CAPÍTULO 32: EXHIBICIONISTAS

2.3K 147 3
                                    

La semana siguiente me dieron de alta, estaba feliz. Esme y Alice vinieron por mí.


—Bella, debemos ir al centro. Son los últimos días de Rose y Emmett en ese lugar, han televisado toda su estadía, los pillaron hace tres días haciendo…— pero su madre la interrumpió.

— ¡Alice! No importunes a Bella, ella debe descansar— le di una sonrisa cómplice a mi querida cuñada. Claro que tenía curiosidad de ver a Emmett en ese concurso pero no debía presionar.

—Gracias por venir hoy a llevarme a casa— abracé a Esme. 

—Felicidades Bella, estás oficialmente sana— entró Carlisle trayendo los papeles del alta.

— ¡Qué bueno!— Alice saltó de alegría.

—Hay un pequeño detalle Bella— el rostro de Carlisle cambió. Me asusté.

— ¿Pasa algo?— pregunté asustada. Alice llegó de un salto a ver los papeles que traía su padre. Me miró también asombrada.

—Pues que no quise importunarte con temas legales, evité que te entregaran las citaciones y demás papelería judicial. Bella, tu divorcio salió después que tu ex marido murió— me tranquilizó saber que era sólo algo legal. 

Pero… ¿eso qué quería decir? ¿Que todo este tiempo fui Bella Newton? ¿Les molestaría eso a los Cullen?

—No entiendo Carlisle— los miré con recelo.

—Acá tengo los papeles del juzgado que trajeron hoy. Según sé, ahora eres dueña de todo lo que Mike Newton poseía. Me pregunto ¿Con cual de todas estas tarjetas vas a cancelar la cuenta del hospital?— sonrió antes de alcanzarme varios sobres. Algunos eran del juzgado, otros de bancos, incluso de la bolsa de valores.

Alice rompió a reír, su risa era tan contagiosa que incluso Esme rió. Carlisle se veía muy alegre. Le sonreí a todos. 

—Es broma Bella, mi esposo tiene un sentido del humor inglés— Esme le sacó la lengua a mi suegro. 

— ¿Me puedo unir al festejo?— mi corazón se aceleró al oír aquella voz tan hermosa. Si no hubiese tanta gente correría a recibirlo.

—Claro, acabamos de decirle a tu novia que es una viuda millonaria— bromeó Alice. Pero a Edward no pareció causarle gracias. Mi eterno celoso.

—Vine a llevarte a casa amor— cambió de tema. Sonreí, él me amaba, era todo lo que necesitaba saber.

— ¡Vinimos! Yo también quiero ver a Bella instalada en su departamento— Esme me ayudó a ponerme la chaqueta.

—Haremos caravana entonces— Alice tomó mi maletín y se lo colgó al hombro, no dejó que Edward se lo quitara. Estaba feliz porque ellos me querían, mi nueva familia me estimaba.

Al salir me llevé una gran alegría, mi abuelo Charlie estaba en la entrada. Me acerqué a él.

—Ey chica. Quería verte así, de pie y sana— lo abracé.

— ¡Charlie! ¿Por qué no habías venido a verme?— pregunté a punto de llorar.

—He venido, he venido… pero los hospitales me dan miedo. Además no quería ver a mi chica tendida en una cama— sonrió. Yo sabía cuánto le costaba demostrar sus emociones. 

—Gracias por estar aquí— le sonreí.

Estaba tan agradecida con la gente que tenía a mí alrededor, esperaba que Jake viniera a verme a casa, para seguir hablando, todos los días que estuve hospitalizada conversamos sobre lo que pasó. 

El Conserje -Terminado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora