Apenas habían conseguido con qué encender una vela que disipara un poco de aquella niebla, la chimenea había dejado de tener importancia, el sombrero acaparaba toda la atención.
—Tal vez es una pista —le decía el oficial Twedledee a su hermano gemelo mientras ambos decidían qué hacer con esa aparición.
—Tal vez es una pista de que no tenemos ni una pista.
—O tal vez es una pista de que no tenemos ni una pista porque no le hemos prestado atención a las pistas que tenemos.
Cuando el sombrero fue revisado por los profesionales se descubrió una etiqueta que no tenía instrucciones de lavado ni señalaba ninguna marca, las únicas palabras que contenía eran «Cierra la boca».
Al darse a conocer la noticia del segundo sombrero, al autor del crímen se le puso el nombre de «Sombrerero loco»
Alicia estaba obsesionada con él. Les decía a todos que le hablaba en sueños, que le cantaba, que se reía de ella.
—Sus sombreros son verdes, su ropa es de colores... Me habla, señor Conejo, se ríe de mí.
—Se-señorita Alicia, calmese. Eso no es verdad. El sombrerero está mu-muy lejos de aquí —respondió el señor Tomas Conejo repitiendo los rumores que corrían.
—Le digo que me habla, me habla... Ese mensaje de la etiqueta sombrero... no es verdad. Él quiere decirme otra cosa.
—¿A ti? —interrumpió la señora Reina Rojas saliendo de la cocina—. Qué egocentrismo el tuyo, muchachita. El sombrerero dijo lo que tenía que decir y el mensaje era para la policía, no para ti.
—Les digo que el mensaje no es ese.
—¿Y por qué dejaría el Sombrerero...?
—N-no... no lo mencionen mucho a ese...
Un relampagó quebró la voz del señor Conejo a media oración, proclamándose como el único con derecho a ser escuchado. Reina hizo como si nada raro hubieso ocurrido pese a que con toda evidencia el pulso que se medía en las venas de su cuello se había acelerado.
—No seas ridículo, Conejo, voy a nombrar a ese sombrerero cuantas veces me de la gana. Y repito, ¿por qué dejaría ese bicho asesino el mensaje equivocado a la policía?
—¿No es obvio? —Alicia se acurrucaba al final de un sillón remendado y cubierto por costras de moho. Su favorito—. Para despistar.
Esa noche nadie pudo dormir hasta el amanecer, no con Alicia pegando gritos de histeria en medio de la madrugada con la voz entre el llanto y la desesperación, llamándolos a cada uno por su nombre. Solo tres de los miembros de Casa Uno acudieron a su pedido de auxilio. Y ninguno podía creer lo que tenía que decirles.
—El Sombrerero loco estuvo en mi habitación.
Se podía escuchar con toda claridad la respiración de cada uno de los presentes.
—¡¿Cómo va a ser?! —preguntó su mejor amiga, Liebre.
—¿Está-tá... segura, señorita Alicia?
—¡Sí, lo estoy! Y me habló. Me dio el mensaje correcto.
—A ver, muchachita —intervino Reina Rojas—, cuéntanos qué es lo que crees que te dijo.
—Me decía... Me decía... «Alicia, Alicia... ¿de quién es el cadáver que he dejado en tu cama y por qué lo he puesto ahí».
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Motivo para matar [COMPLETA📚]
Mystery / ThrillerAlicia no vive en el país de las maravillas, vive en un pueblo donde siempre llueve y no hay nada de luz. El sombrerero loco no es su amigo, y está tan cuerdo que crea para ella un juego que intenta hacerla "perder la cabeza". "Alicia, Alicia... ¿...