú no pudiste mantener las piernas cerradas verdad? Tenías que humillarme revolcándote con un muchachito— no dejaba de sonreírme pero sus ojos destellaban despecho. Jamás lo hubiera creído de Mike, yo pensaba que lo conocía.
— ¿Desde cuándo los sabes?— pregunté asustada. Esto no pintaba bien, la última gota de licor de mi organismo se evaporó como por arte de magia
—Yo era un imbécil, un reverendo pelotudo. Creía en ti. Hasta cierto día en que descubrí una marca aquí— me tocó el hombro, el lugar exacto dónde Edward me había mordido una vez. Ay rayos, descubierta. ¿Y ahora?
— ¿Qué es lo que quieres?— dije conteniéndome. No era el lugar apropiado para una discusión. Debía mantener la calma. Respiré un par de veces.
—No lo niegas. Empezamos bien, creí que lo negarías— sonrió el panzón.
— ¿Qué quieres Mike?— dije rechinando los dientes.
—Revancha. No me vas a dejar así nada más, como se tira un trasto viejo. Tal vez no lo sepas pero a pesar de mi limitación nunca he podido evitar mirar tu cuerpo por las noches. Tienes el sueño pesado y no te das cuenta. Y sobre todo… hablas dormida— Edward también me lo había dicho. Maldición
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El Conserje -Terminado-
FanfictionEL CONSERJE (Mayores de 18 años, contenido sexual explícito) Todos los personajes le perteneces a S. Meyer, sólo la trama es original. QUEDA PROHIBIDA TODA COPIA SIN PERMISO DE LA AUTORA Introducción: Bella es una señora joven y frustrada sexualment...