CAPÍTULO 25: ¿ES O NO UNA VILLANA?

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— ¡Oh Bella!—apenas  Edward y yo entramos a su casa me envolvieron los brazos amorosos de Esme.  Me alegraba tanto su reacción, demostraba que me tenía afecto, sentía  vergüenza  todo lo que pasó. Pero ahora que los problemas estaban solucionados, yo divorciada y libre, había una nueva oportunidad de hacer las cosas bien y reiniciar mi relación con su hijo.

—Esme— dije correspondiéndole el abrazo.

—También me gustaría un abrazo— bromeó su esposo llegando a nosotras. Era muy guapo, como Edward pero veinte años más joven. Con unos ojos azules intensos.  Pero Edward había sacado los ojos verdes de Esme que lo hacían más cálido. Carlisle por su parte era enigmático, me di cuenta desde que lo conocí en la clínica.

—Carlisle ¿Recuerdas a Bella?— Esme se hizo a un lado para dejar el camino libre a su esposo.

—Cómo olvidarla, sino hablas de otra cosa— sonrió el dándome un cálido abrazo. Esme se ruborizó un poco. Edward carraspeó.

—Gracias por invitarnos a desayunar— dijo formalmente mi ex conserje.

—Gracias por llegar tan pronto, ya me comí dos salchichas esperándolos— sonrió su padre. Era un tipo bastante agudo para bromear. –Ah, tenemos bastante visita, Irina y Kate llegaron de madrugada y tu adorable prima Tanya trajo a un mecánico— Carlisle parecía sonreír pero sus ojos no mostraban alegría alguna. ¿Un mecánico? ¿Jake?

—Por Dios— dijo Edward entre dientes. Me dejó con sus padres y caminó a grandes zancadas internándose en su casa.

—No quiero que pienses que soy elitista Bella— sonrió Carlisle. –Pero el muchacho ese, el mecánico, lleva puesta su ropa de trabajo. No me parece un atuendo apropiado para ir a desayunar a una casa de familia. Aunque a lo mejor los tiempos han cambiado ¿Seremos tan viejos Esme?— le dirigió una tierna mirada a su esposa.

—Habla por ti mi cielo, yo me considero todavía una veinteañera— ella tomó mi mano y me llevó hacia el comedor. –Voy a presentarte a mis sobrinas, son unas señoritas encantadoras, su madre Sasha fue mi mejor amiga en la secundaria, allá en Alaska— Esme hablaba no como una suegra o como mi ex jefa, sino como una amiga muy querida.  

La seguí rumbo al comedor. Había dos jovenes rubias allí ayudando a poner la mesa. Ambas muy hermosas pero con una expresión mas amigable de lo que jamás mostró Tanya.

—Niñas, les presento a Bella, la novia de Edward— me emocionó que Esme me presentara de esa forma. –Bella, ellas son Irina y Kate— ambas se acercaron a nosotras.

—Mucho gusto Bella, tía Esme nos ha hablado de ti— la más alta, Irina me dio un abrazo. Su hermana hizo lo mismo pero sin decir nada.

Tampoco les hubiera prestado mucha atención ya que a través de la gran ventana que daba al jardín pude ver a Tanya y a Edward discutiendo. También vi a Jake a un lado, cerca de un columpio,  con cara de aburrimiento.

El timbre sonó y aproveché que Esme salió a abrir para ir al jardín. Irina y Kate regresaron a su labor. No eran muy comunicativas, parecían tímidas.

El Conserje -Terminado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora